El aumento de pecho y otros efectos secundarios de la vacuna en mujeres

Existen otros efectos secundarios de los que se habla mucho menos, lo que no quiere decir que sean menos frecuentes, sino que están menos estudiados. Se trata de los que están empezando a notificar, de manera más generalizada las mujeres, ahora que la vacunación coge a grandes grupos de población, de edades mucho más diversas.

Los testimonios de varias mujeres en Noruega, comentados a través de las redes sociales, han destapado uno de los más llamativos efectos secundarios de Pfizer en las mujeres. Nos referimos al aumento de pecho. Algunas mujeres han notificado un aumento de hasta una talla y, tras las noruegas, han venido testimonios de otras partes del mundo. Y todas tienen razón. Su percepción sensorial y visual tiene un fundamento científico.

Diferentes expertos y médicos han explicado que uno de los efectos secundarios de las vacunas contra la covid-19 es una inflamación de los ganglios linfáticos. Como cualquier otra inflación, es un mecanismo de defensa del cuerpo humano ante una vacuna. En este caso, se trata de una inflamación de los ganglios de la axila en el lado en el que se ha puesto la vacuna, de ahí el aumento de pecho. Sin embargo, es algo temporal. El tamaño del pecho se normaliza en unas semanas.

Igual de temporales son los efectos sobre la menstruación que se están detectando tras administrarse incluso la primera dosis de la vacuna en mujeres. No se ha especificado con qué vacuna, pero los efectos secundarios se están observando en mayor número en Pfizer, que es la mayoritaria. Se han notificado desajustes en la menstruación y alteraciones en la duración del ciclo, siendo la más habitual un sangrado más abundante durante la regla.

Las mujeres han notado también retrasos en la bajada de la regla, incluso retirada de la regla durante varios meses (amenorrea), sangrado entre periodos (mientras se está ovulando) y dolor abdominal constante, como el asociado a la menstruación. Son efectos secundarios leves, transitorios y que todavía están en investigación, pues el Ministerio de Sanidad no los considera como tal al haber un número de notificaciones bajo.

Y es que muchas mujeres de las que los han padecido no los han asociado a la vacuna y, de ahí, que no se hayan comunicado. Otras, que sí los han comentado con sus ginecólogos, han pasado por numerosas pruebas para descartar cualquier problema médico. Por ese motivo, la Universidad de Granada ha iniciado la investigación 'EVA', con la que está estudiando casos concretos de mujeres, para poder demostrar la vinculación de las vacunas contra la covid a las alteraciones de la menstruación, y que se reconozcan como efectos secundarios.