Síntomas de un golpe de calor y cómo evitarlo

Un golpe de calor no tiene nada que ver con los típicos sofocos o el bochorno que se sufre en verano. Estamos hablando de un problema de salud grave, que puede ocasionar la muerte. Los golpes de calor se producen cuando la temperatura de nuestro cuerpo sube de los 40 grados, de manera rápida, y no somos capaces de eliminar el exceso de calor de manera natural.

En condiciones normales, el cuerpo regula su temperatura. Y ante una subida de la misma, la reacción habitual es el sudor. De hecho, un exceso de sudor sin la hidratación adecuada provoca deshidratación. Sin embargo, cuando se produce un golpe de calor, los mecanismos de regulación no funcionan correctamente, y el cuerpo no es capaz de bajar la temperatura, tal y como explica el Ministerio de Sanidad en este decálogo.

Un golpe de calor se produce cuando hay una exposición prolongada a un ambiente excesivamente cálido, pero también se puede dar cuando se practican deportes al aire libre a altas temperaturas o se realizan esfuerzos físicos bajo esas mismas condiciones.

Cualquier persona puede sufrir una insolación. Los colectivos más vulnerables son las personas mayores o dependientes, los bebés y los niños y las personas con enfermedades crónicas. En algunos casos, su cuerpo no es capaz de reaccionar ante un aumento de la temperatura o no son conscientes de un exceso de sudoración y acaban deshidratándose.

También son susceptibles de sufrir un golpe de calor las personas que realizan grandes esfuerzos físicos, por ejemplo trabajando, o salen a hacer deporte cuando se hay elevadas temperaturas. O los turistas extranjeros que vienen de países menos cálidos y no están acostumbrados a altas temperaturas en verano o los cambios bruscos

Un golpe de calor es fácilmente identificable. Los síntomas iniciales son una temperatura corporal elevada, con sed intensa, piel roja, caliente y seca. Dolor de cabeza, mareos, náuseas y vómitos. Le siguen respiración rápida, taquicardias y pulso rápido. Calambres, alteración de la conciencia o desorientación, convulsiones y pérdida del conocimiento.

Si se nota algún síntoma de estar sufriendo un golpe de calor, se debe trasladar a la persona afectada a un lugar a la sombra, tumbarla con la espalda recta y las piernas levantadas para facilitar la circulación de la sangre. Lo prioritario es bajar la temperatura así que hay que humedecer el rosto y el cuello con paños, compresas o toallas frías.

Se debe permanecer tumbado, en lugar fresco, y siempre que la persona afectada esté consciente, se debe de dar agua para que beba, pero muy poco a poco. En caso de que se noten síntomas graves, o que se agravan, y ante los colectivos de mayor riesgo, la recomendación es llamar a los servicios de emergencias y trasladar al enfermo al médico.

Las recomendaciones para evitar sufrir un golpe de calor son muy sencillas. Para empezar, hay que evitar exposiciones prolongadas al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17) y beber mucha agua para evitar la deshidratación. Se recomienda siempre llevar una botella de agua, para ir tomándola tranquilamente, aun cuando no tengan sed. Al mismo tiempo, se desaconseja beber alcohol o café, porque ayuda a la deshidratación.

En cuanto a la alimentación, se recomienda comidas ligeras, con mucha fruta y verdura, evitando las comidas pesadas y muy calientes. Se debe vestir ropa fresca, andar por las zonas de sombra y pasar tiempo en lugares frescos (en casa, elegir las habitaciones más fresca, mantener las persianas cerradas durante el día y ventilar por la noche para que se refresque por la noche) o con aire acondicionado.

En la calle, para evitar sufrir un golpe de calor o alguno de sus síntomas se aconseja llevar sombreros o gorras, que cubran la cabeza, y gafas de sol. Y, en el campo, la playa o una terraza, estar a la sombra. También es bueno refrescarse el cuerpo periódicamente. Igualmente, se debe evitar practicar deporte en las horas centrales del día, dejándolo para primera o última hora de la jornada. Y también evitar los trabajos que requieran de esfuerzo físico en esos mismos momentos.