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Somos Campo
Viernes, 15 de septiembre 2023, 00:08
La campaña de recolección de patatas entra en su recta final. «Nos encontramos con la situación de las provincias tempranas frente a las tardías y mientras que en Valladolid va muy adelantada; en Segovia está a la mitad y en Burgos, Palencia o León están ... empezando, pero de manera general se puede afirmar que en el campo no queda más del 20% de la producción».
Así lo indica Yolanda Medina, presidenta de la Asociación Nacional de Producción y Comercio de Patatas (Asonal), que define la presente campaña como «espectacular», tras hacer un detallado recorrido por la misma.
«Empezamos la campaña a finales de junio con gran miedo en el cuerpo y a unos precios nunca vistos en Andalucía y Murcia porque como consecuencia de las lluvias no había producto de arranque y las producciones eran bajas», recuerda.
Eso provocó que cuando llegó el turno de Castilla y León «había un embudo muy importante y stock en los almacenes porque esas otras zonas tenían el 60% sin arrancar».
La cuestión es que en medio de toda esa situación «apareció un rayo de sol que ha sido la exportación, a unos niveles que nunca habíamos vivido en la región». Con Francia igual que Murcia, se abrió paso la patata de Castilla y León y detrás siguieron Italia, Bélgica e incluso Alemania.
«Europa, de los Pirineos para arriba porque Portugal siempre nos ha comprado, concretó sus compras en Castilla y León y así cogimos un respiro para hacer ventas de rentabilidad buena».
Además, se ha dado la circunstancia de que «la producción ha sido un 30 o 35% mayor por hectárea y cuando paró la exportación, el mercado nacional entró con mucha fuerza», declara.
Medina insiste en que, siempre hablando en términos generales, ha sido un ciclo de «muchos kilos y precios aceptables» y además, «esta calidad nos la han reconocido en Europa, esos países conocían la exportación por el sur, no sabían ni dónde estábamos por lo que ha sido un hito histórico poner nuestra patata en el mapa europeo».
Si este planteamiento abre el mercado a años venideros está por ver, «lo que está claro es que si lo hubiéramos hecho mal la puerta ya estaba cerrada y aunque lo suyo siempre va a ser lo primero, cuando se ha valorado el producto y la situación climática está ahí, las empresas lo que quieren es asegurar el suministro y llegar a acuerdos comerciales en diferentes zonas».
Fluidez y estabilidad
El presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León (Appacyl), Eduardo Arroyo, coincide en que la campaña ha sido «muy aceptable» y que no se ha hundido debido a que «ha habido mucha fluidez en los arranques y estabilidad en los precios porque lo ha absorbido el mercado europeo».
Detalla que «había necesidad de patata y nosotros teníamos un cultivo con excelentes condiciones sanitarias, como hace años, ellos tenían en la cabeza que era para salir del paso y hemos dado la talla», además, «la industria está cogiendo un peso grandísimo en Europa y tiene necesidad de mercancía». También comenta que la media por hectárea puede rondar las 50 toneladas, frente a las 40 del año anterior.
Por último, el precio de la patata ha subido en esta recta final y se mueve entre 0,33 y 0,37 euros, «las agrias a día de hoy para industria están a 0,38-0,40«, concluye Arroyo.
Para cocer, para freír, para microondas, patatas grandes, pequeñas...En los últimos años no son pocas las variedades que se han introducido en el mercado de las patatas y cada una, con un fin culinario distinto y del gusto de cada perfil de consumidor.
«Cada vez se sigue implantando más la cuarta y la quinta gama», confirma Isabel del Amo, gerente de la Asociación de Supermercado de Castilla y León (Asucyl). «Al principio los precios eran muy elevados pero han ido bajando a medida que la gente los va conociendo» y destaca cómo «es de lo más normal encontrar la patata en tarro ya cocida o refrigerada para llevar al microondas».
Insiste en que se trata de un mercado «en crecimiento» y por otra parte «todo lo que sea ahorrar tiempo a los consumidores es interesante aunque en los momentos de mayor crisis se nota que eso se ralentiza un poco».
También cambian los formatos y partiendo de la base de que la patata lavada es la del gusto de la mayor parte de los consumidores, «cada vez se vende más patata en malla en lugar de a granel». Otro ejemplo de cómo los tiempos cambias y también las preferencias.
Sobre la actual campaña de recolección, a la que todavía le queda por delante un mes más o menso, lo que ha podido constatar del Amo es que «se ha comportado fenomenal tanto en calidad como en sanidad y a un precio muy aceptable».
Entiende que los precios «están bien para el productor y son asequibles para los consumidores».
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