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Con la ropa a veces ocurre como con los zapatos, cuesta un poco adaptarse a ella. El ejemplo más evidente son los jerséis de lana, que muchas veces nos resultan molestos porque provocan que nos pique la piel. Esa es una sensación parecida a la ... que les ocurre a las personas con alergia a la ropa. Sin embargo, en dicho caso, el picor no desaparece al retirar la prenda, y la lana tampoco es el único tejido que les provoca esa reacción.
Ya sean naturales, como el lino, la seda o el algodón; o sintéticos, como el nailon, el poliéster, el elastano o las poliamidas, cualquiera de las fibras textiles que se emplean para confeccionar los tejidos pueden producir dermatitis alérgicas de contacto. Sin embargo, la causa más habitual se encuentra en los compuestos químicos que las prendas contienen, como el formaldehido, utilizado para dar apresto a la ropa, o la parafenilendiamida, que se utiliza para teñirla.
«Los tintes son los más problemáticos. Por eso, aquellas prendas con mayor contenido de tinte son las más susceptibles de producir dermatitis alérgica de contacto», explica David Baquero, alergólogo y portavoz de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Por su parte, las sustancias químicas presentes en los detergentes y suavizantes con los que lavamos la ropa también son una causa común de alergias cutáneas.
«Lo que ocurre es que la piel desarrolla una hiperreactividad frente a estímulos que debería tolerar, como el roce de las etiquetas o de la propia ropa», expresa Baquero, lo que afecta especialmente a personas con predisposición atópica o con sequedad cutánea.
El síntoma más habitual de la alergia a los tejidos son los eccemas, es decir, «lesiones que, en su fase aguda, provocan enrojecimiento de la piel y picazón y, en su fase crónica, descamación», aclara el alergólogo. La buena noticia es que es un trastorno relativamente poco frecuente –afecta a entre un 0 y un 5.8% de la población–.
Para diagnosticarlo, se realiza un estudio alergológico mediante pruebas epicutáneas. «Son unos parches que se colocan en la espalda y se evalúan tras 48 horas en contacto con la piel. En función de los resultados obtenidos, se diseña un tratamiento individualizado», declara Baquero. Aun así, la recomendación general es que las personas con la piel sensible, dermatitis atópica o serosis cutánea utilicen prendas de algodón 100%, porque suele ser el tejido que más se tolera.
Evitar este tipo de reacciones en la piel es, precisamente, el objetivo de la empresa vasca Twin & Chic, cuyas prendas son respetuosas con patologías como la dermatitis atópica, la urticaria o la dermatitis de contacto. Tanto es así que tienen hasta un sello de calidad para 'prendas dermosaludables', lo que ellos llaman 'Skin Healthy Clothes'.
Para lograrlo, han trabajado codo con codo con un equipo multidisciplinar formado por médicos alergólos de la Clínica de la Universidad de Navarra y con un grupo de químicos especializados en el mundo textil de la consultora Sign Outlet Solutions. «Se trata de una garantía de calidad que certifica que ninguna de nuestras prendas van a tener efectos negativos sobre la piel ni empeorarán las patologías existentes», cuenta Erika Gómez Villoslada, creadora de la marca.
Para ello, han elaborado un listado de sustancias prohibidas en las prendas dermosaludables (arilamina, formaldehido...) y se aseguran de que estas no entran en contacto con la ropa en ninguna de sus fases de fabricación o distribución. «Además de exigir a nuestros proveedores que estas sustancias no estén presentes en cada uno de los procesos de creación de las prendas de ropa, antes de su venta, se mandan a un laboratorio químico especializado en textil donde se acredita que, efectivamente, dichas sustancias no están presentes», cuenta Gómez Villoslada.
Además, los únicos tejidos con los que trabajan son aquellos sobre los que existen estudios sobre su reacción en la piel en seres humanos, como el algodón. «Actualmente están apareciendo nuevos tejidos potencialmente dermosaludables, como aquellos confeccionados con materiales procedentes de residuos orgánicos (la piña, las cáscaras de plátanos...), pero son tejidos tan innovadores que todavía no se ha investigado a fondo su comportamiento sobre la piel, así que no los utilizamos por ahora», afirma la empresaria.
Asimismo, aunque actualmente Twin & Chic es una marca dedicada en exclusiva a vender ropa para niños, Gómez Villoslada no descarta crear colecciones dermosaludables para adultos en el futuro, así como comercializar el sello 'Skin Healthy Clothes' para que otras marcas de ropa puedan aplicarlo a sus productos y que más gente se beneficie de ellos.
En el marco del proyecto 'Skin Healthy Clothes' de Twin & Chic ya trabajan a futuro en la confección de prendas que ropa que lleguen a funcionar como una 'crema'. «Aparte de nuestra propuesta de valor de producto de calidad, fabricado en España, ecológico y que no genere o empeore patologías cutáneas, también queremos llegar a conseguir que nuestra ropa 'mejore', de algún modo, la salud de la piel», dice la creadora de la marca. «Lo que buscamos investigar es qué sustancias sería interesante que desprendieran las prendas y cómo podrían hacerlo». Por ejemplo, un pijama que hidrate la piel durante la noche. «Todavía no es un proyecto en marcha, pero es algo que queremos hacer a futuro», añade.
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