Poco a poco se va viendo la luz al final del túnel. O al menos, eso parece. La provincia de Burgos está a un paso de reducir el nivel de alerta sanitaria derivada de la pandemia de la covid-19 y entrar en la categoría ... de 'riesgo medio' por primera vez desde que la Junta de Castilla y León implementó la clasificación por niveles.
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La buena evolución de los datos epidemiológicos de las últimas jornadas han permitido que la incidencia acumulada en la provincia mantenga una lenta pero constante progresión a la baja. De acuerdo a los datos ofrecidos por la propia Junta, Burgos presenta hoy una incidencia de 164,97 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días, lo que supone un descenso de once puntos respecto al dato del día anterior.
Habida cuenta de que la barrera para bajar al nivel de 'riesgo medio' se sitúa en los 150 casos y de que la tendencia a la baja parece haberse consolidado, todo hace indicar que la provincia conseguirá alcanzar esa meta en las próximas jornadas.
Y no es un dato baladí, ya que será la primera vez que Burgos baje del nivel de 'riesgo alto' desde que la Junta implementara esa clasificación el pasado mes de noviembre, al menos de manera fehaciente.
Y es que, durante los primeros días de enero, la estadística presentó durante tres días una incidencia acumulada más baja que la actual. Es más, el 1 de enero se tocó suelo en este sentido con una incidencia de 149,6 casos por cada 100.000 habitantes. Formalmente, esa jornada se redujo el nivel de alerta sanitaria, pero los datos de aquellos días estaban totalmente condicionados por el habitual infrarreporte de las jornadas festivas. Prueba de ello es que, tanto los días previos como los siguientes, la incidencia fue significativamente más alta.
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De esta forma, la situación que presenta hoy en día la provincia no tiene nada que ver con la de aquel entonces. La campaña de vacunación está teniendo un efecto directo y a pesar del repunte del mes de marzo, desde finales de abril se mantiene una clara tendencia a la baja, con datos muy alejados de los que se registraron en los peores momentos de la pandemia.
Uno de esos momentos críticos llegó en noviembre. Apenas unos días después de que la Junta pusiera en marcha la nueva clasificación de indicadores epidemiológicos, la provincia alcanzó una incidencia de 1.356,18 casos por cada 100.000 habitantes, una de las más altas del país.
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A partir de ahí, y a pesar de los altibajos, Burgos siempre ha estado en el grupo de provincias más afectadas de toda la comunidad. De hecho, aún sigue en ese punto. Aunque hoy es Valladolid la provincia que mayor incidencia acumulada presenta (174,59 casos), lo cierto es que Burgos está aún lejos de los datos de provincias como Salamanca (69,55 casos), Zamora (79,14) o Soria (83,25).
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