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Pedro Duque estará este jueves en ForoBurgos. Borja Agudo / El Correo
«Los clientes del futuro van a querer productos desarrollados de forma sostenible»

«Los clientes del futuro van a querer productos desarrollados de forma sostenible»

Entrevista a Pedro Duque (I) ·

El astronauta y exministro de Ciencia e Innovación insiste en la necesidad de duplicar la inversión pública en I+D para alcanzar el nivel de los países del entorno

Miércoles, 3 de noviembre 2021, 08:26

Pedro Duque es uno de los pocos que pueden presumir de haber estado en el espacio. Y dos veces, por cierto. La primera fue en 1998, a bordo del Discovery, y permaneció allí arriba nueve días. Cinco años después regresó, viajando en una nave Soyuz ... hasta la Estación Espacial Internacional, donde estuvo otros diez días. Pero su currículum continúa, habiendo desempeñado diferentes cargos en la Agencia Espacial Europea y en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio de la Universidad Politécnica de Madrid. También fue máximo responsable de Deimos Imaging y, entre noviembre de 2018 y julio de este mismo año, ministro de Ciencia e Innovación. Casi nada.

Su experiencia es, sin duda, la mejor carta de presentación de un ingeniero que este próximo jueves participará como ponente en ForoBurgos, una iniciativa auspiciada por la Fundación Caja de Burgos que en esta ocasión se centrará en la sostenibilidad empresarial. Y entre viaje y viaje (le pillamos en Budapest), encuentra unos minutos para conversar sobre ciencia, innovación, desarrollo sostenible, el espacio y el futuro en general. Puede leer la otra parte de esta entrevista aquí.

¿Eso de la sostenibilidad empresarial se trata de una opción estratégica o ya es una exigencia para sobrevivir?

El desarrollo sostenible es un concepto que trata de responder a las necesidades de hoy sin perjudicar las necesidades de las siguientes generaciones, y creo que poco a poco se va convirtiendo en una exigencia que hace la población. Los que tenemos hijos de 20 años o más, vemos que las siguientes generaciones nos lo exigen. Pero además de tratarse de una exigencia, creo que también es una oportunidad estratégica para las empresas.

¿En qué punto están en este sentido las empresas españolas?

Hay de todo, pero hay muchas empresas tecnológicas que están aprovechando los nuevos instrumentos que hemos ido poniendo en marcha para incrementar la inversión en I+D, aprovechando además los fondos Next Generation. Esperamos que muchas empresas españolas entren en la carrera que ahora mismo hay en el mundo para proporcionar productos novedosos que permitan mantener nuestro nivel de vida mediante actividades más sostenibles.

¿Qué papel deben jugar en esta partida las administraciones y las empresas? ¿Quién debe llevar la iniciativa?

Lo más importante es que exista una ambición por parte de las empresas para apuntarse a todo este desarrollo tecnológico. A partir de ahí, todo lo demás debe ser ayudar. Los poderes públicos tienen una serie de instrumentos que ya están definidos en las reglas de ayuda de Estado. No hemos inventado nada. Simplemente, lo que hemos hecho ha sido poner en marcha algunos programas, como las misiones orientadas a la sostenibilidad, una convocatoria novedosa en Europa y financiada con decenas de millones de euros que ya va por la segunda convocatoria.

«La inversión en I+D es rentable para el Estado, no es algo altruista»

Básicamente, lo que tiene que hacer el Estado es seguir financiando la ciencia. De hecho, debe incrementar la financiación, porque en España estamos muy retrasados en este ámbito en comparación con países similares. Además, tenemos que poner instrumentos para que esa ciencia pueda convertirse en nuevos productos. Al final, esa inversión es rentable para el Estado, no es algo altruista.

Está claro que nunca se invierte lo suficiente en ciencia e innovación. La pregunta es ¿se invierte bien?

Sí, lo que se invierte, se invierte bien. Más del 90% del presupuesto de inversión real se ejecuta. Y además, se ejecuta a través de convocatorias controladas por tribunales imparciales, formados por los propios científicos. Eso sí, ahora mismo, es cierto que se requiere un trabajo administrativo muy importante para la justificación de los gastos. Esa es una ineficiencia que está en proceso de mejora. El problema es que seguimos teniendo aproximadamente la mitad de financiación pública para ciencia e innovación de la que creemos que sería la adecuada, o al menos comparable a la de otros países. Los fondos europeos están siendo un empujón importantísimo para recortar esa brecha, pero debemos dar continuidad a esos fondos.

Esa es otra cuestión. ¿Cómo seguir ese camino abierto con los fondos europeos?

Habrá que buscar alguna fórmula. En el futuro, la renta que tengamos dependerá mucho de lo que invirtamos hoy en ciencia, innovación, educación y formación.

Ahora mismo, los líderes mundiales están en la cumbre sobre el clima de Glasgow. ¿Saldrá algo tangible de esa reunión o sólo buenas palabras?

Yo confío en que se llegue a acuerdos tangibles e importantes. Pero lo importante es que el estado de opinión de la población está ya decantado. Los clientes del futuro van a querer productos desarrollados de forma sostenible, y si no eres sostenible, vas a vender muy poco dentro de diez años. Aparte, creo que hay que eliminar cualquier subvención pública de actividades que generen graves efectos sobre el clima.

«Hay que eliminar cualquier subvención pública de actividades que generen graves efectos sobre el clima»

¿Necesita España una nueva industrialización?

Quizá no sería necesario algo tan radical como una nueva industrialización. En España en general, y en Burgos en particular, hay buena industria. Lo que se necesita es dar un empujón a las inversiones en I+D para crear nuevos productos y procesos.

¿Su paso por la política ha sido coyuntural o regresará en algún momento a la primera línea?

«Algo que aprendí de mi compañero John Glenn, que ha estado 25 años en la política de los EEUU, es que si se da la oportunidad a los ciudadanos de participar y se ven capaces de actuar en la dirección de los asuntos del estado, hay que dedicarle unos años a eso. Hay que estar ahí cuando te lo piden. Yo he estado tres años y no sé que es lo que haré a partir de aquí, pero en todo caso no hay un diseño de vida. Cuando te dan la oportunidad tienes valorar si hacer ese esfuerzo por la sociedad o no. Yo decidí que sí».

Más allá del impacto sanitario y social, ¿qué conclusiones extrae de la pandemia ?

Que hay que ser consciente de qué conocimiento es útil y fiable. Y creo que la gente ha reforzado su confianza en el método científico.

¿Sale reforzada la ciencia a raíz de la pandemia?

Sí, sin duda. La ciencia es el mejor método que tiene la humanidad para resolver problemas. Además, creo que la población se ha dado cuenta de que no es lo mismo un gobierno que invierte en ciencia e innovación y otro que no, sobre todo si estamos pensando en nuestros hijos y nuestro nietos

La pandemia ha provocado otras crisis colaterales, como por ejemplo la de la logística o la de los semiconductores. ¿Qué se ha hecho mal en Europa?

El problema no es exclusivo de Europa. Es un problema mundial y es una consecuencia de la globalización. La producción de cada tipo de suministros tiende a estar concentrada en determinados sitios donde se hace de manera más eficiente o barata y disrupciones que afecten a una pequeña parte del mundo pueden afectar a todos. Quizá hemos confiado demasiado en la estabilidad del sistema globalizado de comercio. La reflexión está ahora mismo sobre la mesa.

«Quizá hemos confiado demasiado en la estabilidad del sistema globalizado de comercio»

Otra cosa sobre la que se está reflexionando es que quizá hemos mirado hacia otro lado en cuanto a la poca sostenibilidad del sistema de distribución. De eso seguramente se hablará largo y tendido en la conferencia de Glasgow. Quizá deberíamos limitar el transporte de cosas y que se muevan menos suministros en el mundo, lo que ayudaría a solventar este tipo de crisis en el futuro.

¿Hay talento en España?

Sí, y en gran cantidad. Yo lo veo cada día. En cualquier reunión en la que hay responsables de grandes industrias de otros países nos dicen que para ellos es fiable admitir en los trabajos a ingenieros o técnicos españoles. Se valora muchísimo la formación, pero también el talento en sí, la iniciativa, las ganas de dar un paso más y la actitud de mejorar y de buscar nuevas soluciones. Lo que hay que hacer es ayudar a las empresas a que den el primer impulso para que puedan crecer.

¿Sigue habiendo fuga de talento?

Sí, sigue habiendo un flujo neto de talento hacia el exterior.

¿Es posible recuperar ese talento?

Por supuesto que es posible. Pero para eso necesitamos incrementar la financiación en I+D, que es algo en lo que, al menos sobre el papel, están de acuerdo todos los partidos. Debemos doblar la inversión para compararnos con la inversión de esos otros países donde se van los nuestros. Necesitamos más actividad.

¿Es cierto ese mantra que dice que el gran problema de los españoles es que no nos lo creemos?

Es un problema importante de España. Otros grandes países de Europa o Norteamérica tienen otro concepto de sí mismos, uno más positivo. La gente tiene más confianza en sí misma, invierte más y se generan más puestos de trabajo. Hay que tener confianza en uno mismo, sobre todo cuando es justificada, como es el caso. Creo que el país tendría un desarrollo mucho más positivo y rápido si tuviésemos una mejor imagen de nosotros mismos que, insisto, es merecida.

«Creo que el país tendría un desarrollo mucho más positivo y rápido si tuviésemos una mejor imagen de nosotros mismos»

Siempre que se habla de ciencia e innovación se mira hacia la universidad, pero ¿qué papel juega por ejemplo la Formación Profesional?

Es otro punto en el que destaca negativamente España. Cualquier otro país del centro de Europa apoya mucho la Formación Profesional porque considera que es un factor de desarrollo importantísimo. En España, sin embargo, hay un cuello de botella. Muchas empresas no pueden crecer porque no encuentran trabajadores cualificados. Si los técnicos e ingenieros diseñan un nuevo producto rentable y exportable, necesitan a gente que haga que ese producto llegue al mercado en las cantidades necesarias. Es absolutamente imprescindible cambiar esa mentalidad en España, y he visto con mucha alegría cómo durante estos últimos tres años se ha dado un impulso especialmente fuerte a la FP desde el Gobierno.

¿Se incentiva lo suficiente las ramas STEM en los ciclos educativos más bajos?

Siempre se puede hace mucho más. Estoy seguro de que estamos perdiendo talentos potenciales en muchos sitios y hay que incentivarlo lo máximo posible. Eso sí, en España, no podemos decir que los resultados sean negativos. Creamos mucho más talento científico y tecnológico de lo que después absorben nuestras empresas y organismos públicos. Lo que hay que hacer es encontrar un equilibrio en ese sentido y que no se marcha nadie.

«Creamos mucho más talento científico y tecnológico de lo que después absorben nuestras empresas y organismos públicos»

¿Por qué cuesta tanto que las mujeres accedan a estudios de la rama STEM?

Cada vez cuesta menos y ya hay más mujeres que hombres en bastantes ramas científicas, como las vinculadas a biología y salud. Ahora hay que seguir trabajando para dar a las niñas mensajes y referentes que las dirijan a pensar que, si sueñan con hacer matemática avanzada o ser ingenieras, son perfectamente capaces. En ese sentido, uno de los pasos fundamentales es que haya mucha más igualdad en el acceso de puestos de responsabilidad dentro de esas áreas. Eso creará referentes y tirará del resto.

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