La covid-19 está detrás de la cuarta parte de los fallecimientos registrados en Burgos desde principios de marzo

De acuerdo al último informe ofrecido en este sentido, la enfermedad ya ha provocado en la provincia 277 fallecimientos desde el pasado 1 de marzo. Es decir, que el coronavirus está detrás, al menos, de la cuarta parte de los 1.052 fallecimientos registrados desde entonces en la provincia. Eso contando únicamente las 37 zonas básicas de salud propias de la provincia, en las que no se incluyen las de Herrera de Pisuerga, Aguilar de Campoo y San Leonardo de Yagüe, que también prestan servicio en la provincia. Si incluimos esas tres zonas, el número de fallecidos por covid-19 desde principios de marzo se eleva hasta las 281 personas.

Eso sí, la incidencia de la enfermedad es muy diferente entre unas zonas y otras. Así, en términos generales, los centros de salud urbanos están registrando datos absolutos y relativos más preocupantes. El ejemplo más significativo se da en la zona básica de salud del ambulatorio de Santa Clara, en la capital provincial. Hasta la fecha, allí se han contabilizado 35 muertes por covid-19, lo que supone un 0,2% del total de tarjetas sanitarias.

Esa incidencia de la covid-19 viene de la mano de un significativo repunte de la mortalidad en dicha zona básica, que acumula 91 decesos desde principios de mayo (un 0,53% del total de tarjetas sanitarias).

Otras zonas básicas de salud, como la de Aranda Sur, con 31 fallecidos por covid-19 (un 0,19% del total de tarjetas sanitarias), o las de Aranda Norte, Miranda Oeste y la del centro de salud Ignacio López Sáiz, también en la capital, también reflejan una incidencia de la enfermedad más que significativa.

En el lado contrario se sitúan zonas básicas como la de Espinosa de los Monteros, Valle de Valdebezana, Sedano, Treviño o Burgos Rural Norte, todas ellas con varios fallecidos desde el 1 de marzo, pero sin muertes relacionadas con la covid-19. Mención aparte se merece el caso de Sedano, ya que es, junto con Valle de Losa y Huerta de Rey, la zona que menos incidencia ha registrado hasta ahora por la enfermedad.

Está claro, en todo caso, que la dispersión poblacional en este caso ha jugado a favor del mundo rural, donde la covid-19 no está haciendo tanto daño como en los entornos rurales. Al menos en términos generales. Y es que, hay zonas como Briviesca que se escapan de esa tendencia. De acuerdo a los datos ofrecidos por la Junta, casi la mitad de los fallecimientos registrados en las últimas semanas en esa zona de La Bureba (14 de 31) están directamente relacionados con la enfermedad. Un dato demoledor que no se registra en ninguna otra demarcación sanitaria burgalesa.

Con todo, la desagregación de todos estos datos permite a los responsables sanitarios hacerse una idea mucho más completa de la incidencia de la enfermedad y su tasa de mortalidad. Una tasa que, sin embargo, sigue siendo extremadamente difícil de calcular. No en vano, a día de hoy se desconoce el número exacto de personas contagiadas. Una aproximación puede sacarse de los datos de Atención primaria, que de acuerdo al último informe ha establecido protocolos de seguimiento sobre 8.057 pacientes sospechosos de tener covid-19. Y dentro de ese grupo ni siquiera se contabilizan los asintomáticos.

Sea como fuere, la fotografía de situación está un poco más enfocada, con todo lo que ello conlleva. Lo que no cambia un ápice es la tragedia que se esconde tras los datos.