Reindustrializar para competir y ganar

La Asociación para el Progreso de la Dirección y Deloitte organizan una jornada con directivos empresariales de Castilla y León

Se analizan las claves para una reindustrialización del territorio, en el que las administraciones deben implicarse fuertemente

Financiación, innovación, internacionalización, infraestructuras, capital humano o estabilidad fiscal son algunas de esas “claves”

Reindustrializar para competir y ganar Directivos industriales de Castilla y León han participado de la jornada. GIT

Si algo nos ha enseñado la crisis económica es que nuestro país requiere de un cambio importante en el modelo productivo. Se ha hablado mucho de la importancia de apostar por la investigación, la ciencia y la innovación, pero menos de la necesidad de iniciar un proceso de reindustrialización, que dote de peso a uno de los sectores que fue clave en el desarrollo económico de España. En los años 70, la industria representaba el 34 por ciento del Producto Interior Bruto. Sin embargo, ahora apenas supone el 15 por ciento, lo  que sitúa a España muy lejos de grandes economías europeas, como la Alemana.

La Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y Deloitte han celebrado esta mañana en Burgos la jornada ‘Reindustrializar para ganar en Castilla y León’. Se trata de una cita que viene recorriendo las diferentes comunidades españolas y en la que participan figuras clave de la industria y la economía de cada uno de los territorios. El objetivo de este encuentro ha sido analizar el estado de la industria en la comunidad y, sobre todo, plantear las necesidades y los desarrollos clave para conseguir llevar a buen puerto ese proceso de reindustrialización.

Políticas activas industrializadoras

El director de APD en Castilla y León, Prudencio Herrero, ha recordado que la región tiene un tejido industrial muy potente en algunos polos (véase el Automovilístico o la Alimentación), pero hay que mejorar en otros. Además, existen grandes diferencias entre provincias: Burgos es la capital industrial de Castilla y León pero Soria, por ejemplo, tiene grandes carencias en este aspecto. De ahí la importancia de que las administraciones, como la Junta o el Gobierno Central, se impliquen en el proceso de reindustrialización.

Se requiere de políticas activas que aseguren en los territorios más desfavorecidos el desarrollo de un tejido industrial mínimo y, al mismo tiempo, el mantenimiento de las empresas asociadas a esa actividad, como las del sector servicios, ha insistido Herrero. Y el mejor ejemplo de los beneficios que este tipo de políticas generan es Burgos. Ahora se cumple el 50 aniversario de la creación del Polo de Desarrollo Industrial, un espaldarazo que ha convertido a la ciudad en lo que ahora mismo es, desde el punto de vista de la actividad industrial y empresarial.

No sólo financiación

La financiación es uno de los factores clave en la reindustrialización, pero no el único. Hay que potenciar y fortalecer la unión entre administraciones e industria privada; trabajar para retener a los profesionales con talento; estar atentos al mercado; innovar; fomentar la digitalización de las empresas; contener los costes; facilitar las infraestructuras necesarias para el crecimiento productivo; incentivar la internacionalización.. De todo ello han hablado los directivos y  máximos responsables de diferentes empresas con gran trayectoria (Nicolás Correa, Renault, Benteler, Grupo Matarromera), presentes en la jornada.

Desde Deloitte, el socio responsable de Castilla y Léon, Rodrigo Cabrejas, ha recordado que las administraciones deben apostar por el sector industrial, porque aquellos países que así lo han hecho, son los que mejor han respondido ante la crisis económica, han generado empleo cualificado y tienen  mayor capacidad de innovación e internacionalización. Además de ayudas a la innovación, apoyo a la digitalización o la conclusión de infraestructuras claves, la mejor forma de contribuir a la reindustrialización por parte de las administraciones es garantizar un marco regulatorio y fiscal estable. La incertidumbre no atrae inversiones.