Talibanes: quiénes son y qué leyes impondrán a partir de ahora

Este movimiento islamista cobró protagonismo a principios de los años 90, en plena guerra civil de Afganistán. En 1996 derrotó al resto de grupos que pugnaban por el poder y se hizo con el control de Kabul, imponiendo un gobierno basado en una visión radical del Islam en buena parte del país. Tuvieron el poder hasta 2001, cuando Estados Unidos entró con sus aliados en el país tras los atentados del 11-S e hizo replegarse a los talibanes a las zonas fronterizas, donde se refugiaron en las montañas.

Dese entonces, mientras Estados Unidos formaba al ejército afgano y trataba de tutelar un sistema democrático, los talibanes no han dejado de combatir a las fuerzas extranjeras y al nuevo ejército de Afganistán. Cuando la coalición de tropas internacionales con EEUU a la cabeza se retiró este año, los talibanes realizaron una ofensiva en la que han ido tomando todas las capitales provinciales en pocas semanas, culminando con la entrada en la capital, Kabul, el 15 de agosto y estableciendo de facto un nuevo Emirato Islámico.

Ahora, en pleno 2021, el movimiento lo componen figuras del Emirato Islámico que gobernó entre 1996 y 2001 con una generación de jóvenes que se han formado en la resistencia a lo largo de los últimos años, en los que ha los talibanes han hecho la guerra de guerrillas.

El puesto del mulá Omar lo ocupa ahora Hebatulá Ajundzada, un líder con un perfil religioso, que tendría entre 45 y 50 años, natural de Kandahar que, según un informe de seguridad de Naciones Unidas, ocupó el cargo de lo que podría equivaler al ministro de Justicia hasta el colapso del régimen fundamentalista en 2001.

Por otro lado, se encuentra el mulá Abdul Ghani Baradar, fundador que ostentó el cargo de viceministro de Defensa en los tiempos del régimen del 96. Desde mayo de 2007 formaba parte del consejo supremo talibán en la llamada Shura de Quetta de la que emanan las líneas maestras a seguir en la guerra santa en suelo afgano.

Según el escritor Ahmed Rashid los nuevos islamistas son mucho más radicales que los que establecieron el Emirato entre 1998 y 2001 y además tienen profundas creencias anti-occidentales.

Tras el anuncio de la retirada de las tropas estadounidenses se preveía que los talibanes iniciarían una ofensiva, aunque nadie anticipó que esta triunfaría con tanta rapidez.

El ejército afgano, entrenado por los aliados internacionales, apenas ha podido contener el avance de los talibanes que, a lo largo de los últimos años, se han organizado y ganado más simpatizantes en todo el territorio, gobernando en la sombra en muchos puntos de Afganistán.

Ante el poderío de esta guerra relámpago y la llegada en tiempo récord de los talibanes a la capital, el presidente afgano no tuvo más alternativa que salir del país y dejar que los rebeldes impusieran de facto el nuevo Emirato Islámico.

En los últimos días se han visto en todo el mundo las impactantes imágenes del aeródromo de Kabul colapsado por ciudadanos afganos que colaboraban con el nuevo Gobierno y cuya única posibilidad de sobrevivir es huir del país.

Con las vías terrestres controladas por los talibanes, el aeropuerto es la única salida para miles de personas.

El ejercito estadounidense lidera la evacuación y vela para que se lleve a cabo con seguridad, aunque se han producido auténticas aglomeraciones en las últimas jornadas provocadas por el pánico de muchos ciudadanos que quieren salir cuanto antes del país.

Es una incógnita qué leyes impondrán los talibanes, pero sí se puede recordar las fuertes restricciones que impusieron para las mujeres afganas entre 1996 y 2001 y que atentaban contra los derechos humanos. Se les prohibió la libre circulación fuera de sus hogares sin ir acompañadas de un familiar varón, tenían la obligación de cubrirse completamente de la cabeza a los pies, prohibición de acceder a estudios o a desempeñar un trabajo salvo contadas excepciones.

Ahora la comunidad internacional teme que vuelvan a imponer estas leyes contra las mujeres y las niñas.