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Desde hace dos años, el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) cuenta con una Consulta Covid. Aquí no solo se atienden casos de covid, también se trata a aquellos pacientes con covid persistente y otras patologías de neumología.
La consulta comenzó a funcionar hace dos años ... en Burgos porque «era una necesidad», así lo asegura Carmen Fernández, jefa de Neumología y quien, junto a su compañera la doctora Peña, se encargan de estos pacientes. «Llega el confinamiento, empieza a ingresar mucha gente, tienes pacientes que están horribles, unas radiografías blancas con neumonía bilateral. Les dabas el alta y no sabías cómo iban a quedar, había que hacer el seguimiento», explica Fernández.
Y esta consulta es también una necesidad porque el porcentaje de pacientes que desarrollan covid persistente «es altísimo», confirma la jefa de Neumología. Se habla de que entre un 10 y un 20 por ciento de las personas que pasan la covid-19 desarrolla covid persistente. «Es muchísimo. Si se tienen un 10 o 20 por ciento de 10 pacientes, pues solo son uno o dos personas, pero si lo tienes de los más de 126.000 casos que ha habido en Burgos…», reflexiona la doctora Fernández. En la provincia hay entre 15.000 y 20.000 personas con covid persistente. «Esto no ha pasado con ninguna enfermedad vírica que conozcamos. Es un porcentaje alto, no tenemos a un 10 por ciento de pacientes con gripe a los que hay que hacer seguimiento», ejemplifica.
A lo largo de estos dos años la consulta ha experimentado un cambio en número y perfil de los pacientes. «El perfil ha cambiado muchísimo por la vacunación. Ahora ya apenas vemos a pacientes con secuelas covid con neumonía grave que hayan estado intubados. Los que estamos tratando son de 2020. En los últimos meses ha habido pocos pacientes a los que hemos tenido que intubar con gran afectación. Estamos viendo también, aunque no se puede cuantificar todavía, menos covid persistente. Ambos ámbitos han mejorado», explica la jefa de Neumología.
El perfil del paciente que ha estado grave por la covid-19 es el de un varón, no vacunado, con sobrepeso y con factores de riesgo cardiovascular como hipertensión o diabetes. Ese es el perfil del paciente que más grave está con la covid, junto con las personas inmunodeprimidas por un trasplante o aquellos pacientes con quimioterapia activa. En cambio, el perfil del paciente más habitual que sufre covid persistente es el de una mujer de mediana edad, entre 40 y 50 años. «Ahí es más prevalente, no sabemos si se debe a un factor hormonal, es algo que se está estudiando», explica la doctora Fernández.
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Lo que sí se ha demostrado en esta consulta es que con la vacunación se han reducido los casos graves de covid y también los casos de covid persistente.
En esta consulta se trata a tres tipos de pacientes. Por un lado, están todos aquellos que han ingresado con un covid serio. A estos se les hace una revisión y se les da el alta una vez se confirma que su placa es correcta porque todos llegan con neumonía bilateral. Por otro lado, está el paciente el que se dio de alta hace mucho tiempo y en el que persiste una afectación pulmonar, pueden necesitar oxígeno o inhalador, pero no tienen unas pruebas normales. Por último, están los que pasaron el covid hace tiempo, ingresados o en casa, a los que no conocíamos y llegan con síntomas de covid persistente, aunque muchas de las pruebas que se les realizan están dentro de la normalidad. «A esto último es a lo que llamamos covid persistente. En cuanto tienen afectación radiológica o funcional respiratorio ya serían secuelas poscovid», explica Fernández.
Sobre la covid-19 se ha aprendido mucho en muy poco tiempo. Fernández explica que, al principio, revisaban enseguida a los pacientes, siguiente el mismo concepto que tenían de una neumonía habitual. «Ahora hemos visto que no tiene nada que ver, que para hacer un control radiológico es mejor que pasen tres meses. También nos hemos llevado otra satisfacción, de ver pulmones horribles, con mucha afectación, con lesiones que en otras patologías consideraríamos crónicas, en esta patología, al cabo de un tiempo, se han resuelto», añade.
Aunque Fernández reconoce que no es normal que una infección respiratoria afecte de esta forma a otros sistemas y persistiendo tanto en el tiempo, sí reconoce que ahora se sabe que «hay que darle tiempo al covid. Hay que dar paciencia al paciente, a los familiares y al médico. Queremos que todo se resuelva ya y no es así. Al covid hay que darle, como mínimo, seis meses», explica.
También se sabe ahora que se puede tener un covid persistente después de haber pasado la enfermedad leve y en casa, «pasa el tiempo y te notas que sigues cansado, que te duelen las piernas, que no tienes aguante respiratorio».
Con tal cantidad de síntomas diferentes ligados al covid persistente ¿cómo saber que se trata de ello? La respuesta de la doctora Fernández es directa, «por descarte. Primero comprobamos que hay una presencia de covid previa y se descartan otras causas. Pero cuando ves tanto… Con esta pandemia hemos aprendido muy rápido porque hemos visto mucho de golpe, con tantos pacientes el aprendizaje es muy rápido».
Fernández lo tiene claro, «el paciente lo que necesita es ver que tú sabes lo que le pasa y le crees. En la primera ola, como se moría gente de 50 años sin patología, el que lo había pasado en casa, no era atendido. Lo que pasaba en el hospital era tan abrumador que esos otros casos tenían menos prioridad. Ahí mucha gente se ha sentido abandonada. Incluso había gente que no se atrevía a quejarse. Pero ahora sabemos que el problema existe, hay una consulta para atenderlos. Lo que causa impotencia ahora es que hay cosas que todavía desconocemos», reconoce.
Pero la doctora Fernández se muestra optimista. «He visto a un paciente que paso la covid-19 en 2021. Hace seis meses estaba fatal, en cambio, ahora, está claramente mejor, tolera el ejercicio, todavía no está en situación basal, pero nota la mejoría. Luego hay días peores, pero cada vez son menos frecuentes y menos intensos. Igualmente, las reinfecciones no nos están dando problemas».
Lo que quieren transmitir desde esta consulta del área de Neumología del HUBU es «tranquilidad». Asegura Fernández que es normal tener síntomas seis meses después de la enfermedad. «Si en seis meses se sigue con síntomas, hay que consultar a ver qué pasa. Pero hay que normalizar que esto tarda. Hay gente que al mes está agobiada porque le cuesta caminar o tiene insomnio. A esto hay que darle tiempo», explica.
Y si se alarga en el tiempo el procedimiento para llegar a esta consulta es a través de Atención Primaria. «Es el médico de Atención Primaria el que deriva. Tenemos una relación muy estrecha con Primaria y, además, la medicina está globalizada», asegura.
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