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Un sacerdote recoge barro frente a su parroquia. LP
Sotanas contra el barro

Sotanas contra el barro

El Papa reza por los afectados mientras el arzobispo ofrece los templos para lo que sea necesario y los párrocos luchan contra el barro a pie de calle

Juan Sanchis

Valencia

Lunes, 11 de noviembre 2024, 08:13

Como otras muchas instituciones, la Iglesia valenciana también se ha movilizado con motivo de los daños ocasionados por la DANA. Por un lado, para ofrecer acompañamiento espiritual. Pero también ha ofrecido, como señaló el arzobispo desde el primer día de la DANA, todas sus instalaciones para lo que sea necesario estos días. De esta forma, parroquias se han convertido en centros de alojamiento o de reparto de alimentos al igual que colegios de la diócesis u otras instalaciones de la archidiócesis.

Por su lado, Cáritas Diocesana de Valencia se ha puesto a disposición de las Administraciones públicas para todo lo que pueda requerir de ella y ha habilitado dos cuentas para recoger donaciones económicas con las que apoyar a través de las Cáritas parroquiales de las zonas más afectadas. Las cuentas son de EMERGENCIA DANA VALENCIA Caixa Popular: ES19 3159 0078 5716 6338 6025 y Caixabank: ES02 2100 8734 6113 0064 8236. Las donaciones también pueden realizarse a través de su página web: www.caritasvalencia.org.

También el Arzobispado de Valencia ha anunciado que «desde el dolor y la consternación por todo lo vivido en nuestra diócesis, hacemos una llamada a la solidaridad que se exprese en la colecta del Día de la Iglesia diocesana de este fin de semaba que será destinada íntegramente a las parroquias afectadas por el temporal».

«Quiero expresar mi cercanía con la gente de Valencia. Estoy cerca de ellos en este momento de catástrofe». Con estas palabras, el papa Francisco ha querido mostrar su preocupación por las víctimas de la tragedia de la DANA. En un vídeo al presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, el Papa le ha pedido que haga llegar la proximidad de la Santa Sede a toda la diócesis de Valencia, en estos momentos de catástrofe.

No sólo eso sino que el arzobispo de Valencia ha comunicado que «me ha telefoneado personalmente el Santo Padre, el papa Francisco, para interesarse por la situación que estamos viviendo. Le he comentado algunos detalles que hemos conocido y me ha dicho que cuanto más ve las noticias y las imágenes, más impresionado se queda».

Además, la audiencia del Papa de este pasado miércoles ha estado presidida por una imagen de la Virgen de los Desamparados que le regaló el arzobispo al Pontífice con motivo del Centenario de la Coronación. Francisco dirigió unas palabras sentidas en apoyo de las víctimas. También ese día se conoció el nombramiento de dos nuevos obispos auxiliares de Valencia, Fernando Ramón y Arturo Javier García.

Por otro lado, el Nuncio de su Santidad en España monseñor Bernardito Auza ha visitado algunas localidades de la archidiócesis de Valencia para «en nombre del Santo Padre trasladar su ánimo, asegurar sus oraciones por los que han perdido la vida y su solidaridad con los que han perdido los bienes».

Durante su visita a las localidades de Pedralba y Chiva, el Nuncio ha quedado «muy impresionado por la situación, la cantidad de bienes perdidos, pero es importante que se han salvado también muchas vidas. Las catástrofes son siempre muy difíciles de llevar. Con la solidaridad de todos creo que Valencia puede superar todos estos desafíos»

Por su parte, la imagen original de la Virgen de los Desamparados situada en el altar mayor de la Basílica luce un crespón negro como signo de duelo por las personas fallecidas a causa de la DANA que ha afectado a la Comunitat Valenciana, Castilla la Mancha y Andalucía.

El crespón negro, colocado sobre el manto de la patrona de Valencia, está situado bajo el Niño Jesús sostenido por la Virgen, y simboliza su duelo por sus hijos fallecidos y por todos los que sufren las consecuencias de esta catástrofe.

El lazo de tela negra con pedrería que conforma el crespón fue confeccionado por la Camarera de la Virgen de los Desamparados, María Dolores Alfonso, durante la pandemia de la Covid, y «representa todo lo que estará sintiendo nuestra Mare de Déu que siempre nos acoge, sobre todo, a tantas personas que han fallecido y a tantas familias afectadas», señalaba la autora.

El jueves 31 fue el primer día en el que el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ofreció el rezo del Rosario, retransmitido por la televisión, en sufragio por las víctimas de la DANA. Luego lo ha hecho en varias ocasiones más. Además, el arzobispo pidió que en todas las misas del pasado domingo 3 de noviembre se rezara un responso por los fallecidos en la tragedia.

Las parroquias de la diócesis de Valencia están viviendo esta situación generada por la DANA desde la preocupación, la atención y la oración por los afectados. Aunque han sufrido numerosos daños materiales, ahora la prioridad es acompañar a los afectados.

También se han cedido instalaciones a los voluntarios y cuerpos de seguridad. Entre ellas el Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer, en San Antonio de Benagéber, ha acogido a 55 bomberos voluntarios que se desplazaron para colaborar en la catástrofe por la DANA. Los bomberos se trasladaron desde distintas provincias españolas e incluso de Francia.

Por otra parte, el Seminario Mayor de Moncada ha acogido a 150 miembros de la Guardia Real destinados a ayudar a las poblaciones afectadas por las inundaciones junto a otros cuerpos militares. Desde el Seminario, donde descansan, salen en turnos a las diferentes localidades.

«Esto es una película de terror. Rezad, esto es muy duro»

Mientras, movimientos, asociaciones, empresas y particulares y los obispos de toda España siguen enviando ayuda material y económica. Las Cáritas diocesanas están siendo cauce con Cáritas Valencia. Desde la entidad valenciana explican que están a pie de calle para conocer las necesidades reales a día de hoy, donde las tareas urgentes de limpieza están dando paso a artículos de necesidad personales y para los hogares.

Por otro lado, las parroquias del arciprestazgo San Vicent Ferrer, que incluye localidades como Vilamarxant, Ribarroja, Lliria, Benisanó y Benaguasil, se están movilizando para ofrecer ayudas. «Las poblaciones más afectadas han sido las que están cercanas al río Turia y a sus barrancos, como son el caso de Ribarroja y Vilamarxant», ha explicado Francisco Ferrer, arcipreste y párroco de Santa Catalina de Vilamarxant: «Nos hemos puesto a disposición de los ayuntamientos para ofrecer nuestros locales e instalaciones, así como a través de Cáritas, mantas, alimentos, cargadores de móvil y otras ayudas para la gente que se han tenido que alojar en polideportivos y colegios provenientes de los polígonos donde se han quedado incomunicados o de otras poblaciones a las que no podían acceder, como Pedralba, Cheste o Chiva».

El párroco de Nuestra Señora de El Pilar y de María, Madre de la Iglesia de Catarroja, José Vicente Alberola, explica que en su zona el agua ha subido hasta los tres metros de altura con una fuerza muy grande y que ha habido algunos fallecidos. «Las dos parroquias se han inundado hasta tres metros, se han destrozado, y estamos intentando salvar algunas cosas. En el Pilar la imagen de la Virgen ha desaparecido, se la ha llevado el agua. No tenemos casi cobertura móvil y se está haciendo difícil contactar y movilizar a la gente para ayudar», relata.

Igualmente, en Alfafar hay varios fallecidos y la situación en las calles es dantesca. «Muchas personas lo han perdido todo e impresiona las montañas de coches. No tenemos luz ni agua potable y la comunicación es muy deficiente», asegura el párroco.

Desde Aldaia su párroco Francisco Furió asegura que «estoy bien. He perdido mi coche, pero eso no es nada. Está todo inundado, también las dos parroquias. La gente está devastada Esto es una película de terror. Pero dentro de todo estamos bien. Rezad, esto es muy duro».

Ángel Miguel Olivares, párroco de Nuestra Señora de Lepanto de Castellar, asegura que «es un desastre. La gente está en shock.Muchos han perdido la casa, los negocios, todo lo que tenían. La parroquia y la Casa Abadía también están inundadas». Ángel Miguel Olivares está visitando tanto a comercios como «a la gente en sus casas para ver cómo están. Porque a nivel afectivo la gente está hundida». Desde Cáritas «nos hemos puesto en contacto con Protección Civil para coordinarnos con ellos y poder atender a la gente que está sola, la gente mayor, a los enfermos. Incluso a aquellas personas que sabemos que viven por las huertas y que no sabemos dónde están».

El párroco de Nuestra Señora de Lepanto asegura que «a corto o medio plazo el acompañamiento desde la parroquia va a ser fundamental así como el acompañamiento espiritual. Hay que levantar a la gente, animarlos y estar con ellos porque nosotros somos el mejor vehículo para el Señor». De igual manera, pide que se rece por los sacerdotes «para que nos mantengamos en pie y podamos sostener a la gente que está con nosotros que es lo fundamental».

Principalmente, ahora «hay que centrarse en cubrir las necesidades materiales más importantes y básicas. Que la gente pueda volver a sus casas, y lo otro, pues, se irá dando poquito a poco», concluye.

En términos similares se refiere el párroco de San Pedro Apóstol de Massanassa, Miguel Alejandro Gómez, describe la realidad que están viviendo como «caótica y todo el mundo desbordado». Él mismo la noche de la tragedia acogió en su casa a un matrimonio con una niña de diez días que no tenían forma de volver a casa.

«La realidad es que todos están afectados, es un pueblo de casas bajas, es indescriptible. En la iglesia entró agua y ahora estoy limpiando el despacho pero sobre todo estoy preocupado por personas que no sabemos nada y atendiendo a vecinos que no encuentran a sus familiares. La falta de comunicación también generó mucha incertidumbre y por ahora no nos hemos podido organizar», cuenta.

Por su parte, el párroco de Nuestra Señora del Socorro de Benetússer, Jesús Cervera, destaca los «gestos de solidaridad» que están surgiendo entre la población, «que ofrece su ayuda sin que la pidas y es especialmente sensible con las personas mayores». Desde la Cáritas parroquial han llevado todos los alimentos que se han salvado de la inundación de su local al punto de entrega organizado por el Ayuntamiento en el colegio Blasco Ibáñez. Además, han gestionado la llegada de un camión con agua embotellada para que también se reparta desde ese punto.

La parroquia Nuestra Señora de Gracia de La Torre, coordinada junto el Ayuntamiento y Protección Civil, ha sido habilitada como centro de recogida de alimentos y productos de primera necesidad y «se ha convertido en el epicentro de la ayuda en esta zona de los poblados del sur de Valencia», afirma Alfonso Chico, desde el templo.

«Llevamos organizando toda la recogida de alimentos, enseres de primera necesidad, utensilios de higiene, mantas, ropa y agua». Al punto de recogida «está llegando la gente de La Torre y de poblaciones de alrededor para abastecerse y también desde aquí están saliendo packs de productos básicos que Protección Civil está llevando a familias que aún están aisladas en la huerta».

En el templo están organizados más de 200 voluntarios, «muchos de ellos se han trasladado andando desde Valencia, también feligreses de la parroquia, miembros de los grupos de Emaús y Effetá, y personas procedentes de diferentes puntos de la ciudad», asegura el párroco, Salvador Pastor.

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