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Desde el 17 de marzo dos internos del centro penitenciario de Burgos han estado aislados en el modulo de ingresos al mostrar síntomas compatibles con el coronavirus. Habían disfrutado de permisos antes de que se decretara el estado de alarma, por lo que la ... dirección del centro aisló a las dos personas de forma inmediata a la espera de completar la prueba del Covid-19. Un test que ha descartado que estos dos presos de la cárcel de Burgos tengan coronavirus. Al igual que una funcionaria del centro penitenciario, que también se ha sometido a la prueba al mostrar sintomatología compatible con el coronavirus.
Estos hechos no han trastocado la vida diaria en la cárcel de Burgos, donde afrontan con tranquilidad el estado de alarma. Y es que dentro de los funcionarios una de las mayores preocupaciones es contraer la enfermedad, ya que mermaría una plantilla que ha demandado más efectivos en los últimos tiempos. De contagiarse y sufrir un aislamiento, obligaría a los trabajadores a hacer más horas o doblar turno. «Si tenemos una serie de funcionarios que se contagian o en cuarentena preventiva va a ser complicado sacar el servicio. Hemos solicitado ser los primeros para realizarnos las pruebas si presentamos síntomas. No queremos propagar la pandemia por los centros penitenciarios», apuntan los trabajadores.
De momento, el material preventivo está llegando a la cárcel de Burgos, aunque desconocen si durará hasta el 11 de abril. «No sabemos si se alargará. Hay que controlar las mascarillas, como está sucediendo en muchos sitios», continúan.
A pesar de estar en la cárcel, el día a día también ha cambiado en los presos. Se han denegado los permisos, no hay vis a vis..., aunque como contrapartida se han aumentado las llamadas semanales permitidas, pasando de 10 a 15. Además, a las personas con menos recursos se les cederá una tarjeta móvil para llamar a sus familiares. «Los internos conocen lo que hay. Saben que estas medidas son por su bien. Aún así están nerviosos por enfermar ellos o sus familiares. Todo esto acrecentado al estar entre cuatro paredes», señalan funcionarios del centro penitenciario de Burgos.
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