Los microbiólogos avisan de los riesgos de los tests de antígenos en cribados

La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) expresa en un documento sus serias dudas sobre la utilización que se está haciendo en muchos lugares de España de los tests de antígenos. «Disponemos de escasa información relacionada con el diagnóstico en individuos asintomáticos, por lo que su utilidad en el estudio de contactos y cribados poblaciones es actualmente discutida», señala la Seimc. «No sirve para cribados masivos. Para esta función no los recomiendan ni las instituciones sanitarias ni la Organización Mundial de la Salud ni el primer fabricante, Abott», corrobora la doctora María Tomás, portavoz de la Seimc.

Los tests de antígenos tienen similitudes con las PCR: también se realizan a partir de muestras nasofaríngeas que se recogen con un hisopo a través de la nariz. Pero entre ambas pruebas hay una gran diferencia. Mientras que las PCR ofrecen resultados durante toda la infección del paciente, un periodo aproximado de 14 días, los tests de antígenos sólo funcionan en pacientes que se encuentran en el pico de la infección. Además, los científicos avisan de que las pruebas deben hacerse en un contexto clínico y por profesionales sanitarios.

«No podemos equiparar los tests de antígenos con las PCR. Los tests de antígenos nos dicen el número de pacientes que tenemos con la mayor carga viral mientras que con las PCR disponemos de un panorama general del número de pacientes infectados», resalta Tomás, que advierte contra la «falsa sensación de seguridad» que ofrecen las nuevas pruebas: «Alguien que da negativo en los tests de antígenos puede pensar que no está infectado y hacer vida normal, pero en los días posteriores al test, su carga viral puede subir mucho, y en ese periodo ya ha contagiado». Tomás, especialista en microbiología en el Hospital de La Coruña, expone un estudio científico en el que se comprobó que una joven que dio negativo en estos tests contagió en los días posteriores a once personas.

Los tests de antígenos han sido una nueva arma arrojadiza entre el Gobierno central y la Comunidad de Madrid. Tras la reunión del Comité de seguimiento del coronavirus en Madrid, el pasado martes, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, mostró su «preocupación» por el descenso de las pruebas PCR en ese territorio, donde se ha pasado de 154.400 durante la última semana de septiembre a los 92.000 de la primera de octubre, un 40,3% menos. La Consejería de Sanidad de Madrid respondió que la reducción se explica en que la región había comenzado a realizar masivamente tests de antígenos y reclamó al Ministerio que incorporase a sus estadísticas 89.000 de estas pruebas, llevadas a cabo en los días anteriores. Tras las resistencias iniciales, este jueves el Ministerio de Sanidad comenzó a incluir en los datos sobre la evolución de la covid-19 los tests de antígenos, según explicó el responsable de Emergencias, Fernando Simón.

Sobre la validez de los tests de antígenos, Simón afirmó que su fiabilidad es de alrededor del cien por cien cuando la persona a la que se realiza el test tiene síntomas, es un contacto estrecho de un positivo o es un contacto con síntomas o pertenece a un grupo con alto nivel de transmisión y aclaró que la Comunidad de Madrid está aplicando «de manera correcta» los tests a estos grupos de población.

Además de Madrid, la Comunidad Valenciana cuenta ya con 250.000 tests de antígenos en los servicios de Urgencias de los hospitales y en los centros de Atención Primaria. Por su parte, la ciudad de Logroño realiza desde este viernes 6.000 tests de antígenos a su población.