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Chaleco identificativo de los psicólogos de Emergencias del 112 en Castilla y León y, en detalle, el coordinador del COPCyL en Burgos, Ignacio Jiménez BC
«Siempre que vamos a una emergencia el desenlace suele ser fatal, la muerte»

«Siempre que vamos a una emergencia el desenlace suele ser fatal, la muerte»

El psicólogo de Emergencias, Ignacio Jiménez, explica cómo actúan ante una urgencia de alta carga emocional y la importancia de este tipo de atención a víctimas y profesionales que la atienden

Domingo, 15 de mayo 2022, 14:51

Varios ejemplos puede aportar el psicólogo de Emergencias, Ignacio Jiménez, acerca de las actuaciones que este equipo de profesionales realiza en Castilla y León. Ahogamientos, incendios, muertes violentas, pero también infartos y atropellos y accidentes de tráfico.

Estas son algunas de los «mil casos y ... situaciones distintas» que Jiménez se ha encontrado en su carrera. Casi todos ellos, con el mismo denominador común. «Siempre que vamos a una emergencia es porque ha habido un suceso tiene un impacto, una alta carga emocional», asegura al recordar algunas de las intervenciones que ha realizado.

«El desenlace siempre que vamos nosotros suele ser una emergencia que es fatal, es decir, la muerte», añade antes de explicar el proceso por el que se decide si se requieren los servicios de un psicólogo en una emergencia.

«Nosotros dependemos principalmente del 112, tenemos un coordinador que nos activa cuando ha habido algún suceso en el que se solicita apoyo psicológico debido a la gravedad del mismo», explica Jiménez.

Entonces, la sala de Emergencias recoge el testimonio del suceso y pondera si se requiere la presencia de un psicólogo. «Si resulta necesario, se traslada la información al profesional, pero quien activa esta opción siempre es el 112», específica.

De esta manera, Jiménez recuerda haber atendido diferentes emergencias como accidentes de tráfico, en los que «aunque no se puede ir a todos», hay algunos que destacan por su relevancia.

«No es lo mismo un choque entre vehículos a que un niño esté jugando en un pueblo y pase un coche y se le lleve por delante. En este caso, que también se considera accidente de tráfico, se debe acudir como siempre que hay víctimas menores o el suceso es de un impacto emocional alto», expone el psicólogo.

Recientemente, ha acudido a otros incidentes como el de un matrimonio que visitaba Burgos en el que un hombre sufrió un infarto en la calle y la mujer «no estaba en su lugar, no tenía familia cerca», y le hizo falta atención psicológica para poder tranquilizarse«. »Cuando hay un suceso de este tipo la persona queda completamente desorientada y no sabe lo que ha ocurrido«, señala.

Incendio de Tordómar

Al relatar sus experiencias, se detiene en algunas que han trascendido por su mayor repercusión mediática, como la ocurrida en la localidad burgalesa de Tordómar.

«Aquella familia de desplazados, que estaban disfrutando de un fin de semana bueno, de repente ven que sin saber cómo ni por qué, se provoca un incendio y fallece prácticamente toda la familia, ocho personas«, rememora.

«Fue un impacto emocional grande no solamente para los familiares de las de las víctimas, sino también para las personas que intervinieron en las tareas de rescate al encontrar esos cadáveres de niños tan pequeños completamente calcinados» relata.

Los propios bomberos que estuvieron allí también se vieron desbordados, incluso la Policía Judicial, que también son personas que estaban debidamente formadas, pero ante una tragedia de esta magnitud también se ven afectadas y les hace falta su apoyo psicológico«.

De hecho, Jiménez destaca que en las emergencias «no solamente se trabaja con el entorno de las víctimas, sino que también se asiste a los intervinientes» como puede ser Protección Civil y Bomberos o cualquier otro cuerpo para que puedan «llegar a su casa lo más limpios posible» tras realizar su trabajo.

Accidente en Castrovido

«Recuerdo también una emergencia muy dura pues en el embalse de Castrovido, donde fallecieron cuatro personas por un una cuba de hormigón, un bombín, que cayó y quedaron sepultadas sobre las cuatro de la tarde«, asevera indagando en su memoria.

Sobre aquél suceso, no olvida los trabajos de los que acudieron a socorrer a las víctimas, en este caso bomberos «voluntarios» del municipio cercano de Salas de los Infantes. «El último cadáver se recogió a las 23:30 de la noche, los tuvieron que sacar del hormigón porque estaba fraguando y les veías absolutamente rotos».

Sobre esta situación, el psicólogo expresa la importancia del papel de apoyo que realizan a nivel logísitico con familiares trasladados que se encuentran aturdidos o en estado de shock.

«En estas atenciones hay que tener en cuenta también todas las personas que van a venir de esos familiares, dónde se van a alojar si hay que buscar alojamientos, necesidades como comida, puntos de encuentro etcétera», concluye.

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