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Marisa Contreras y Natalia Gómez. BC
Coronavirus en Burgos: Y para empezar, una pandemia: así han vivido los sanitarios residentes su llegada a Burgos

Y para empezar, una pandemia: así han vivido los sanitarios residentes su llegada a Burgos

Médicos y enfermeros en prácticas aseguran que la crisis de la covid-19 no les ha impedido continuar con su programación de aprendizaje

Lunes, 11 de enero 2021, 08:16

Desde Canarias, Cantabria y Cádiz han llegado Ángel Pérez, Natalia Gómez y Marisa Contreras, respectivamente, al servicio de salud pública de Burgos como residentes. Tres historias que se han cruzado en la provincia cuando despegaba la segunda ola de la covid-19 y con sus ... estudios recién acabados. La dura realidad de la medicina les ha pillado con una pandemia, aunque la ilusión y las ganas de aportar su granito de arena siguen intactas. Y de eso se 'aprovechan' el Hospital Universitario de Burgos (HUBU), el centro de salud José Luis Santamaría en la capital y el Hospital Santos Reyes de Aranda.

Pérez, natural de Canarias, llegó a finales de septiembre al servicio de Urología del HUBU. En ese momento, la situación no era tan crítica como se vio en noviembre, aunque reconoce que la explosión trastocó su servicio. «Nos suspendieron los quirófanos durante una semana y alguno fue trasladado al hospital de Recoletas. No hemos podido ir tanto al quirófano, pero se entiende», detalla el joven médico, que no ha sido llamado para los grupos covid que se crearon en el hospital. «Los servicios de Urología y Cirugía no han sido los primeros en ser llamados para esos grupos covid. Han tirado antes de profesionales de especialidades médicas como Oncología, Cardiología... A nuestros compañeros de Urología, a algunos, les llamaron para ir a la UCI», continúa.

«Llegas al hospital ilusionado después de los años de estudio, aunque todo hay sido un poco extraño»

Ángel Pérez

Y es que Pérez ha vivido en primera persona las complicaciones de la covid. «Una semana caótica» en el HUBU que no ha impedido que siguiera con su aprendizaje médico. «Continuamos con los cursos programados. También he estado rotando en cirugía estos tres meses y en Urología solo he hecho guardias. Estoy muy contento. Llegas al hospital ilusionado después de los años de estudio, aunque todo haya sido un poco extraño», añade el canario.

En una situación similar se encuentra la cántabra Natalia Gómez, enfermera interna residente en el centro de salud José Luis Santamaría de la capital. Gómez aterrizó en Burgos el 25 de septiembre al igual que sus compañeros, pero con la salvedad de que había vivido la primera ola en un hospital de Cantabria. «He visto que ahora estaba más controlada la situación, además se han desarrollado recursos nuevos. Se ha llevado mejor la segunda ola al trabajar sobre la experiencia de la primera», destaca la joven cántabra, que acabó la carrera en 2019.

Momentos duros que escenifican estos jóvenes sanitarios, que han visto cómo se han tenido que amoldar a una situación nueva. «Me ha cambiado mucho la forma de trabajar en el trato de los pacientes y los familiares. En momentos de duelo, les podías estrechar la mano. El contacto físico, que ayuda en esas ocasiones, ha desaparecido. Se dificulta con la distancia. Ahora la sonrisa queda debajo de la mascarilla. Han sido momentos duros y estresantes, no me gustaría volver a vivirlos», incide Gómez, que lamenta la merma de citas presenciales en los centros de salud. «Para el paciente es muy difícil, pero para nosotros también. En medio de una pandemia, los gestos y la expresión facial están cubiertos por una mascarilla y en las consultas telefónicas se hace prácticamente imposible este modo de comunicación. Te obliga a desarrollar habilidades y recursos que no te enseñan en la carrera», añade.

«Han sido momentos duros y estresantes, no me gustaría volver a vivirlos»

Natalia Gómez

A pesar de estar en plena pandemia, Gómez también ha conseguido continuar con su aprendizaje. «Tenía miedo de que me modificaran las rotaciones o no pasar por algún servicio. Todo gira en torno a la covid, pero creo que sí que estoy aprendiendo. Estoy sacando cosas nuevas de este periodo formativo. La covid está ahí, pero estoy empleando bien la formación para crecer en otros ámbitos», manifiesta Gómez.

Instantes de cambios también ha vivido Marisa Contreras en estos primeros meses tras estudiar Medicina en la Universidad de Cádiz (UCA). Desde Andalucía desembarcó en Aranda de Duero como R1 de Medicina Familiar y Comunitaria para enfrentarse, principalmente a la covid. «Tanto la Universidad como la preparación al MIR te dan una visión muy centrada en la parte teórica de la Medicina, dejando un poco de lado la 'Medicina centrada en el paciente'. Ahora empieza la época que podríamos llamar de 'humanización', en la que te vas acostumbrando poco a poco a que esos datos que conoces sobre ciertas enfermedades tienen ahora nombre y apellidos, una vida y una familia fuera de la consulta y tú eres la persona encargada de averiguar qué les pasa y, en ocasiones, de darles malas noticias… La cosa cambia mucho cuando levantas la mirada de los libros y miras al paciente cara a cara», resalta Contreras.

«Los R1 aún no hemos llegado a ese punto de ebullición en el que se encuentran muchos profesionales por la pandemia»

Marisa Contreras

Una experiencia que se ha tornado algo más compleja al vivirla desde el teléfono y sin ese contacto presencial. «En las consultas de Atención Primaria se ha notado un aumento considerable de pacientes a los que hay que llamar por teléfono, limitando mucho las consultas presenciales y 'el ver, oír y sentir' tan necesario en el día a día de la profesión. En el Hospital Santos Reyes el servicio de Urgencias también se ha modificado por la pandemia, pero al final del día sigues tratando a pacientes de manera presencial. El aprendizaje es el mismo, pero cambia la manera de realizarlo», explica la joven médica, que aún no nota el cansancio como los profesionales sanitarios más veteranos. «Los R1 aún no hemos llegado a ese punto de ebullición en el que se encuentran muchos de los profesionales que han vivido la pandemia de una manera u otra. Ahora mismo aportamos esa savia nueva tan necesaria en la Sanidad, y mucha más que haría falta», prosigue.

Y todo esto rompiendo una lanza a favor de Atención Primaria. «Seguimos teniendo consultas presenciales, no hemos abandonado a los pacientes como muchos pueden llegar a pensar. El problema es la sobrecarga a la que estamos sometidos, que seguro va a aumentar con la vacunación y la falta de profesionales, no solo en Atención Primaria, también en el resto de especialidades y profesiones dentro del ámbito de la Sanidad», asevera Contreras.

Tres historias de esa savia nueva en la medicina que también coinciden en un mensaje. «Tal vez sea momento de que las facultades también preparen a los nuevos jóvenes ante una pandemia. Facilitaría mucho las cosas», concluyen Ángel, Natalia y Marisa.

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