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Videojuegos para la rehabilitación de lesiones. BC
Videojuegos y realidad virtual para rehabilitar pacientes en una consulta de Burgos

Sergio Fuentes, uno de los médicos más influyentes de España

Videojuegos y realidad virtual para rehabilitar pacientes en una consulta de Burgos

Sergio Fuertes, nombrado como uno de los 10 médicos rehabilitadores más influyentes de España, apuesta por la tecnología para la rehabilitación de sus pacientes en Burgos

Ruth Rodero

Burgos

Domingo, 11 de junio 2023

Hace apenas diez días fue reconocido como uno de los diez médicos rehabilitadores más influyentes de España. Un título que le pilló por «sorpresa» y que le llegó «a través de otros compañeros». «Me llegó con alegría, porque es un reconocimiento. No obstante, desde ... mi punto de vista, tampoco hace honor a la realidad porque se ha quedado fuera mucha gente que creo debería estar ahí», confiesa el doctor Sergio Fuertes.

Por eso, para él, este nuevo título se queda en «una maravillosa anécdota». El doctor Sergio Fuertes forma parte del equipo del Centro de Rehabilitación y Fisioterapia de Recoletas, donde pronto la realidad virtual será una herramienta importante para llevar a cabo la rehabilitación y la mejora de la calidad de vida de numerosos pacientes. Algo en lo que tiene mucho que ver, pues ya implementó en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) la rehabilitación con videojuegos. «Este proyecto surgió hace muchos años a raíz de la salida al mercado de dispositivos como la Wii con la Wii balance board, la Wii kinect con su cámara y su sistema de escaneado corporal», explica. A partir de ahí, se dieron cuenta de que «las posibilidades de este tipo de tecnología tenían una cabida excepcional en el mundo de la rehabilitación».

Y entonces empezaron a desarrollar tratamientos a través de videojuegos comerciales. «Pensábamos que así era la mejor manera de favorecer la adherencia del paciente a esa terapia. Así no solo la desarrollaban el tiempo que estuviesen con nosotros, sino que tenían la posibilidad de darle continuidad luego ellos. La experiencia fue maravillosa, escribimos un pequeño manual que salió publicado en 2013 y conseguimos incluirlo como disciplina terapéutica dentro del HUBU», recuerda.

Esta manera de llevar a cabo la rehabilitación «no solo permitía mejorar la calidad del proceso funcional de los pacientes, sino que además era algo divertido y los usuarios se recreaban mucho con ello», por lo que el equipo médico se llevó «gratísimas sorpresas». Además, esta manera de enfocar la rehabilitación se aplicaba a «terrenos tan dispares como puede ser el mundo de la neurorrehabilitación o el trabajo de recuperación funcional de un esguince de tobillo».

Cuando se comenzó a implantar esta nueva manera de hacer rehabilitación los médicos pensaron que se podrían encontrar «con un sesgo de edad» que podría ser un hándicap, pero no fue así. «Me acuerdo de pacientes con 70 años que, a priori, parecía que iban a descartar ese mundo como algo que no era para ellos y que se incorporaban con una ilusión... Para ellos era como penetrar en una nave espacial, era algo fantástico, de pronto pertenecían al siglo en el que estaban viviendo», explica Fuertes.

«Me acuerdo de pacientes con 70 años que parecía que iban a descartar ese mundo y que se incorporaban con una ilusión...»

Porque no solo se trataba de obedecer a las indicaciones de sus médicos, sino que veían cómo esa tecnología aparecía en las noticias, en la televisión «y eso les gustaba mucho». «Y otros pacientes jóvenes, sin embargo, no les llamaba tanto la atención. La edad no era el problema, sino las ganas de trabajar y de utilizar cualquier recurso que fuera útil para mejorar la calidad de lo que se estaba haciendo con ellos».

La adaptación de los videojuegos a la rehabilitación

En el mundo de los videojuegos antes de sacar uno al mercado hay 'tester', gente que se dedica a probarlos para comprobar la accesibilidad, la jugabilidad, el atractivo. Algo así hizo el equipo de Sergio Fuertes para lanzarse a esta aventura. «Lo que hacíamos era acceder a videojuegos que había en el mercado y probarlos y ver qué utilidad tenían en nuestro mundo», este era el primer paso a cumplimentar. Después, una vez que entre los miembros del equipo dieron «de paso» uno de estos juegos, porque «en la fase inicial del proyecto todo fue muy de andar por casa», había que hacer «alguna modificación de entorno incluyendo material del servicio de rehabilitación, tanto del gimnasio como de la sala de tratamiento propia del exergaming o de la rehabilitación con videojuegos para que ese videojuego se integrase a la perfección en el objetivo funcional que nosotros perseguíamos con él», analiza.

O dicho de otra forma: Si trabajaban con la plataforma de la Wii balance board jugaban a inestabilizarla sobre una colchoneta, «o trabajar en vez en apoyo bipodal a la pata coja». «Buscábamos perfeccionar a través del sistema nuestro método de trabajo. Y así fue como lo hicimos», recuerda.

Aquello fue el primer paso, ahora ya existen empresas y software diseñados para ello que, además, permite «no solo tratar al paciente, sino también realizar un análisis biomecánico del mismo». «Te cuenta cómo están yendo las cosas, tienes datos evolutivos del paciente, te nutres de las dos maneras, es bidireccional», indica.

Pero estas técnicas y herramientas no limitan el uso de las técnicas y herramientas de rehabilitación tradicionales y no por la entrada de los videojuegos y de la realidad virtual van a desaparecer: «Bajo ningún concepto. Estamos hablando de un complemento. De algo que mejora, no de algo que sustituye. Las técnicas clásicas, las técnicas que a día de hoy se siguen empleando en cualquier servicio de rehabilitación van a seguir estando ahí y seguirán formando parte de todos estos procesos que se trabajen con realidad virtual. La ventaja de la realidad virtual es que incentiva y motiva al paciente porque en muchos casos es más divertido que cualquier ejercicio hecho mirando a una pared o a un espejo».

«La ventaja de la realidad virtual es que incentiva y motiva al paciente porque es más divertido que cualquier ejercicio hecho mirando a una pared o a un espejo»

Y es que la rehabilitación cobra cada vez más importancia, porque «en el siglo en el que vivimos el concepto de calidad de vida impera». «Asumimos que el dolor no debe formar parte de nuestras vidas en ningún caso, ya sea por una lesión o por procesos de otro tipo. Toleramos cada vez menos el vivir con dolor y recurrimos a cualquier cosa para que el dolor desaparezca de nuestra vida. El número de pacientes aumenta y vemos cada día más gente que demanda un dolor que a veces no es eliminable. Y esto tenemos que tenerlo claro, hay determinados problemas que por mucho que nos peleemos con ellos van a formar parte de nuestro día a día», asegura el doctor.

No existe, eso sí, una tipología concreta de paciente. «Vemos todo tipo de pacientes, con todo tipo de lesiones y todo tipo de dolor», relata Sergio Fuertes. El motivo es porque el recurso de la rehabilitación es «la primera premisa» en el ámbito del dolor. «Son terapias conservadoras, a las que se accede con bastante facilidad y que se toleran con facilidad. En muchos casos eluden la opción de tomar fármacos o bien actuar a través de agujas, con procedimientos intervencionistas», asegura.

El propósito de la rehabilitación es «devolver a los pacientes lo que eran» antes de la lesión, del dolor incapacitante. «Desgraciadamente en algunos casos hay lesiones en las que parte del tratamiento son una serie de consejos y esos consejos implican eliminar de la vida de un paciente algo que a él le gustaba pero le estaba agrediendo. Alguien que sufre de una patología de rodilla en la que está influenciada por el nivel de carga o de estrés a la que la somete y le gusta correr, por ejemplo, pues correr no va a ser la opción el día de mañana. Pero si te gusta el deporte el abanico de posibilidades es amplísimo y se va a poder readaptar y le va a permitir seguir disfrutando del deporte. A veces, aunque no nos gusta, tenemos que recomendar que eso que estaba haciendo no es lo mejor para lo que le ocurre y, si no quiere volverlo a sufrir, no debe volverlo a practicar», lamenta.

Para evitarlo, para no necesitar rehabilitación, lo mejor es «mejorar la proactividad de los pacientes». «No dejamos de ser máquinas y una máquina requiere mantenimiento. Para llevar el día a día, o una actividad laboral exigente, tenemos que estar acondicionados. Y eso depende de nosotros. Cuidar nuestra dieta, nuestro peso y participar en hacer ejercicio asiduo y habitual de forma regular para contribuir a que nuestro cuerpo no falle », indica.

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