La policía investiga otra muerte en Valencia similar a la de Marta Calvo

El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Valencia y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil están realizando indagaciones sobre muertes parecidas en Valencia y otras provincias españolas. Los investigadores tratan de determinar si Jorge Ignacio P. estuvo con alguna de estas mujeres poco antes de que falleciera.

Uno de estos casos es el de una joven prostituta que murió en junio en extrañas circunstancias en otra casa de citas de Valencia, según ha adelantado el diario Levante. El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional asumió la investigación para esclarecer las causas de este fallecimiento y averiguar si la víctima había consumido cocaína, pero los agentes no han podido identificar al hombre que estuvo con ella poco antes de la muerte.

Como ya informó Las Provincias, la Policía Nacional ya investigó al narcotraficante por un delito de omisión del deber de socorro tras averiguar que había sido el último cliente de una prostituta que murió por una intoxicación de cocaína. Jorge Ignacio huyó cuando la víctima comenzó a convulsionar en una casa de citas de Ruzafa. Sus compañeras de piso acudieron a la habitación para ver si la víctima había sufrido alguna agresión y la hallaron en plena crisis convulsiva con pérdida también de consciencia.

Tras llamar al 112 para pedir una ambulancia, las testigos informaron a la policía de la actitud sospechosa del cliente que estaba con la mujer momentos antes de que comenzara a sufrir las convulsiones. Sin embargo, no sabían el nombre de este individuo ni su dirección ni ningún dato que pudiera ayudar en su identificación. Días después, la joven falleció en un hospital de Valencia y la Policía Nacional abrió una investigación para esclarecer su muerte.

Las pesquisas policiales dieron resultado el 9 de abril, cuando una agente de la Unidad de Convivencia y Seguridad (UCOS) de la Policía Local identificó al sospechoso en un control en la calle de San Pío V. La policía reconoció a Jorge Ignacio P. porque había visto el rostro del individuo en un vídeo con una solicitud de colaboración. El delincuente, que llevaba tres móviles y 7.000 euros, dio una dirección falsa de su domicilio y no fue arrestado al no tener ninguna orden de detención.

Hallar el cadáver descuartizado de Marta Calvo en el vertedero de Dos Aguas es como encontrar una aguja en un pajar, pero la Guardia Civil no escatima esfuerzos y tiene previsto centrar hoy el dispositivo de búsqueda del cuerpo de la víctima en la planta de eliminación de residuos más grande de la Comunitat Valenciana. Tras la confesión de Jorge Ignacio P. J., el narcotraficante colombiano encarcelado por la muerte de la joven, quien aseguró haber troceado el cadáver para arrojarlo luego en una decena de bolsas a contenedores de varios pueblos, los investigadores de la Guardia Civil han preparado un operativo en los últimos días para tratar de localizar los restos humanos.

La tarea se presenta tan ardua como penosa debido a la gran cantidad de basura que tendrán que desenterrar los trabajadores del vertedero, concretamente en la zona donde fueron sepultados con arcilla los residuos sólidos que llegaron a este depósito natural el pasado 9 de noviembre, dos días después de la desaparición y muerte de la joven.

Una vez desenterradas con una retroexcavadora las balas compactadas, un equipo de guardias civiles las inspeccionará, deshará y removerá para buscar los restos humanos con el apoyo de un perro adiestrado para la detección de cadáveres. Los empleados del vertedero apuntan cada día en un registro la fecha correspondiente a la cuadrícula de terreno donde han sepultado la basura, por lo que todo parece indicar que tendrían bastante localizada la zona de búsqueda. Pero cada jornada, una veintena de camiones descargan entre 1.300 y 1.500 toneladas de residuos procedentes de las plantas de reciclaje de Manises y Quart de Poblet.

Aunque los empleados de estos centros de tratamiento de basura consideran bastante improbable que no se hayan detectado las bolsas con restos humanos en las cintas transportadoras, existen varios antecedentes de cadáveres hallados en vertederos que pasaron los filtros del reciclaje. El 4 de junio de 2012, la Policía Nacional encontró el cuerpo sin vida de un niño boliviano de tres años después de revolver unas 400 toneladas de basura en el vertedero de Dos Aguas. El cadáver de Johan David fue hallado tras una ardua investigación de la Policía Nacional.

Las dos mujeres procesadas por la muerte del menor confesaron que arrojaron el cuerpo a un contenedor y aceptaron una condena de seis años de cárcel por maltrato, profanación de cadáver y homicidio imprudente. Las cuidadoras declararon que el niño había muerto de forma accidental al golpearse en la cabeza en un piso de la calle Pintor Pascual Capuz de Valencia, donde residían las dos mujeres, el menor y una anciana discapacitada.

El cadáver del niño presentaba numerosas lesiones 'post mortem' debido al procesamiento y compactado de la basura. Tras cuatro días de minuciosa búsqueda en una condiciones muy penosas, debido a los hedores e intenso calor, el operativo policial posibilitó el hallazgo del cuerpo y el primer paso para que la familia comenzara a superar la situación de duelo. Siete años después, el vertedero de Dos Aguas vuelve a ser el escenario de un gran dispositivo de rastreo que parece clave para avanzar en las investigaciones de un homicidio y para ayudar a los familiares de la víctima a empezar a cerrar el luto.

Mientras un equipo de guardias civiles tiene previsto iniciar la búsqueda en Dos Aguas, hoy se reanudarán también las labores de rastreo en algunas zonas de Manuel, donde la Guardia Civil está inspeccionando incluso canales subterráneos ante la posibilidad de que el cadáver estuviera oculto en algún lugar recóndito. Los agentes también han usado en los últimos días drones con cámaras para tratar de localizar el cuerpo.