Un burgalés atrapado en Irán: la odisea del entrenador de fútbol profesional Rodrigo Hernando

La burocracia iraní tiene en jaque a este burgalés que soñaba con llegar para Reyes a España y que, con suerte, podrá hacerlo la semana que viene. La situación detonante es la destitución del primer entrenador del Naft Masjed Soleyman, equipo de la Primera División iraní. «Al destituir al entrenador, su cuerpo técnico salimos también», explica Rodrigo desde el hotel de Teherán en el que se hospeda.

A partir de su destitución comienza la aventura. «Yo llegué al país con un visado de trabajo el 24 de noviembre y se empezó el proceso para obtener la residencia al ser trabajador de una compañía, en este caso un equipo de fútbol. Cuando nos destituyen dejo de ser trabajador y se paraliza el proceso del visado de residencia y me dicen que a partir de ese momento se me trata como a un turista. El problema que tengo es que cuando me entero de eso ya han pasado más de 30 días de mi llegada al país y me encuentro en una situación irregular, porque como turista solo puedes estar 30 días», explica Rodrigo Hernando.

Para poder abandonar el país, a este burgalés le solicitan dos cosas: «Que pague una multa cada día que se extienda mi estancia en el país más allá de esos 30 días como turista y que pague los impuestos como trabajador de los meses que he estado aquí».

Una vez que Hernando es conocedor de estos dos requisitos comienza a investigar cómo poder hacer frente a ambas gestiones y así volver a casa. Pero ahí llegan las primeras trabas. «Los impuestos no los puedo pagar porque solo pueden abonarse cuando te dan una especie de DNI para extranjeros que lleva asociado un código para la Hacienda iraní. Como nunca se finalizó el proceso de residencia nunca tuve ese DNI ni ese código, me piden hacer algo que no puedo», relata.

A pesar de ello, reconoce que en las dos últimas jornadas ha «avanzado muchísimo» en los trámites. El miércoles consiguió pagar la multa que no le dejaban pagar por los días que lleva en el país sin ser turista y este jueves le han dado el código para poder pagar los impuestos. «Pero mínimo hasta el sábado no puedo comprobar que estoy dado de alta en el sistema porque en Irán el fin de semana abarca el jueves, cuando solo abren algunas oficinas hasta las 12 del mediodía, y el viernes», indica Rodrigo.

De momento, la deuda por los días excedidos está pagada y no va a seguir aumentando puesto que el país le da «un margen de diez días» para poder terminar de solucionar su situación actual. Ahora tiene que volver hasta Masjed Soleyman, la ciudad del equipo donde estuvo contratado, porque «el pago de los impuestos hay que hacerlo allí». Su idea es poder pagar los impuestos el sábado a primera hora, a la espera de no encontrarse con ninguna sorpresa desagradable que lo impida, y poder salir con rumbo a España el domingo o el lunes.

Cuando Rodrigo Hernando emprendió aventura en Irán habló con compañeros del mundo del fútbol que habían pasado por el país y ya sabía que la salida no iba a ser sencilla. Uno de ellos le dijo una frase que lleva marcada a fuego desde hace 15 días: «En Irán sabes cuándo llegas, pero no cuándo te vas».

«Mi mujer me decía «para Nochebuena no vas a llegar» y sabía que no, porque tenía que solucionar la situación actual con el club y que llevaría unos días, pero yo decía que para Nochevieja ya estaría, lo que no imaginaba es que ya no llego ni para Reyes», lamenta.

«Lo que más rabia me da es que el 21 por la tarde nos comunican que no continuamos en el club, el 22 de diciembre comienzo a llamar a los tres teléfonos que tiene la embajada y no me cogen en ninguno y decido llamar al número de emergencias consulares. Ahí me atiende una mujer que me explica que tenía que enviar un correo explicando mi situación para conocer los procesos y los plazos que tenía que seguir para abandonar el país y que me devolverían la llamada.

Pasaron los días y no recibí ninguna contestación, así que volví a llamar y me contestaron lo mismo, que escribiera un correo y que me llamarían, pero nunca me llamaron. Me vine a Teherán porque la embajada está aquí. Fui allí presencialmente y lo único que me dijeron es que era un proceso muy largo y que ellos no podían hacer nada porque todo dependía del club», lamenta.

Rodrigo denuncia que solo son 40 españoles en el país y que dentro del mundo del fútbol conocen de casos de «jugadores europeos que han querido abandonar Irán y las embajadas les han sacado en pocas horas». Ahora mismo, el único español que quiere salir de Irán es Rodrigo, que ha contado con la ayuda de otros españoles que le han puesto en contacto con gente que le ha podido ayudar. Entre ellos dos iraníes, estudiantes en España, que son traductores y que le han acompañado a realizar todos los trámites. «Si no es por ellos no sé qué habría hecho. Aquí nadie habla inglés tampoco, no hay manera de comunicarse y ellos han sido mis ángeles de la guarda», agradece.

A Rodrigo ya solo le queda cruzar los dedos para que este sábado su identificador aparezca en el sistema y pueda pagar los impuestos que le permitan volver a su casa, olvidar la odisea y abrazar de nuevo a su mujer y a sus hijos a la espera de que el fútbol vuelva a embarcarle en una nueva aventura.