Cómo lavar la ropa de invierno sin estropearla

«La ropa de invierno necesita una mayor atención que la de verano porque está compuesta por materiales y texturas mucho más complejos y delicados. Los tejidos que ayudan a proteger del frío (lana, piel, plumas…) son muy susceptibles a la humedad ambiental y, quizás por esa razón, el uso de agua para limpiarlas puede suponer todo un gran reto, o incluso resultar imposible», declara Jorge Vernetta, Head of Vertical Laundry de Mr Jeff, una start up española de franquicias internacionales de lavandería. Él nos da algunas claves para lavar cada tipo de tejido y preservar así su vida útil durante mucho tiempo. Eso sí, cada prenda es distinta y, en cualquier caso, es importante leer las etiquetas para conocer las indicaciones fabricante.

Los suéteres y las bufandas de lana se pueden meter a la lavadora, pero sin usar agua caliente, porque los materiales que conforman estas prendas se ensanchan con el calor y pierden su forma, haciendo que se vean desgastados. Por el mismo motivo, no se recomienda plancharlos.

«Si huelen a humedad, o tienen alguna mancha de dudosa procedencia, lo más recomendable es lavarlos con agua fría y evitar colgarlos en el tendedero. La mejor forma de dejarlas secar es sobre una silla de plástico o extendidas en una superficie plana para que no se deformen», explica Vernetta.

Para asegurar el cuidado de estos tejidos delicados es esencial leer detenidamente las indicaciones de la etiqueta. Ambos se recomiendan lavar en seco, porque suelen estropearse con el agua. De ahí que se desaconseje usarlos en días lluviosos. Asimismo, no pueden plancharse con planchas de metal.

El material sintético en contacto con el agua se estropea y genera moho, por lo que no es recomendable meterlo en la lavadora. «Si nuestro abrigo se moja con la lluvia, al llegar a casa debemos asegurarnos de retirar el exceso de agua sacudiéndolo fuertemente, y colgarlo después en un lugar cálido hasta que seque», indica el especialista.

Si la piel es auténtica, para las manchas más pequeñas podemos empapar un algodón con unas gotas de alcohol (nunca acetona o amoniaco) y frotar suavemente con movimientos circulares, sin rascar, para no levantar el cuero. Para manchas amplias lo mejor será acudir a la tintorería.

Cada vez que se limpia un abrigo de plumón, los interiores sufren un desgaste. Lo ideal es limpiar solo las zonas más sucias con un cepillo de cerdas suaves y alguna espuma quitamanchas, nunca meterlo en la lavadora en contacto con el agua. Por ello, el lavado en seco en tintorería es lo más prudente.

Vernetta recomienda elegir un ciclo de lavado corto con agua fría y evitar centrifugados intensos. «No exprima o retuerza la prenda para evitar que se deforme. Antes de tenderla, sacúdala para ayudar a que el tejido se extienda y cuélguela en una percha. Si utiliza secadora, que sea a temperatura media durante 30 minutos. Y al plancharla, mantenga también una temperatura moderada para relajar la fibra y que la tela se extienda lo máximo posible. Durante esta tarea, utilice un pulverizador para humedecer la prenda conforme la plancha».

Al ser una fibra dócil, podemos procesar estas prendas en un ciclo a temperatura fría, tanto si son blancas como de color, con un aclarado y centrifugado cortos. Al secarlas, si utilizamos secadora, que sea a una temperatura media para evitar que encojan. Y al tenderlas, sacudirlas previamente para que la fibra se extienda y tome su forma.

«Para un planchado óptimo, es aconsejable elegir una temperatura alta y utilizar un pulverizador conforme se plancha para ayudar a que la tela quede lo más lisa posible», detalla Vernetta.