![Manuel Franco: «El coronavirus sí entiende de clases: golpea más a trabajadores y en barrios pobres»](https://s3.ppllstatics.com/burgosconecta/www/multimedia/202005/07/media/cortadas/manuel-franco-kcMF-U110530038384pE-1248x770@RC.jpg)
![Manuel Franco: «El coronavirus sí entiende de clases: golpea más a trabajadores y en barrios pobres»](https://s3.ppllstatics.com/burgosconecta/www/multimedia/202005/07/media/cortadas/manuel-franco-kcMF-U110530038384pE-1248x770@RC.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Manuel Franco (Madrid, 1974) no sólo es un médico especializado en epidemiología y Salud Pública, también es uno de los mayores especialistas en estudiar cómo influye el contexto económico o urbano en la propagación de las enfermedades. Ha dirigido un proyecto europeo sobre barrios «cardiosaludables» y ya teoriza sobre los efectos sociales de esta pandemia global.
–Se dice que esta enfermedad no entiende de clases sociales, pero se está demostrando que tiene mayor incidencia en barrios con menor renta.
–El virus es global, no distingue entre unos y otros, pero conforme avanzamos vemos que no es del todo así. Las clases trabajadoras y los barrios con menor renta están siendo más golpeados, tanto en número como en las consecuencias del contagio. Lo hemos observado en Madrid o Barcelona, y por las cifras que llegan también en ciudades de Estados Unidos o Reino Unido.
Noticia Relacionada
–¿De qué forma cambiarán nuestros hábitos?
–Muchas de las maneras de comportarnos ya han cambiado, como ir a hacer la compra. España ha sufrido uno de los confinamientos más duros porque las cifras no acompañaban y había que controlar la situación. Ahora, en esta fase de desconfinamiento, habrá cambios que afecten al transporte, el trabajo, la enseñanza educativa o la práctica deportiva. Será complicado comportarse con un distanciamiento social y físico, pero es lo que toca.
–¿Este país está preparado para adoptar la desescalada?
–La mayoría de la población se ha comportado con responsabilidad social e individual en momentos agudos de la crisis, porque la salud y la seguridad prevalecen. El ser humano, como especie biológica, toma conciencia y decide cómo actuar en situaciones de gran riesgo, incluso sin pensarlo.
–¿Considera que las fases diseñadas por el Gobierno hasta la «normalización» de finales de junio son aplicables para todos?
–No queda más remedio que organizar, administrativa y políticamente, una salida escalonada. Pero tan importante es recuperar la normalidad como organizar los sistemas de salud pública y monitorización para observar el comportamiento del virus durante estas cuatro fases. Los españoles tenemos tendencia al dramatismo y nos echamos las manos a la cabeza ante los fallos de coordinación, pero esto ha ocurrido en otros países. La coordinación internacional está dejando mucho que desear.
El coronavirus en cifras
–¿Habría que redefinir el sistema de alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS)?
–Hasta que no lo ves con tus propios ojos, no te das cuenta. Veíamos que China cerraba universidades, confinaba ciudades o implantaban los códigos QR para monitorizar datos y pensabas que era un problema regional. Pero este virus corre a la velocidad del demonio y es muy distinto a otros.
–El turismo en España representa un 13% del PIB. ¿Hasta qué punto podremos ser referencia como destino seguro en el ámbito sanitario?
–El turismo de masas cambiará radicalmente. Volverá a ser un sector importante, pero con la colaboración entre epidemiólogos y empresas para no arriesgar. ¿Lugares cerrados o grandes concentraciones? Ahora, ni pensarlo; y esto afecta al turismo, espectáculos, playas, congresos…
–¿Cómo cree que evolucionará la burbuja del alquiler o la venta de viviendas en las ciudades?
–España tiene unos precios muy altos si comparamos la renta media con la del resto de Europa. Habrá consecuencias severas para los especuladores.
–¿Hay capacidad para integrar la salud pública en las arterias de la actividad económica?
–Nos acordamos de la salud pública ahora, no antes. Somos de los países que menos hemos invertido en Sanidad y ahora ya somos muy conscientes de que, sin salud, poco podemos hacer. La ciencia y la investigación nos van a sacar de esta. Administración pública, universidades, sistema sanitario… tienen que tener la infraestructura necesaria para cubrir las necesidades. Y España es deficitaria, no así Holanda, Reino Unido, Alemania o EE UU. Ellos no fallan en investigación.
–¿Cuál es el modelo a imitar?
–España, por suerte, tiene un sistema de salud universal que debemos defender, cuidar, engrasar, financiar y ampliar. A nivel central necesitamos más y mejor equipo humano y más organización entre comunidades. La empresa privada maneja mejor la visualización y el manejo de datos que el sistema sanitario.
–¿Apuesta por la centralización de determinadas competencias?
–No centralizar, sino colaborar, porque el virus arroja unos datos de comportamiento muy distintos en Asturias, País Vasco, Andalucía o Castilla y León. Tenemos que distinguir zonas vulnerables y no vulnerables de sufrir rebrotes. No es lo mismo vivir y trabajar en un sitio que en otro y cuál es la infraestructura de salud pública. No obstante, el virus pone sobre la palestra que, o nos curamos todos, incluidos los más vulnerables, o seguirá circulando y nadie estará a salvo.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.