«No podemos compartir las pinturas y tenemos que echarnos gel a la entrada de clase»

Y la experiencia ha sido buena, pese a las nuevas normas que imperan en los centros, y a las que los niños se acabarán adaptando sin problemas. Tiempo al tiempo. Martín, alumnos de tercero de Primaria en el Padre Manjón, ya sabe que «no podemos compartir las pinturas ni las cosas del estuche». También que hay que llevar mascarilla y echarse gel a la entrada de la clase. Y que en los baños hay un cartel que deben de poner si está ocupado, para que lo sepan los compañeros.

Martín asegura que el día le ha ido «muy bien» porque «tenía ganas de volver y ver a sus amigos». Y pese a ser el primer día han hecho muchas cosas en clase: una ficha sobre cómo son ellos (de la que luego han hablado con los compañeros), actividades de inglés y de matemáticas. No se han aburrido. También en la clase de su hermano pequeño, Adrián, que ha pasado a primero de Primaria.

A Adrián le ha tocado «dibujar mucho» sobre lo que más le ha gustado este verano. Y, como no podía ser de otro modo, los mejores recuerdos del pequeño están asociados a andar en bicicleta por el pueblo, donde han pasado muy buenos ratos este verano. Eso sí, ahora toca volver a la rutina escolar, que han recibido sin pereza alguna. Tampoco miedo ni reticencia a la covid-19.

El padre de Martín y Adrián asegura que estaban nervisoso desde el día antes. Ha pasado mucho tiempo desde que estuvieran en clase y ·se lo pasan bien, así que lo echan de menos«, explica Alberto, padre también de Unai, el más pequeño de la familia y que todavía va a la guardería. Esta mañana, se han portado todos genial. «Se han vestido muy rápido, han desayunado bien y hemos llegado con tiempo». A ver si es así de fácil todos los días del curso.

Un buen día ha sido también para Marcos, Asier, Pablo y Hugo. «El primer día me ha ido bien», afirma Marcos, que va a tercero de Primaria en el Niño Jesús. «Me ha molado mucho y se me ha pasado el tiempo volando». También su amigo Asier lo ha pasado bien, aunque asegura que «la mascarilla ha sido un poco rollo». Y que han tenido que lavarse mucho las manos y salir al patio en grupos separados.

El primer reto ya está superado. Los niños burgaleses han vuelto a las clases y, ahora, toca espera a ver cómo evoluciona la situación. Alberto no quiere adelantar acontencimientos. Conocen los protocolos y no tiene por qué haber problemas, ni contagios ni focos. Los niños se van a adaptar bien, como lo han hecho hasta ahora, «mucho mejor que algunos mayores», apounta el padre de Adrián y Martín.