Aquel 12 de marzo de 2020, el alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, no llevaba mascarilla, pero en su rostro se palpaba que algo no iba bien. Se quería adelantar a lo que se avecinaba, una pandemia mundial, aunque no se esperaba que ... la situación se descontrolara tanto. Al igual que estos días, en Burgos preocupaba la presión en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU), aunque por esas fechas el hospital se preparase para una cifra de 1.500 contagiados. Parecía y era una cifra muy elevada.
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Siete meses después, ese número, con nombres y apellidos detrás, se ha elevado hasta los más de 9.000 positivos y con una tendencia que ha vuelto a preocupar al Ayuntamiento. Ya con mascarilla en su rostro, De la Rosa volvió a recordar que la situación es alarmante en la ciudad, que no vale relajarse y que o se rebaja la presencia del virus o habrá que echar el candado en futuros días. Y eso es lo que busca De la Rosa, repetir el modelo del 12 de marzo, cuando blindó la ciudad. Se adelantó al estado de alarma y esa decisión, sirvió, según apuntaron semanas más tarde desde la Consejería de Sanidad, para contener la pandemia en la ciudad.
Se cerraron parques, instalaciones municipales y, sobre todo, se advirtió a los ciudadanos para que evitaran las aglomeraciones y se intensificaran las medidas sanitarias. Ese 12 de marzo, las calles de Burgos empezaron a vaciarse. Y desde entonces ese ambiente no se ha terminado de recuperar.
Los pensamientos y las conversaciones de un posible cierre se han vuelto a ver este miércoles en la capital burgalesa. Es 14 de octubre y, tras mantener una videoconferencia con el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Martínez Mañueco, el regidor se ha visto obligado a salir ante los medios para recalcar la importancia de extremar las medidas. Ahora ya no hay parques que cerrar, pero sí muchas recomendaciones en las que hacer hincapié para evitar que la historia se repita.
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Distancia de seguridad, medidas sanitarias, el uso de la mascarilla y evitar aglomeraciones son los medicamentos recetados desde la administración local. Todo esto sustentado sobre las estadísticas y datos. Burgos ya ha superado los 400 contagios por cada 100.000 habitantes y la tendencia es alcista. Precisamente, Palencia y León ya han sucumbido ante el necesario confinamiento y sus alcaldes, semanas antes, recordaron a sus ciudadanos que había que tener cuidado. Su cierre fue inevitable, según lo visto recientemente.
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Por ese motivo, el Ayuntamiento ha adoptado por medidas como reforzar la vigilancia e insistir informativamente desde la Policía Local, además de intensificar las campañas de divulgación. «Es la sensibilización, la concienciación social y la responsabilidad cívica de cada uno de los burgaleses, la mejor forma de conseguir el objetivo de alejar a Burgos de los datos más negativos en la tasa de contagios», ha apuntado el alcalde este miércoles.
Una cifras que preocupan también por el estado del HUBU. La segunda ola es palpable y los profesionales sanitarios, ya con la experiencia de la primavera, se alarman ante lo que se avecina. Ese 12 de marzo se vaciaron las calles y se empezó a llenar el hospital.
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