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Hospital Universitario de Burgos. PCR
Coronavirus en Burgos: La presión de la covid-19 obliga a habilitar una quinta planta en el Hospital de Burgos

La presión de la covid-19 obliga a habilitar una quinta planta en el Hospital de Burgos

Los ingresos en el centro hospitalario se elevan a 92 en vísperas del cierre perimetral de la ciudad, una cifra que no se registraba desde abril | En la UCI hay 21 pacientes covid ingresados, pero son 44 las camas ocupadas

Miércoles, 21 de octubre 2020, 08:27

El Hospital Universitario de Burgos (HUBU) va cumpliendo a rajatabla el plan de escalada para hacer frente al aumento de la presión asistencial derivado del repunte de caso de la covid-19 en Burgos. Cuando la capital estrena cierre perimetral (a las doce de la ... noche del martes), el centro hospitalario ha habilitado una quinta planta para atender a pacientes con dignóstico covid-19, ya sea confirmado o sospechoso pero pendiente del resultado de las pruebas de detección.

Tal como marca el plan de escalada, tras completarse el Bloque H, se ha pasado al Bloque B, donde se ubica el servicio de Neumología, para poder disponer de un área de cuidados intermedios con pacientes que requieren respiración pero menos invasiba que en la unidad de crítico. Así fue en la primera oleada de la pandemia y así parece que está siendo en esta segunda, pues tras completarse las plantas 7, 6, 5 y 4 del Bloque H, se ha pasado directamente a la B-7 (Medicina Interna).

Los ingresos hospitalarios se han disparado en las últimas jornadas. Por los datos más actualizados por la Junta de Castilla y León, sabemos que actualmente hay 92 personas hospitalizadas, de las cuales, 10 son casos sospechosos a la espera de resultado de la prueba. En las últimas 24 horas se han producido 16 ingresos, y aunque también se han registrado 11 altas, la presión sigue en aumento. Solo en siete días se han producido 79 ingresos en planta, con jornadas de 12 y 19.

Son cifras que no se registraban desde el pasado mes de abril, tanto en número de nuevos ingresos como de hospitalizaciones totales, lo que preocupa a Sanidad.

Escasez de personal en Enfermería y sin permisos

El aumento de la incidencia de la covid-19, acompañado por un incremento en las hospitalizaciones, vuelve a poner sobre la mesa la escasez de personal en algunas áreas como Enfermería. Desde el sindicato CSIF, Ana Isabel Martínez, hace de altavoz para mostrar el malestar de enfermeros y técnicos de cuidados auxiliares de enfermería (TCAE).

Las plantillas en el Hospital de Burgos están «escuálidas», se lamenta, lo que les obliga a doblar turnos a todos los profesionales. El sentimiento generalizado es de «hartazgo», insiste, por las condiciones laborales. Y es que, a la escasez de personal se le ha unido ahora la cancelación de los permisos desde el pasado 6 de octubre hasta el 31 de este mes (en principio).

Las enfermeras solo van a poder disfrutar de vacaciones ya comprometidas y de permisos por fallecimientos y similares, pero el resto de los permisos han quedado paralizados. Y es que las bolsas de empleo se han quedado sin personal, así que no queda más remedio que sobrecargar a la plantilla actual, que ve mermadas sus opciones de descanso y conciliación.

Además, esta medida se está empezando también a aplicar a las TCAE. Y, en general, afecta al persona de UCI, URPA, RAE, plantas covid y Urgencias, aunque mucho se temen en Csif que se vayan ampliando los afectados y, por supuesto, el plazo de suspensión pues viene asociado a necesidades del servicio (y estas van a seguir creciendo).

Mientras, el sindicato de enfemería SATSE en reclamar que se amplíen los contratos al personal de refuerzo contratado durante la primera ola de la pandemia, ya que muchos finalizan el próximo 31 de octubre. En algunos casos se les están ampliando hasta el 31 de enero, pero SATSE lo considera insuficiente. Al menos debería ser durante un año, para garantizar una buena covertura de los servicios en 2021.

Si no se ofrecen contratos de calidad y estables se corre el riesgo de perder al actual personal, que acabaría marchándose a otras comunidades con mejores condiciones laborales, advierten en SATSE.

También hay preocupación por la ocupación de la UCI de Burgos. Son 21 los pacientes covid-19 en cuidados intensivos, tres más que en la jornada del lunes, pero la unidad atiende a 44 pacientes en total, superándose las plazas de UCI estructural. Ya en septiembre fue necesario empezar a echar mano de las camas de las unidades de reanimación.

Desde la Consejería de Sanidad, Verónica Casado afirmaba este martes que los hospitales de la región están manteniendo el ritmo de operaciones, pues si bien se están ocupando puestos de la Unidad de Reanimación Post Anestésica (URPA) o de la Unidad de Renaminación (REA), no se ha llegado a necesitar los quirófanos para pacientes críticos como en la primera oleada y se pueden mantener las intervenciones quirúrgicas. Otra cuestión son las consultas.

Los pacientes están empezando a recibir las cartas con la anulación de las citas, se suspende pero sin fecha alternativa, explican algunos de los afectados. La prioridad para Casado es garantizar la atención sanitaria en todas las patologías. La consejera ha reconocido que, en la primera oleada, «estuvieron muy centrados» en la covid-19 y, aunque el sistema demostró una gran capacidad de adaptación, ha habido un «exceso de mortalidad no covid», que hay que evitar en esta segunda oleada, «que va a ser más larga», ha señalado.

Aranda y Miranda, calma tensa

La situación en los hospitales de Aranda y Miranda parece estar más controlada, pese a la elevada incidencia de la covid-19 en ambos municipios. Aranda de Duero está confinada desde este martes, tras haber superado con creces los 500 casos por 100.000 habitantes, pero en el hospital Santos Reyes hay actualmente once personas covid-19 ingresadas, cifra alejada de la veintena que se registró a mediados de septiembre, en un repunte de las infecciones.

Mientras, Miranda de Ebro se encuentra en su cuarta semana de cierre perimetral y son 26 los pacientes covid-19 hospitalizados (uno más que en la jornada del lunes). Una ocupación que nada tiene que ver con los 42 ingresos que llegaron a tener el 28 de septiembre, justo cuando arrancó el confinamiento, la cifra más alta de toda la pandemia, pues en la primera oleala el máximo de ingresos no pasó de la treintena. Aun así, se vive un aumento de calma tensa pues, si bien cae la incidencia de la covid-19, todavía se registra una tasa superior a los 1.000 casos por 100.000 habitantes.

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