La Fiscalía de Burgos estudia cinco casos de Burgos, todos denunciados por la Asociación del Defensor del Paciente, de personas que fallecieron o vieron agravada su enfermedad supuestamente por una atención sanitaria deficiente, con retrasos o atención no presencial, durante la pandemia de coronavirus, ... según informa EFE.
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Según explica la hermana de una de las víctimas, Lydia Sainz-Maza, en su opinión los casos que se han llegado a denunciar serán «la punta del iceberg», porque muchas familias viven un momento tan complicado que no llegan a denunciar lo que han sufrido.
La hermana de Lydia Sainz-Maza falleció en agosto a los 48 años víctima de un cáncer de colon con metástasis que le empezaron a tratar tres meses después de estar recibiendo exclusivamente atención telefónica, sin una analítica completa y con un diagnóstico de un proceso de tipo reumático, según ha explicado.
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La familia de la fallecida ha iniciado una campaña de recogida de firmas en Change.org que en apenas unos días ha superado las 100.000 adhesiones. «Espero que no sea necesario tomar ninguna medida más y que la Junta adopte la decisión de volver a la atención sanitaria presencial sin esperar más», ha explicado la hermana de la fallecida. Ha inisitido en que entre los casos que estudia la Fiscalía hay algunos especialmente graves.
Uno de ellos es el de una joven de 22 años de Melgar de Fernamental a la que extirparon un tumor cerebral en el Hospital Clínico de Valladolid y, según ha dicho, tardó dos meses en recibir los resultados de la biopsia para establecer el tratamiento adecuado. Su madre llamaba al hospital y le decían que estaban muy liados con la covid, pero cuando llegaron los resultados la joven ya había fallecido, ha detallado.
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Otra mujer de 55 años, en este caso de la capital burgalesa, estuvo siete meses sin ver a un especialista mientras le decían por teléfono que sus dolores eran normales porque sufría osteoporosis. En septiembre le diagnosticaron un cáncer avanzado, una especie de leucemia que afecta a los huesos y no tiene tratamiento, por lo que está ingresada en el Hospital Universitario de Burgos, ha subrayado.
También en la capital de Burgos, a otra mujer le dijeron que sus vómitos y diarrea se debían a los nervios por trabajar en una residencia de ancianos durante la pandemia. Después de tres meses de consultas solo telefónicas le diagnosticaron dos tumores, uno de ovario y otro de los conductor biliares. «No se trata de error, sino de abandono que se intenta disculpar con la pandemia», ha considerado Sainz-Maza.
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