Burgos recibe luz verde de la Junta para aplicar más restricciones frente a la covid

En este sentido, De la Rosa, que ha comparecido de manera telemática acompañado del vicealcalde Vicente Marañón, ha confirmado que el Consistorio cuenta con el beneplácito de la Junta de Castilla y León para la articulación de estas medidas. De hecho, en virtud de las conversaciones mantenidas con los responsables autonómicos, está previsto que la propia Junta complemente estas medidas con un decreto que las extienda también al ámbito privado.

De momento, a lo largo de la mañana, el alcalde firmará sendos decretos mediante los que se procederá al cierre de todas las instalaciones deportivas y culturales de titularidad municipal a partir de esta medianoche. En este saco entran las piscinas, los polideportivos, las pistas y campos deportivos, las bibliotecas, los centros cívicos, los teatros y las salas de exposiciones. En principio, sólo se libran del cierre las escuelas infantiles municipales y, puntualmente, aquellas instalaciones que sean usadas por clubes y deportistas profesionales, que podrán seguir entrenando y compitiendo.

Paralelamente, también se decretará la suspensión de la práctica totalidad de las actividades culturales, deportivas y de servicios sociales organizadas por el Ayuntamiento, tales como las escuelas deportivas municipales, las ludotecas o los programas de ocio para jóvenes y mayores.

En este sentido, también se ha pedido a la Junta de Castilla y León que proceda a la suspensión de todos aquellos eventos deportivos federados previstos en el municipio durante las próximas jornadas, a excepción de las competiciones oficiales de los clubes profesionales. A mayores, también se ha solicitado la prohibición de acceso de público a dichos eventos profesionales. El fin de semana pasado, el Ayuntamiento ya formuló esa petición a los propios clubes de la ciudad, que en su inmensa mayoría disputaron sus encuentros a puerta cerrada.

El objetivo de todas estas medidas no es otro que doblegar la curva de la pandemia y reducir la tensión asistencial. «Ahora mismo, el hospital está tensionado y a punto de colapsar», con todo lo que ello conlleva, ha subrayado De la Rosa al tiempo que insistía en que la situación «no es culpa de los ciudadanos», que «en su mayoría cumplen con las restricciones» y medidas sanitarias básicas. Sin embargo, ha añadido, hay «multitud de factores» que por sí solos no explican la alta incidencia de la covid en Burgo, pero que sin duda son determinantes, como la gran movilidad de la ciudad.

En todo caso, estas medidas, que se complementan con las ya establecidas con anterioridad (toque de queda, prohibición de reuniones de más de tres personas no convivientes, cierre perimetral de la comunidad autónoma y cierre de la hostelería y parte del comercio), nacen con una perspectiva temporal mínima de una semana. Si durante ese periodo se consigue reconducir la situación y devolver a la ciudad a una incidencia asumible, se levantarán las restricciones. Si no, las medidas se prolongarán durante 14 días. En el caso de que en ese tiempo no se haya conseguido corregir la situación, el Ayuntamiento se guarda la posibilidad de prorrogar aún más las medidas, pero en ese caso deberá ser con otros decretos.

Lo que de momento se ha descartado es volver a cerrar perimetralmente la ciudad, tal y como sucedió semanas atrás, dado que el propio Ayuntamiento considera que se trata de una medida destinada a evitar que el virus entre o salga de la ciudad, no a aplanar la actual curva de contagios. También se ha descartado por el momento el confinamiento domiciliario, aunque en este caso, es debido a que el actual estado de alarma no permite a las comunidades autónomas tomar esa decisión. De hecho, la propia Junta lo solicitó jornadas atrás y el Ministerio de Sanidad rechazó la propuesta.

En todo caso, hoy hay un dato «para la esperanza». Y es que la incidencia acumulada ha descendido de manera significativa por primera vez en mucho tiempo, pasando de 1.800 casos por cada 100.000 habitantes en catorce días a 1.584 casos. Se trata de una reducción importante, sí, pero la incidencia continúa en un nivel crítico.