Las pérdidas en las granjas amenazan el abastecimiento de pollos en las tiendas

En este contexto de crisis ha nacido la asociación 'Defiende tu avicultura', que cuenta con alrededor de 430 socios y más del 25% de la cabaña nacional de pollos y pavos. «Somos la única asociación a nivel nacional con esta capacidad», explica su presidente, el leonés Alexis Codesal, «nuestro objetivo es dignificar la figura del avicultor y crear un marco jurídico que establezca la responsabilidad de las partes, la nuestra y la de las integradoras, porque nos sentimos ninguneados».

La situación de estos granjeros ha tomado cierta trascendencia tras lanzarse el mensaje de que el abastecimiento de pollos corre peligro a partir del mes de agosto, debido a que algunos de estos productores han anunciado a las integradoras su intención de dejar de criar porque no salen las cuentas.

«Dentro de nuestros asociados, que yo tenga constancia, 33 explotaciones, que suponen dos millones de plazas, ya han notificado a las integradoras que cuando terminen la crianza en vigor no van a meter más pollos; en el caso de Castilla y León son 11 explotaciones y 700.000 plazas», asegura Codesal. De cualquier modo recuerda que su asociación representa al 25% del sector, «hay otro 75% que no está ahí y me consta que más explotaciones han tomado esta decisión, pero yo solo hablo de lo que conozco de primera mano».

La mayoría de las explotaciones avícolas en España están en sistema de integración, que consiste en que una empresa llamada integradora contrata las labores de cría y engorde a un avicultor que es el propietario de la explotación donde se cría el animal hasta que es llevado al matadero. El avicultor asume, entre otros, los gastos energéticos, que representan en torno al 75% de los gastos ordinarios de funcionamiento.

De 800 a 4.000 euros en luz

Este colectivo pone como ejemplo los gastos de una explotación avícola media, que puede rondar las 60.000 plazas de pollos o 20.000 plazas de pavos, cuyas facturas de luz de un mes de invierno han pasado de estar sobre los 800 euros a más de 4.000 euros en la actualidad. Los meses de verano se prevén mucho peores, y la factura pasará de 1.500 euros a más de 7.000 euros. Si se tiene en cuenta que la crianza dura aproximadamente dos meses, «el aumento es inasumible con los contratos actuales».

Alexis Codesal explica que criar un pollo, hasta hace un año, costaba entre 0,32-0,33 euros y el precio que las integradoras les pagaban se movía entre 0,40-0,42 euros, por lo tanto, se podía hablar de un margen por animal de 0,10 euros. «Ahora la cría se ha encarecido en 0,17 euros por animal, ya no cubrimos los gastos con lo que nos pagan, al contrario, estamos perdiendo entre 0,07-0,08 euros por cada pollo».

El presidente de este colectivo apela al cumplimiento de la Ley de la Cadena, que prohíbe la venta a pérdidas, «es injusto e ilegal, qué mínimo que cubrir los gastos, pero tampoco trabajas para cambiar dinero, trabajas para obtener un sueldo digno».

Este avicultor lamenta que «no tenemos capacidad de negociación» y acusa a las integradoras de acaparar las subidas que se han producido en lonja, «todo eso se lo quedan ellas para compensar gastos».

De igual modo, habla de «coacción» por parte de algunas integradoras a la hora de sacar adelante la asociación, «cuando fuimos a Galicia, la principal integradora de esa región llamó uno por uno a todos sus integrados amenazando con dejar de meterles animales si iban a la reunión de la asociación». En este sentido, Codesal se considera «un blanco fácil para que me arrinconen».

El propio Codesal habla de su situación personal, «cuando termine la crianza a primeros de julio, voy a notificar que ya no meto más animales, no puedo». Relata que «con la última crianza llegué a los 21.000 euros y tuve 27.400 euros de gastos, en seis meses he sumado más de 13.000 euros de pérdidas y no he tenido sueldo, ya no tengo en octubre para tirar de ahorros».

De León a Segovia

En la localidad segoviana de Villascastín, Antonio Ayuso expone una situación similar: «Tenemos una inversión de un millón de euros en dos naves, los tres primeros años han sido normales, no se perdía dinero, pero luego nos han bajado un poquito y los costes han subido una barbaridad, sobre todo la luz y el gas y así, es inviable».

Cifra sus pérdidas en lo que va de año, «entre 60.000 y 70.000 euros, de cualquier modo», con el agravante de que la integradora para la que trabajaban «nos dejó tirados a ocho explotaciones de Segovia, de un plumazo, hacen lo quieren».

En su mente ronda la idea de cerrar, «como no salgan las cuentas, a ver qué vas a hacer», al tiempo que lamenta que las integradoras, «no te dan la solución, y el Estado no quiere que suba el pollo para que no suba el IPC, pero no podemos dar de comer al país pagándolo nosotros».

Desde el colectivo 'Defiende tu avicultura', además de dirigirse a todo tipo de estamentos nacionales como autónomicos, incluido el propio presidente, Pedro Sánchez, o el Ministerio de Agricultura, han solicitado una reunión a la interprofesional de la carne avícola, Avianza, «un organismo que teóricamente es de todos», indica irónicamente Codesal.

Precisamente Avianza, que representa al 90% de la producción de carne de pollo, pavo y codorniz del país, ha hecho un llamamiento a la responsabilidad «para trasladar confianza a los consumidores españoles en un momento, de nuevo, de máxima tensión en el mercado» y sobre todo, inciden en «no trasladar mensajes críticos como «posible desabastecimiento» a los consumidores, pues pueden generar aún más incertidumbre a una situación social y económica de por sí tensionada».

Por otra parte, Avianza defiende que las integradoras llevan un incremento de costes de un 40% desde enero de 2022 y solo se les ha repercutido un 15,5 %.