Unas fiestas populares sin su correspondiente sesión de fuegos artificiales no son lo mismo. Pero, ¿cómo se preparan los cohetes para que representen esas formas y colores tan llamativos en el cielo?
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La historia de los fuegos artificiales arranca en Asia hace muchos siglos con ... un marcado carácter bélico. No en vano, se utilizaban como método de disuasión ante ataques enemigos. Sin embargo, el paso del tiempo acabó convirtiéndolos en objeto festivo. Y ese cambio de uso llegó de la mano de toda una técnica basada en la ciencia que aún hoy perdura.
Y es que, para conseguir explosiones de ese tipo se necesitan cumplir una serie de cuestiones, que se fundamentan, en la mayoría de los casos, en la presencia de oxígeno, un gas fundamental para alimentar el fuego.
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Bárbara de Aymerich
Bárbara de Aymerich
Sin embargo, el uso de unos materiales u otros determina el tipo de explosión. Hoy en día, por ejemplo, los profesionales pirotécnicos echan mano de nitraros, cloratos o percloratos, que mezclados con metales como el magnesio, el titanio o el aluminio aportan diferentes cualidades.
También la mezcla de elementos resulta fundamental para obtener diferentes colores y tonalidades. De hecho, cada elemento tiene un espectro de color particular, como si de una huella dactilar se tratara, y los pirotécnicos llevan siglos ensayando con ellos.
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