Los sanitarios de Burgos denuncian «el caos que sufren los profesionales y los pacientes»

Se trata de una de las concentraciones organizadas en toda Castilla y León en favor de «que se cumplan los criterios lógicos de personal necesarios para atender a los pacientes», reclama Rubén Merino, el responsable del Sector de Sanidad en el área de Burgos. Apunta a que el principal problema es la falta de cobertura de los puestos que dejan los profesionales jubilados.

«Ha habido una verdadera estampida en los últimos días del 2022 por la subida salarial del 8 % de los pensionistas». A muchos sanitarios les salía más rentable jubilarse en diciembre que en 2023, por lo que las jubilaciones han sido masivas. «Todavía no sabemos el impacto absoluto de esta medida en sanidad, pero también en otros ámbitos», sopesa Merino.

Sin embargo, esto no es algo puntual. La CSIF prevé sucesivas y masivas jubilaciones durante los próximos cuatro o cinco años. «La Consejería de Sanidad no está teniendo en cuenta esto; recibimos buenas palabras en ocasiones, pero no se plasman en verdaderos hechos».

Además, el personal sanitario es deficitario desde hace años. En la actualidad, es palpable en las especialidades de ginecología, traumatología, dermatología, anestesia y medicina familiar y comunitaria. También hay una carencia importante en las Urgencias del HUBU, saturadas y donde trabajan «con siete efectivos menos de los necesarios».

Los profesionales se encuentran con contratos de mes en mes en los centros sanitarios públicos de Burgos y permanecen con esta inestabilidad durante años. «Acabamos de estar con unos radiólogos que están hartos de ver contratos de mes en mes durante años», comenta Merino.

Por consiguiente, estos profesionales se trasladan en cuanto reciben cualquier oferta de mejor categoría en un hospital de otra comunidad autónoma con contrato anual. Desemboca en «una fuga importante de sanitarios». En Burgos es frecuente que se vayan al País Vasco, una comunidad autónoma cercana con mejores sueldos y contratos.

La solución es mejorar los contratos, pero también «facilitar que los estudiantes puedan estudiar la carrera y que al terminar puedan hacer la especialidad que va a necesitar más efectivos». Asimismo, tardan en homologar la especialidad, alrededor de 50 sanitarios no tienen homologada la suya porque provienen de fuera.

Hasta el momento, las medidas aplicadas por la Consejería de Sanidad son «temporales y puntuales». Por ejemplo, han abierto las agendas en la atención primaria, pero han excluido a «los centros más cumplidores y con mejor agenda, lo que genera un efecto perverso de la medida y no lo soluciona a largo plazo».

La CSIF plantea la aplicación de la medida de exclusividad que ya funciona en otras zonas del país, como Murcia. Consiste en que los sanitarios tienen la opción de «firmar un sueldo a negociar y solo trabaja en el sector público». La exclusividad evita que trabajen a la vez en la sanidad pública y en la privada.