Burgos reduce su lista de espera quirúrgica aunque sigue siendo un 28% más alta que en 2021

La lista de espera quirúrgica en la provincia de Burgos pasa de 8.542 pacientes a finales de marzo de 2022 a los 7.757 del 30 de junio de este año, según datos aportados por la Consejería de Sanidad. Supone esto que 785 pacientes han salido de la lista de espera quirúrgica de alguno de los tres centros hospitalarios de la provincia en los últimos tres meses.

El primer trimestre de 2022 cerró con 8.542 pacientes en lista de espera, una cifra mayor que los 8.185 pacientes que estaban en lista en el cuarto trimestre de 2021.

En cambio, estos 7.757 pacientes en lista de espera suponen un aumento si comparamos con las cifras de hace un año. El segundo trimestre de 2021 cerró con 6.023 pacientes en lista de espera quirúrgica en Burgos. En ese momento, la provincia tenía, por tanto, 1.734 personas menos en lista de espera, lo que supone un 28,8 por ciento más.

El Complejo Asistencial Universitario de Burgos (CAU Burgos) cerró el segundo trimestre de 2022 con 6.613 pacientes en espera de una intervención quirúrgica. La mayoría de estos, 5.839, son pacientes de prioridad 3, pacientes cuya patología permite la demora del tratamiento, ya que esta no produce secuelas importantes. Por su parte, hay 64 pacientes de prioridad 1 en lista de espera (pacientes cuyo tratamiento quirúrgico, siendo programable, no admite una demora superior a 30 días) y 710 pacientes de prioridad 2 (pacientes cuya situación clínica o social admite una demora relativa, siendo recomendable la intervención en un plazo inferior a 90 días).

En el Santiago Apóstol de Miranda de Ebro, a finales de junio de 2022, se contabilizaban 560 pacientes en lista de espera quirúrgica, frente a los 584 del Santos Reyes de Aranda de Duero.

Actualmente, el tiempo medio de espera para ser intervenido se sitúa en 191 días en el CAU Burgos. En el Santiago Apóstol el tiempo medio es de 68 días y en el Santos Reyes es de 76.

Los datos de la Consejería de Sanidad arrojan también otras cifras. Añaden al número de pacientes en espera estructural, el número de pacientes transitoriamente no programables y también el número de pacientes en espera tras rechazo de centro alternativo. La suma de todos hace la lista total. La lista de espera de un hospital se divide en estructural y total. La total incluye también a estos grupos que engrosan la lista de espera, pero son ajenos a la gestión que ha hecho el hospital. Su espera no es atribuible a la organización o recursos disponibles, sino a circunstancias especiales de la solicitud de la cita.

En el CAU Burgos la lista de espera estructural se compone de 6.613 pacientes, pero si se suman estos otros dos grupos el número asciende hasta los 7.856. En el Santiago Apóstol la estructural es de 560 y la total de 633 pacientes. En el Santos Reyes, la estructural la forman 584 pacientes y la total 667.

Por otro lado, en el CAU Burgos hay 239 personas pendientes de la asignación de una cita para la primera consulta. En el Santos Reyes de Aranda están en la misma situación 170 personas y, en cambio, en el Santiago Apóstol, no hay nadie pendiente de la asignación de una cita para primera consulta.

En cuanto a la lista de espera para someterse a alguna técnica diagnóstica, el CAU Burgos cuenta con 3.285 pacientes en espera. Entran en esta cifra tanto los pacientes en espera estructural como los de espera no estructural. En el Santiago Apóstol están a la espera de una prueba diagnóstica 1.361 pacientes y en el Santos Reyes la cifra es de 1.233.

La Consejería de Sanidad ha asegurado en un comunicado que las cifras mejoran gracias a que esta legislatura se ha puesto en marcha un plan de reducción de las listas de espera, comenzando por las quirúrgicas, que «tienen como objetivo fundamental de la implantación de una estrategia global que se refleja en objetivos de demora y lista de espera, manteniendo la calidad y la excelencia en la atención».

Según la Consejería el pilar de este plan es «el uso eficiente de los recursos propios de Sacyl», aunque también se ha comenzado a implantar un plan de choque intensivo que contempla la utilización de recursos adicionales.

Las medidas fundamentales son la potenciación de la actividad concertada y poner en marcha la actividad extraordinaria en los centros de Sacyl (autoconcierto), mediante una norma que tiene por objeto «adoptar, como consecuencia de la situación de crisis sanitaria de la covid-19, la medida especial sanitaria de carácter extraordinario consistente en la realización voluntaria de actividad quirúrgica fuera de la jornada habitual de trabajo, con la finalidad de reducir los tiempos de espera para intervenciones quirúrgicas programadas».