Secciones
Servicios
Destacamos
España estrena hoy un nuevo sistema de alertas sanitarias que pretende reducir al mínimo posible los miles de muertes e ingresos hospitalarios urgentes causados en los últimos veranos por los días de calor extremo. Es una auténtica necesidad si se tiene en cuenta que el año pasado no menos de 3.009 españoles, el 90% mayores de 74 años, perdieron la vida por las altas temperaturas; que en el asfixiante verano de 2022 las cifras se elevaron a casi 4.800 decesos; y que el sistema de europeo de satélites científicos Copérnico advierte de que este verano, por la aceleración del cambio climático, hay un 70% de posibilidades de que España vuelva a superar las temperaturas medias y máximas históricas.
El nuevo sistema supone un cambio radical con la red de alertas por altas temperaturas que ha funcionado en España todos los veranos de los últimos veinte años. Hasta ahora los avisos de riesgo a la población tenían como ámbito territorial la provincia y se activaban cuando se preveía la llegada de una ola de calor, es decir, al menos tres días con una temperatura máxima un 95% por encima de la media histórica.
Noticia relacionada
Alfonso Torices
El nuevo modelo, sin embargo, activará los avisos de máximo riesgo cuando las temperaturas en una zona concreta de España vayan a llegar a los niveles que los expertos del Instituto de Salud Carlos III han determinado que provocan en ese territorio una aumento significativo de las hospitalizaciones y de las muertes por efecto del calor. El objetivo es que la población, pero sobre todo los colectivos más vulnerables (bebés, embarazadas, enfermos crónicos y personas mayores), puedan tomar a tiempo toda una serie de medidas preventivas para reducir los daños a la salud y que las administraciones desplieguen los medios para responder con más eficacia al peligro.
El trabajo de los expertos ha permitido repartir España en 182 zonas de «meteoalerta» distintas, inferiores a la provincia y en algunos casos con municipios de provincias diferentes, territorios que comparten un umbral de temperatura a partir del cual el calor pone en serios riesgos la vida de sus habitantes. El nuevo formato evita las generalidades y permite dar las alertas en los momentos precisos y en los lugares precisos, lo que debería derivar en una mayor eficacia preventiva y de medidas de protección y un aminoramiento de las muertes.
Esta reestructuración de las zonas de peligro y de los umbrales con los que se activará la alerta en cada una de ellas tiene en cuenta que el riesgo del calor extremo no es igual en cualquier punto, porque hay españoles que están más habituados que otros a las altas temperaturas, pero también que hay zonas en los que el umbral de riesgo llega antes por tener factores de vulnerabilidad adicionales como son más mayores de 65 años, más mujeres, vecinos de renta más baja, viviendas y poblaciones peor acondicionadas o menos recursos sanitarios.
El análisis ha permitido determinar, por ejemplo, que las alertas por alto riesgo en algunas zonas del litoral de Asturias se activarán sobre los 24 grados mientras en el interior de Córdoba lo harán sobre los 40. Pero las diferencias no solo son de norte o sur. En la propia provincia de Lugo, por ejemplo, el umbral de riesgo alto empieza sobre los 26 grados en el litoral, pero en comarcas del interior no se activará hasta superar los 32 grados. El nuevo sistema no solo permite ser más preciso en el momento de dar los avisos de riesgos sino que solo dará la alerta en la zona de la provincia afectada, con lo que también debería concentrar mejor los medios y dispositivos de emergencia.
Varios estudios realizados en los últimos años dan idea de los importantes daños para la salud del calor extremo. El Instituto de Salud Carlos III ha determinado que en los últimos nueve veranos al menos unos 22.000 españoles han perdido la vida por las altas temperaturas, con cifras en los últimos años que duplican o triplican a las de principio de siglo.
No obstante el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) considera que esas cifras son conservadoras y eleva el número de fallecimientos por temperaturas extremas en España. Su análisis en países de toda Europa indica que en el verano de 2022 el calor le costó la vida a unos 11.300 españoles, lo que colocó a nuestro país como el tercero con más decesos por calor en esos meses, por detrás de Italia y Grecia.
Los investigadores de ISGlobal han realizado otro estudio que indica que las altas temperaturas veraniegas en España incrementan un 10% las hospitalizaciones urgentes por todo tipo de enfermedades, con especial incidencia entre los niños de menos de un año y los ancianos de más de 85 años. Existen, certifican, algunas patologías especialmente sensibles a las temperaturas extremas. El trabajo demuestra que se duplican las hospitalizaciones urgentes por trastornos metabólicos y vinculados a la obesidad, crecen sobre un 75% las infecciones urinarias y los fallos renales y aumentan un 50% los cálculos renales, las intoxicaciones y las sepsis. La literatura científica suele también incorporar a estos grupos de especial riesgo las enfermedades respiratorias, cardiovasculares y neurodegenerativas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.