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Joaquín Fernández de Valderrama, presidente del Colegio de Médicos de Burgos. BC
«Mucha gente no se lo ha creído hasta que no le ha tocado»

«Mucha gente no se lo ha creído hasta que no le ha tocado»

Joaquín Fernández de Valderrama, presidente del Colegio de Médicos de Burgos ·

Fernández de Valderrama lamenta la falta de solidaridad de algunas personas, cuya irresponsabilidad mina la moral de los sanitarios | El presidente del Colegio de Médicos reclama unidad de acción, políticas consensuadas y con criterios técnicos para no ir por detrás del virus

Domingo, 10 de enero 2021, 09:04

Lamentablemente, se han cumplido las previones. No ha hecho falta ni esperar a que acabasen las fiestas navidades para ver un repunte en los casos de covid-19. «Era lo anunciado», reconoce Joaquín Fernández de Valderrama, el presidente del Colegio de Médicos de Burgos, lo ... que no quiere decir no sea frustrante. Se advirtió de que «los puentes iban a tener sus consecuencias y la Navidad también», recuerda, y ahora se puede hablar de que hemos entrado en una tercera ola. Hay una cambio de tendencia y no es precisamente favorable a la lucha contra la covid-19.

«El aumento de casos en los últimos días se achaca al puente de diciembre y a la Nochebuena, pero todavía no han llegado las consecuencias de Nochevieja y Reyes», advierte Fernández de Valderrama, que lamenta la falta de responsabilidad de algunas personas. En general, el presidente del Colegio de Médicos reconoce que la ciudadanía es responsable pero «hay muchos grupos que no son conscientes del problema que acarrea el relajamiento de las medidas preventivas».

Y eso es lo que nos seguimos encontrando a diario, en la calle y en muchos domicilios. Comportamientos irresponsables que se traducen en un aumento de los contagios, más ingresos hospitalarios, más pacientes críticos en UCI y más fallecidos por la covid-19. «Mucha gente no se lo ha creído hasta que no le ha tocado», lamenta Fernández de Valderrama, quien sí lo ha sufrido en propias carnes. En octubre estuvo quince días «recibiendo muy buenos cuidados» en el Hospital Universitario de Burgos, ingresado en planta por infección de covid.

No es extraño que se acabara contagiando tras el sobreesfuerzo, y las numerosas guardias, que tuvo que hacer como jefe de Urgencias en el Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro en septiembre, en el repunte más grave que ha sufrido el municipio. Como él otros sanitarios han acabado pillando el virus en la segunda ola. «Nos hemos visto afectados bastantes sanitarios. No se trata de una relajación, sino que guardia tras guardia y metido 24 horas en un ambiente contaminado, sucio, llega el momento que te pilla», comenta Fernández de Valderrama.

En su caso, no necesitó de ingreso en UCI y, como él mismo reconoce, se ha recuperado. «Por lo menos lo puedo contar, porque compañeros y gente de mi edad, o más jóvenes, no lo pueden contar». Y es que la covid-19 mata, parece una obviedad pero todavía hay mucha gente que no es consciente del riesgo que se corre al contagiarse. «Lo grave es la falta de solidaridad y responsabilidad porque va a tener consecuencias muy malas», advierte el presidente de los médicos burgaleses.

Por ese motivo, Joaquín Fernández de Valderrama es partidario de abrir los hospitales a los medios de comunicación para que puedan mostrar «la realidad del crudo problema de la covid-19». Hasta ahora, se han mantenido cerrados a cal y canto y, a su juicio, es necesario que los ciudadanos vean realmente cómo se sufre el coronavirus, cuál es la realidad de las UCI, cómo están los pacientes y los sanitarios. También reclama más información para los profesionales, pues se les ofrece con cuentagotas y muchas veces se enteran por los medios, lo que les acaba minando.

Fuerzas de flaqueza

Burgos llega a una tercera ola con una presión sanitaria amortiguada. Han descendido los ingresos y la UCI está menos presionada, admite Fernández de Valderrama, pero los profesionales acumulan mucho cansancio. «Te faltan energía y confianza poruqe ves que muchos esfuerzos se pierden con la relajación del personal», se lamenta. Aun así, el presidente del Colegio de Médicos reconoce que la valía profesional, la capacidad y la vocación de los sanitarios.

«Estamos preparados praa frontar la tercera ola por la capacidad y el acumulo de experiencia», apunta. Pero también porque «los que estamos en la primera línea sacamos fuerzas de flaqueza; sabemos que es el momento de dar el callo», pese al cansancio y a la crispación política «que te minan la moral». Y todo ello sin olvidar una de las enseñanzas más positivas que se pueden extraer de la pandemia: la capacidad de adaptación del personal, su trabajo en equipo y la colaboración entre todos los profesionales, sin diferenciar especialidades.

Por ese motivo, Fernández de Valderrama demanda un reconocimiento al personal sanitario, empezando por un pacto de estado por la sanidad, una de las grandes reivindicaciones. Y un plan integral de recursos humanos estatal. «Se necesita invertir en capital humano y en mejorar las condiciones retributivas« y acabar con el modelo de las diecisiete comunidades autónomas, que ahora compiten por los sanitarios. «Hay una planificación erróena de recursos humanos y no hay ni médicos ni enfermeras para cubrir las deficiencias», insiste.

Además, a juicio del presidente del Colegio de Médicos, «la pandemia ha destapado todos los fallos del sistema nacional de salud» y el clima político de enfrentamiento constante solo ha hecho que añadir problemas a la pandemia. Ese enfrentamiento se ve también en la aplicación de medidas para luchar contra la covid-19. «Estamos yendo por detrás del virus y hace falta una estrategia conjunta», no que cada comunidad vaya «a su aire», asegura Fernández de Valderrama.

«Es ridículo que desde Miranda yo no pueda ir a Logroño o Vitoria pero sí a Zamora», comenta a modo de ejemplo, pues las medidas se imponen bajo criterios de fronteras políticas, sin valorar criterios sanitarios. De ahí que su apuesta sea que un comité de expertos, con epidemiológos y economistas, sea el que plantee las medidas. Los políticos, como meros observadores, insiste. Y aboga por la prudencia, reconociendo que cuanto mayores son las restricciones y el aislamiento, mejor, pero que hay que ver el problema en su conjunto.

«La vacuna química nos llega ahora pero la primer es la prevención y dependen de nuestra prudencia y responsabilidad», insiste. A los sanitarios les corresponde la tarea de curar a los enfermos, pero «la salud pública preventiva es una responsabilidad de todos». Evitar el contagio es responsabilidad de cada uno de los ciudadanos. La covid-19 es una enfermedad compleja, que genera gran incertidumbre, pero es un problema de todos que se debe superar con un gran trabajo en equipo.

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