«Las cifras son elevadas y por cada suicidio hay otros tantos intentos no consumados»

Unos mitos que ahora es importante derribar. Un tema, el del suicidio, que tenemos que aprender a afrontar, sin tabúes. Se hace importante solucionar esta situación ahora porque, como señala Rosa María Araguzo, psicóloga del Servicio de Salud Joven de Burgos, «en este servicio no hemos notado que haya más incidencia de suicidios, pero sí hemos apreciado más casos de tristeza, autolesiones, alguna conducta que es previa y a la que hay que prestar atención. A nivel nacional los suicidios están creciendo».

A nivel provincial, la cifra de personas que en Burgos fallecen anualmente por suicidio es de 30 de media en la última década, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). A nivel nacional los datos se sitúan en 3.671 personas muertas por suicidios en 2019, última fecha con datos definitivos en el INE. En el primer semestre de 2020 en España se han suicidado 1.343 personas y en la provincia de Burgos lo han hecho nueve. Araguzo afirma rotundamente: «son cifras elevadas. No solamente están los intentos de suicidio, hay que tener en cuenta que tras un suicidio hay otros tantos intentos que no son consumados, afortunadamente, pero es traumático».

El Servicio de Salud Joven del Ayuntamiento de Burgos, en lo que va de 2021 y en el 2020 sí vio aumentar, sin embargo, el número de jóvenes que acuden a consulta psicológica. «No ha aumentado la incidencia de pacientes que acuden por ideas suicidas, pero sí ha habido un aumento muy alto de jóvenes que acuden a consulta. Pero esto también coincide porque hemos comenzado con el convenio de la Universidad de Burgos (UBU), para que acudan los estudiantes y, así, lo conocen más jóvenes», explica Araguzo.

En lo que va de año el servicio ha realizado unas 350 consultas y han tenido 69 usuarios nuevos. La media anual de consultas y de nuevos usuarios solía estar en cifras más bajas, un centenar menos de consultas y la mitad de usuarios nuevos.

Araguzo entiende que confluyen dos realidades en el hecho de que hayan aumentado las consultas y nuevos usuarios. Por un lado, se está dejando de estigmatizar el hecho de acudir al psicólogo. «Poco a poco, acudir a terapia se va normalizando. Se quita el tabú y el miedo. Además, a nosotros nos ayuda estar en un entorno neutro, en un centro cívico», explica. Por otro lado, esta psicóloga señala que «ha aumentado mucho el nivel de presión sobre el estado emocional. La covid nos ha hecho daño».

El suicidio se produce más en hombres que en mujeres. En Burgos, las cifras del INE son claras. Por ejemplo, de las nueve personas que han consumado el suicidio en el primer semestre de 2020 en la provincia, ocho eran hombres y una era una mujer. Araguzo señala, sin embargo, que hay más intentos de suicido en mujeres.

Y aquí entramos en un mito del suicidio que hay que aprovechar para destacar y derribar. «Los intentos de suicidio solo son llamadas de atención sin importancia. Si alguien dice que se quiere suicidad en realidad no tiene intención de hacerlo». No es así. «Queremos combatir estas afirmaciones porque perjudican mucho a la persona que intenta suicidarse y está mal.

Este mito provoca que, por ejemplo, no se preste atención a quien expresa la idea de suicidarse. El 90 por ciento de los que se suicidan había expresado claramente la idea de hacerlo y el resto lo dejan entrever. Esta idea provoca una actitud de rechazo a quien ha tenido un intento de suicidio cuando estas personas necesitan ayuda para adaptarse correctamente. Así se puede leer en la campaña de prevención del suicidio en jóvenes que ha lanzado el Ayuntamiento de Burgos, la UBU y enfermeras del HUBU. «Cualquier tentativa o intento de suicidio no consumado son situaciones traumáticas que hay que atajar. Aunque sea una llamada de atención hay que prestársela. Solo ese intento no consumado es ya una situación traumática», aclara Araguzo.

Hasta esta consulta psicológica acuden personas que aseguran que están mal, «que los ves con una tristeza profunda, con indicios de depresión, falta de motivación, falta de apoyo social. Aquí, de una forma disimulada y con cuidado se aborda el tema de si ha pensado en suicidarse. Y la gente se suele abrir», explica Araguzo.

«Hay quien te dice que lo ha pensado, pero no lo va a hacer. Otros lo han pensando y les da miedo que la idea sigue dando vueltas en su cabeza y otros te dicen que lo han intentado», añade.

En cualquier caso similar, se recomienda acudir a consulta psicológica, a pedir ayuda profesional. El entorno es importante, pero aquí no se cuenta con herramientas profesionales, estudiadas, comprobadas, válidas. Las frases motivacionales no valen. «Hay que interiorizar la situación, demostrar a la persona que hay salidas, trabajar motivaciones, alternativas. Está bien que hable con el entorno, pero se necesita la ayuda profesional», aconseja Araguzo.

Además, un suicidio consumado deja un rastro de dolor, tristeza y culpa. «Hemos trabajado con jóvenes con familiares o amigos que se han suicidado y predomina la tristeza, y la culpa. La frase de no me he dado cuenta».

Por ello, es importante hablar de suicidio, conocerlo. Porque lejos de lo que se podría pensar, el suicidio tiene como fin acabar con el sufrimiento, no con la vida. Si acabamos con el sufrimiento la vida cobra sentido. Para ello es necesario escuchar a la persona, dirigirla a la ayuda profesional. «Elige vivir. Te escuchamos» es el lema de la campaña para la prevención del suicidio que ha lanzado el Ayuntamiento burgalés.