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La localidad sevillana de Guillena sigue este miércoles en estado de shock tras el incendio que a primera hora del pasado domingo se desató en una casa adosada del pueblo acabando con la vida de sus cuatro residentes, un matrimonio y sus dos hijos de 21 y 16 años, muy conocidos y queridos en el vecindario. Las rejas colocadas en todas las ventanas del domicilio, algo muy habitual en el pueblo, como reconoció su alcalde, Lorenzo Medina, convirtieron la vivienda de dos plantas en una ratonera sin salida, impidiendo a la familia acceder al exterior en su desesperada huida del humo y las llamas.
Pese a que muchos vecinos se movilizaron rápidamente con extintores, radiales y escaleras, y a que los bomberos llegaron apenas 16 minutos después de recibir la primera llamada de alerta, nada se puedo hacer por salvar la vida de la familia, que quedó atrapada en la segunda planta del inmueble convertido ya en un auténtico infierno.
Ante esta tesitura, cabe preguntarse qué se puede hacer si se declara un fuego en una vivienda en la que todas las habitaciones que dan al exterior están protegidas por ventanas con rejas, una medida de seguridad bastante extendida en el caso de bajos, adosados y chalés.
«Hay mucha gente que pone rejas y las pone con llave, pero con altas temperaturas la reja con llave ya no actúa, y sobre todo el problema es que a los tres o cuatro años no sabemos ni dónde hemos puesto la llave porque no la hemos necesitado«, esgrime Raúl Esteban, jefe de Bomberos de Alcorcón (Madrid), un especialista muy conocido por su presencia en medios de comunicación siempre en labores de divulgación.
Esteban opina que la seguridad y la emergencia «no van de la mano». «Poner rejas evita que puedas escapar de tu casa. Yo no puedo decir que las quiten porque igual viven en barrios donde hay más probabilidad de robos que de incendio. Es muy complejo. Pero si tienes rejas hay que prepararse para que en caso de que haya un incendio saber qué plan de huida tienes», aconseja el responsable de extinción de incendios de este municipio madrileño de 170.000 habitantes.
Para Esteban, el problema no es la reja sino la falta de divulgación de lo que se debe hacer ante un fuego. «En el caso de Guillena, que era un domingo y estaban dormidos, se hubiera solucionado con un detector de humos que vale 15 euros y que se puede poner en una pasillo, en una habitación o en una cocina. El detector pita con tanta potencia que va a alertar a todos», apunta el bombero.
«Otra práctica muy importante es que siempre cerremos la puerta del sitio donde se inicia el incendio y nos refugiemos, con la puerta cerrada y la ventana abierta, en la habitación más alejada del fuego«. Esteban cree que si la familia de Guillena se hubiera encerrado en una habitación, cerrando todas las puertas en su huida habrían salvado la vida.
«Si esta familia hubiera tenido un detector de humo y sabe que si el detector de humo suena y lo que tiene que hacer es cerrar la puerta del salón donde se produjo el incendio y encerrarse en la habitación más lejana, estoy seguro de que, en los 16 minutos que tardaron en llegar los bomberos, hubieran extinguido el fuego y se hubieran salvado. El problema es que cuando ellos detectaron el incendio, la casa estaba ya completamente inundada de humo«, recuerda.
Según las investigaciones del Equipo de Incendios de la Guardia Civil, la explosión y combustión de la batería de un teléfono móvil enchufado a la red y colocado encima de un sofá en la planta baja fue el origen del fuego mortal.
Esteban cree que la batería de ese móvil no pasó la exigente normativa europea de homologación en materia de seguridad. Y habla de su propia experiencia en Alcorcón. «Nos estamos encontrando con baterías baratas que cargan ultrarápido y explotan con más facilidad. Lo mismo pasa con muchos patinetes eléctricos. Los chicos quieren un patín que vaya más de prisa, que aguante más horas y que cargue en media hora, y esos tres factores pueden provocar el incendio, que es brutalmente violento». Esteban también se ha topado con problemas similares en sillas eléctricas y en los cargadores de baterías de vehículos eléctricos «que muchos vecinos instalan sin ningún tipo de control en los garajes comunitarios».
En todo caso, el jefe de Bomberos de Alcorcón aboga por campañas informativas de los ayuntamientos, acompañadas de los bomberos, con consejos sobre cómo actuar ante un incendio en una vivienda. «Aquí en Alcorcón en las comunidades de vecinos ponemos carteles de lo que hay que hacer«, concluye.
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