La sequía adelanta la llegada de la gripe a Burgos, que viene más virulenta

Es uno de los aspectos diferenciales de la campaña 2022-2023, explica el médico de Atención Primaria Ángel Matía. «Los meses muy secos, con poca humedad y lluvia, favorecen la infección por gripe», como también lo ha hecho el calor. De ahí que se haya adelantado este año, en el que la ausencia de la mascarilla hace además que volvamos a incidencias precovid.

Se relajan las restricciones, las medidas de protección y «resurgen las infecciones prevalentes», comenta el doctor Matía. Además, por ahora están predominando los casos de gripe A, que es la variante «más agresiva». Es la que presenta «cuadros más floridos, sintomáticos y graves», frente a la gripe C, que es la que se asemeja a un catarro. O la gripe B, en un nivel intermedio.

¿Y esto, qué quiere decir? Bueno, pues que la gripe llega con fiebre muy alta, de 38 o 39 grados, apunta el doctor Matía. Con un malestar intenso, sensación de cansancio y dolores musculares. «El que pasa un catarro lo puede pasar por la calle y trabajando, pero el que tiene gripe, y más una gripe A, le obliga a encamarse un par de días», asegura.

Eso sí, la evolución de la gripe suele ser buena e, incluso en el caso de la gripe A, en cinco días suele estar resuelta. Es de este modo para la mayor parte de los afectados, aunque es de sobra conocido que las personas mayores o pacientes con patologías respiratorias o crónicas tienen más riesgo de sufrir complicaciones, de ahí que sobre ellos se focalice la campaña de vacunación.

Ángel Matía señala que, como es habitual, los primeros casos se suelen ver en los niños, que con la vuelta al cole empiezan a coger todo tipo de virus. Luego, la gripe se va pasando a los adultos. El hecho de arrancar la vacunación en octubre busca que los grupos de riesgo puedan estar protegidos para cuando se generalicen los contagios de gripe.

«La tasa de efectividad de la vacuna es alta», afirma el médico de familia. Sin embargo, lo más importante de las vacunas no es tanto evitar la infección como conseguir que el cuadro médico sea más leve, que haya menos complicaciones y que se den menos casos de muertes. Y es que la gripe también mata, con unas 4.000 muertes anuales antes de la pandemia, recuerda.

Este año parece que se ha acertado con la vacuna, que no está dando grandes reacciones. Los que hayan recibido el pinchazo deben recordar que haberse vacunado no impide que pillen el virus, pero seguro que tienen síntomas mucho más leves, o incluso pueden pasarlo asintomático y ni enterarse. Y en los grupos de riesgo, esto es una protección de valor incalculable.

El doctor Matía admite que ya tienen sensibilizada a la población de riesgo. La vacuna de la gripe está metida en el calendario y los que tienen que ponérsela «lo tienen asumido». También las embarazadas, que han sido uno de los colectivos en los que ha habido que hacer una especial labor de concienciación, pero ahora ya no hay dudas sobre los beneficios.

El «debe» siguen siendo los sanitarios, que tienen una de las tasas de cobertura más bajas. La razón, según el médico, es que suelen ser personas sanas, y el riesgo lo tienen por el contacto con tantos pacientes. Sin embargo, el doctor apuesta por la vacunación pues su finalidad «no es solo protegerme yo, sino romper la cadena de transmisión». Y, además, dan buen ejemplo.

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