La burgalesa Azucena Santillán, reconocida como una de las 100 mejores enfermeras del mundo

Santillán, doctora en Enfermería y autora del blog Ebevidencia y de multitud de artículos científicos, ha sido reconocida por su trayectoria en la categoría 'Human Capital Development', gracias al trabajo realizado durante los últimos años en favor de la implantación de metodologías basadas en las evidencias científicas, una disciplina que a menudo se ha dejado de lado en el ámbito de la enfermería, pero que es de suma importancia.

En este sentido, Santillán reconoce haberse «sorprendido» por el reconocimiento. De hecho, asegura desconocer de dónde surgió su nominación. «Tengo la sospecha de que vino de Latinoamérica», donde su blog tiene una gran aceptación entre la comunidad de profesionales de enfermería.

En todo caso, entiende que el reconocimiento obtenido no es fruto de una «acción puntual», sino del trabajo desempeñado en la última década por impulsar la enfermería basada en evidencias científicas, un planteamiento que «puede parecer muy obvio», pero que durante mucho tiempo ha permanecido en el ostracismo. «En enfermería se trabajaba mucho en base a lo que se venía haciendo toda la vida» y en muchos casos, los protocolos y procesos «eran demasiado estáticos», debido quizá a que se trata de una «profesión universitaria relativamente joven».

Esa circunstancia ha limitado durante años la capacidad de innovación, pero ahora mismo, la dinámica es otra. «Cada vez se investiga más». De hecho, subraya, «cada vez hay más enfermeros doctores», lo que potencia la investigación, la divulgación y la aplicación de nuevos protocolos».

Y esa es precisamente la dinámica en la que se embarcó hace años Santillán con su blog y las numerosas publicaciones científicas, ponencias y reconocimientos que la avalan, aunque no es ni mucho menos la única. De hecho, en el listado de mejores enfermeras del mundo se han colado otras cuatro colegas españolas, lo que da buena muestra de la capacidad y calidad de la profesión en España, aunque a menudo pasan «desapercibidos».

«Sólo en Burgos hay cientos de enfermeras que se merecen un monumento» por el trabajo realizado diariamente, sobre todo durante la pandemia de la covid-19, en la que han estado en primera línea. «Todo el mundo habla de Araceli, la primera persona en España en recibir la vacuna de la covid-19, pero en la imagen también está una enfermera que le administra la vacuna», recuerda Santillán al tiempo que insiste en que la pandemia ha supuesto una «prueba de estrés a todos los niveles» para los profesionales de enfermería.

«Al principio de la pandemia, el trabajo de enfermería fue muy complicado, porque apenas había conocimiento científico» sobre el virus y los tratamientos a aplicar. A partir de ahí, no obstante, se pasó a «tener demasiada información», a menudo sin cribar y sin contrastar, lo que ha obligado a practicar una «lectura crítica de las fuentes apropiadas» para establecer los protocolos más efectivos. Eso sí, a juicio de Santillán, «si se hubiese practicado un cuidado intuitivo no basado en las evidencias científicas, los resultados hubieran sido mucho peores».