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Lasrgas colas en el Coliseum para recibir la segunda dosis de la vacuna. Más de 2.000 docentes burgaleses estaban hoy llamados a completar la pauta de vacunación iniciada con la profilaxis de AstraZeneca hace ahora casi tres meses. Tres meses en los que los ... cambios de criterio por parte de las administraciones han generado mucha incertidumbre, pero que finalmente se han saldado con una respuesta masiva por parte de los profesores.
Desde primera hora de la mañana, el pabellón multiusos de la capital provincial se ha convertido -otra vez- en el centro de operaciones. Hasta allí se han desplazado miles de profesores, que en algunos casos han tenido que esperar hasta una hora para poder entrar. Por momentos, la cola, que arrancaba en la calle La Chopera y continuaba por la avenida del Arlanzón, daba la vuelta a la antigua plaza de toros y regresaba al punto de inicio.
Sin embargo, lo cierto es que la vacunación en sí se desarrollaba a buen ritmo. Como viene siendo habitual, en el interior del Coliseum se habían desplegado varias líneas de vacunación que daban velocidad al proceso. Eso sí, con una diferencia fundamental respecto a otras citas. Y es que, en esta ocasión, los profesionales sanitarios inoculaban dos tipos de vacunas: Pfizer y AstraZeneca.
Tal y como quedó definido semanas atrás, eran los mismos profesores quienes debían elegir entre ambas opciones. La inmensa mayoría se decantaba por AstraZeneca, habida cuenta de que era la profilaxis que habían recibido en el mes de marzo. Eso sí, algunos se decantaban por Pfizer.
Ese es el caso, por ejemplo, de Loreto de Salomón, del Miguel Delibes, quien considera que «no hay problema en mezclar ambas vacunas». «Creo que puede proteger igual o mejor y parece ser que los efectos secundarios son menores», explicaba.
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Ella, en todo caso, era parte de la minoría que se decantaba por cambiar de vacuna para completar el ciclo. A falta de datos concretos, los propios profesionales sanitarios explicaban in situ que la mayor parte de los docentes, que debían presentar una hoja de conformidad, se decantaban por la fórmula de AstraZeneca.
«Yo tenía claro que quería ponerme AstraZeneca. La verdad es que no entiendo por qué mezclar» cuando «la mayoría de los expertos decían que lo más recomendable» era completar la pauta con la misma fórmula, explicaba Marta Corrales, del colegio Ribera del Vena.
Muy similares eran las impresiones que compartían muchos de sus colegas. «La verdad es que mezclar con Pfizer no me daba mucha confianza, sobre todo porque he ido viendo que la mayoría de científicos, de las farmacéuticas y la Agencia Europea del Medicamento recomendaban completar la pauta», abundaba Roberto Fernández, del colegio San Pedro y San Felices.
En todo caso, unos y otros lamentaban la «incertidumbre» vivida en las últimas semanas y se alegraban de haber podido dar este paso. «Ya tenía ganas de que nos llamaran. A ver si se acaba todo esto de una vez». Ese, quizá, es el mensaje más repetido durante todas y cada una de las jornadas de vacunación masiva llevadas a cabo hasta la fecha.
De hecho, mientras en el Coliseum se procedía a inocular la segunda dosis a los profesores, cientos de burgaleses nacidos entre 1962 y 1968 se acercaban hasta el polideportivo universitario para recibir la primera dosis. Las jornadas se suceden y la llegada de nuevas e importantes remesas permiten seguir avanzando con paso firme en la campaña de vacunación.
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