La vacunación rebaja a 63 años la edad media de los ingresos covid y aligera la UCI

De entrada, la incidencia de la covid-19 en los mayores de 75 años ha caído casi un 51%, de acuerdo con los datos que maneja la Sección de Epidemiología del Servicio Territorial de Sanidad de Burgos. El pasado año, el 13,6% de los casos declarados correspondía a mayores de 75 años. Ahora, en este mes de abril, se ha reducido al 6,9%. «Sin duda, la elevada cobertura de vacunación en este grupo es la responsable del descenso, hecho que no ha ocurrido en otros grupos de edad», apunta José Luis Yañez, el jefe del servicio de Epidemiología.

Burgos acumula 34.000 casos covid-19, lo que representa un 9,6% de la población. La edad media del contagiado durante el primer año de pandemia ha sido de 46 años, pero ante la llegada de las vacunas, el perfil está variando. En abril, con 1.690 casos declarados, la media se rebaja a 42 años. Yañez reconoce que, como apuntaba la consejera de Sanidad días atrás, la población afectada es más joven. Además, con los mayores ya vacunados, toman protagonismo otros factores de riesgo como la obesidad, el tabaquismo, la diabetes o las enfermedades cardio-respiratorias.

En cuanto al perfil de hospitalizaciones, también se han detectado cambios. El jefe de Epidemiología de la Junta en Burgos apunta que, en el año de la pandemia, el 11,2% de los casos detectados acababan en ingreso. Ahora, el porcentaje ha bajado al 8,8%. También se registra una reducción en los casos que requieren de cuidados intensivos. En el primer año, el 9,3% de los hospitalizados acaban en la UCI, pero ahora se ha reducido al 7,3%. Y la edad media del ingresado en los hospitales también se ha reducido, pasando de los 69,8 años a los 63,6 años.

Aun así, no debemos olvidar que la presión asistencial sigue siendo alta (cerramos el mes con 78 pacientes ingresados y 19 en la UCI), y que si bien se irá reduciendo a medida que se avance en la vacunación, no hay que descuidar las medidas de precaución. Sobre todo por el impacto de las nuevas variantes, que todavía está en estudio. Actualmente, se han detectado en el mundo cinco variantes, explica José Luis Yañez y, durante esta semana, la británica ha sido la predominante en Burgos, con el 92% de los casos registrados.

Para el epidemiólogo, la clave es la vacunación. «Las vacunas son la herramienta más eficaz y rentable, aunque nunca alcancen el cien por cien de eficacia», insiste. En Burgos, por ejemplo, se han detectado 61 fallos vacunales, es decir, infecciones en personas con las dos dosis administradas. Suponen 1,7 casos por cada mil vacunados completos, una cifra mínima sobre todo si se tiene en cuenta que las vacunas no solo tienen una amplia cobertura para evitar los contagios sino que son más afectivas aún a la hora de reducir la gravedad de los casos y las muertes.

José Luis Yáñez admite que, el reto ahora, es «vigilar los fallos vacunales y las reinfecciones para conocer si nuevas variantes podrían escapar a la inmunidad». Mientras, toca mantener las medidas de prevención pues, mientras no se consiga la inmunidad de rebaño, seguirá habiendo alto riesgo de contagio. Ahora mismo, el mayor foco de contagio son los entornos familiares y sociales, porque «es donde se convive más tiempo», explica Yáñez. Por ese motivo, la inmensa mayoría de los brotes que se detectan son familiares o mixtos, frente a un 10% del ámbito laboral o un mero 3% del ámbito escolar. Y no, parece que nadie sabe por qué Burgos sigue a la cabeza en nuevos positivos diarios en Castilla y León.

El jefe de la Sección de Epidemiología de la Junta reconoce que hay muchas variables que han podido influir, e influyen, en que Burgos tenga una elevada incidencia. Se habla de la localización como provincia de paso, su gran actividad industrial, de su cercanía a territorios como País Vasco o La Rioja, que han tenido una peor evolución... e, incluso, su climatología o su altitud. Recuerda Yáñez un estudio de Jesús Castilla, del Instituto de Salud Pública de Navarra, basado en el estudio nacional de seroprevalencia, que ha detectado que las provincias de más altitud media como es Burgos tienen tres veces más riesgo de infecciones por Covid que las provincias al nivel del mar.

Desde la Gerencia de Atención Primaria en Burgos tampoco encuentran una explicación al caso de Burgos, que ahora vuelve a ser una de las provincias con mayor incidencia. Ángel González, médico de familia y técnico de Salud Pública, insiste en que ni las cosas se han hecho peor aquí que en otras provincias ni, desde el punto de vista sanitario, se ha actuado de manera diferente. Se rastrean igual los contagios, ahora mediante el retrorastreo, que ha ampliado a siete los días en los que se analizan los contactos del positivo. Ello ha permitido, cierto es, detectar más casos. «Uno de cada diez está dando positivo», lo que permite cercar mejor al virus.

Para González, «es difícil que la situación epidemiológica se descontrole» ahora que se avanza con la vacunación (en torno al 30% de los burgaleses ya tienen puesta al menos una dosis, a lo que se suma ese casi 10% que han pasado la covid-19 y tienen anticuerpos). El técnico en Salud Pública asegura que «lo que va a marcar ahora la pandemia no son las medidas restrictivas sino la velocidad a la que lleguen las vacunas», pues son ellas las que van poniendo límites a la expansión del virus, creando barreras de inmunizados.