El plan de reescalada incluye la residencia Gil de Siloé y el Talamillo ante un rebrote de la covid-19 en Burgos

Si hubiera un rebrote, todos los niveles asistenciales contarían con herramientas desde el minuto uno para avanzar en la reescalada y que pasan, por ejemplo, por garantizar la capacidad para duplicar el número de puestos de pacientes críticos; contar en menos de cinco días con suficientes ucis, disponer de profesionales debidamente formados, y tener equipos técnicos y de protección suficientes.

El Plan de Reescalada que ha diseñado la Consejería de Sanidad, conocido por Ical, contempla la posibilidad de recuperar los 532 puestos ucis que se han movilizado en este brote en un plazo de cinco días y sumar hasta 1.915 camas de centros privados a las 6.502 actuales en caso de que fuera necesario. También incluye contar con espacios no sanitarios públicos y dotaciones privadas para abordar no solo hospitalizaciones sino también recursos intermedios.

En Burgos, el Hospital Universitario está completando su plan de desescalada, confinando la covid-19 en la planta 7 del Bloque H y volviendo a la normalidad la UCI. Eso sí, sus responsables insisten en que el plan de desescalada es reversible y que, ante un rebrote, se volverían a implementar las medidas de contingencia. Es decir, que podrían volver a vaciar plantas, comenzando por el Bloque H, y tenerlas a disposición de los enfermos de coronavirus en 24 horas.

La obligación impuesta por Sanidad pasa por garantizar, no solo dobles circuitos y un protocolo de ingreso que permita detectar a tiempo un positivo, sino también la reserva de un 20% de las camas para enfermos de covid. Y lo mismo ocurriría con la UCI, que dispone de 26 puestos ordinarios, más una decena en reserva. El plan de Sanidad recoge que, en caso de rebrote, Burgos tiene la opción de poner a disposición de los pacientes críticos el 50% de sus camas de cuidados intensivos.

El HUBU dispondría, además, como recursos de apoyo de nuevo con los hospitales privados Recoletas y San Juan de Dios, a los que se estuvo derivando pacientes durante los momentos más duros de la pandemia, siempre pacientes no covid para ingresos e intervenciones preferentes pero menores. El San Juan de Dios pondría a su disposición 160 camas mientras que serían 54 camas y siete puestos UCI en el caso del Recoletas.

Como es lógico, se contaría también con el Hospital Divino Valles, que se acondicionó con 145 camas, principalmente como recurso intermedio para acoger a pacientes que ya hubieran superado la covid-19 pero tuvieran que estar en aislamiento y no fuera posible hacerlo en sus domicilios o residencias. Y el plan regional incluye la residencia juvenil Gil de Siloé, con 103 plazas, y el Polideportivo José Luis Talamillo, con una sala de 1.900 metros cuadrados.

Si hablamos de Miranda de Ebro, en caso de necesitar externalizar pacientes, el Santiago Apóstol derivaría en primer lugar al Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid y como segunda opción tendría el Hospital de Burgos. En esta pandemia, el Santiago Apóstol ha asumido en solitario las hospitalizaciones, mientras que los pacientes críticos han bajado al HUBU, donde está la única UCI de la provincia.

Por su parte, el Hospital Santos Reyes de Aranda de Duero, aunque no dispone de ningún centro público de apoyo en la localidad donde pudiera enviar a sus pacientes en caso de necesidad, dispondría de los recursos del mismo área de salud de Burgos. 2

También durante la pandemia el Ayuntamiento de Aranda ha puesto a su disposición un albergue con 40 camas en literas; el Hotel Alisi se ha ofrecido a alojar a personal sanitario o familiares de ingresados que necesiten descansar; y el Hotel Villa de Aranda se ha puesto a su disposición.