La iglesia de Todoque se desplomó este domingo ante el avance imparable de la lava, que discurría a una velocidad de 100 metros por hora. La colada se había parado en el munipio el pasado 21 de septiembre, pero otra más reciente surgida el ... viernes y que pasó por encima de la primigenia a última hora de la tarde se adentró en el pueblo sin que nada la detuviera. El frente se tragó también el consultorio médico, según informó la Radio Televisión Canaria. La vulcanóloga Carmen Solana, que se encontraba en Todoque, vio cómo el río de fuego derrumbaba el campanario.
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Durante el pasado martes, operarios del Ayuntamiento acoplaron en camiones todo el mobiliario religioso que pudieron sacar del interior de la parroquía de San Pío X, como vírgenes, crucifijos, candelabros y cuadros. No era previsible que se produjera esta entrada repentina. De hecho el Cabildo de La Palma había autorizado este domingo a residentes de algunas calles de Todoque, con más de 1.000 habitantes, a acceder a sus domicilios para recoger algunas pertenencias.
La colada del volcán de La Palma dejará con los siglos un suelo fértil por su riqueza en calcio, hierro y magnesio, pero por ahora, para quienes viven en la isla, el panorama no puede ser más desolador: cenizas, evacuaciones, casas enterradas por un alud de rocas y la angustia de vivir en vilo por si al cráter le da por arrojar nuevas bocanadas de lava. Las carreteras están sembradas de un polvo fino que las hace resbaladizas y los conductores tienen que hacer paradas frecuentes para llenar el depósito de agua del limpiaparabrisas.
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Este domingo permanecían activas al menos cuatro bocas eruptivas. Una colada se desplazaba con fluidez por el norte, mientras al sur, una segunda se movía de manera casi imperceptible a una velocidad de 30 metros por hora. La temperatura de 1.250 grados centígrados hacía que la primera manase más rápida, pero, en cuanto se enfriaba al contacto con el aire, sufría frenazos. Por suerte, la lengua de fuego más reciente ha transcurrido por zonas de pastos, de modo que no ha causado daños en las edificaciones. Según informó el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, la tendencia es que los dos brazos converjan.
La mejora de los indicadores de sismicidad, de la magnitud del tremor (la huella energética de la erupción) y de la deformación del terreno permiten que los 160 evacuados hace tres días de Tacande y Tajuya pudieran volver a sus casas. Con todo, la directora del Instituto Geográfico Nacional de España en Canarias, María José Blanco, aseguró que no se descarta que vuelvan a producirse desprendimientos del cono principal, como ocurrió el sábado. De la rebaja de los temblores habla de forma elocuente el hecho de que la profundidad de la señal se encuentra a unos 10 kilómetros, lo cual no quiere decir que el Cumbre Vieja esté próximo a apagarse. Los últimos datos proporcionados por Instituto Volcanológico de Canarias (Involca) muestran un «proceso de deflación», consecuencia de una disminución de la presión en el sistema magmático del volcán.
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Pese a esa mejora, las continuas explosiones obligarán este lunes a ordenar el cierre de algún centro escolar de Los Llanos o de El Paso, municipios cercanos a la erupción, para evitar posibles daños como consecuencia de la rotura de cristales. «Ruego a las personas que estén a menos de cinco kilómetros del centro emisor principal que extremen las precauciones y permanezcan alejadas de las ventanas», dijo Miguel Ángel Morcuende.
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Las aerolíneas que operan en la isla cancelaron todos los vuelos con La Palma (unos 61), tanto de destino como de llegada, debido que a la nube de ceniza sigue engordando. Las compañías tomaron esta decisión pese a que el aeropuerto reanudó su operatividad este domingo por la mañana, después de permanecer 24 horas cerrado.
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En una semana de erupción que lleva el volcán de Cumbre Vieja, en la Palma, la lava expulsada ya ha cubierto 212 hectáreas de la isla. La irrupción del material incandescente ha afectado por el momento a 494 edificaciones, de las que 449 se dan por perdidas, según el último parte vulcanológico. Las cenizas del volcán se han depositado sobre 1.314 hectáreas.
La incomunicación por aire ha hecho que las dos navieras que operan en la isla reforzaran su oferta de transporte marítimo. Unas 3.500 personas se embarcaron este domingo en los cuatro barcos preparados y las plazas enseguida se agotaron, por lo que este lunes se habilitará una nave adicional.
Algunos vecinos de Todoque, barrio del que fueron desalojados sus residentes ante la irrupción de la lava, volvieron este domingo a sus hogares para recoger algunos enseres. Son más de 6.000 los evacuados durante la primera semana de actividad del volcán, la mayoría de los cuales permanecen en casas de familiares, el acuartelamiento de El Fuerte y un hotel de Fuencaliente. El desastre ha afectado a 17,7 kilómetros de carreteras, de los que 16,4 kilómetros están completamente devastados.
La red de calidad del aire sigue dando «buenos resultados para la salud». Por su parte, los equipos que intervienen en el operativo ascienden a casi 800 efectivos de seguridad y emergencias de diferentes instituciones, desde ayuntamientos a cabildos insulares, pasando por los Gobiernos de Canarias y central, además del voluntariado.
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