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Residencia de Cortes. BC
Ascienden a cinco las enfermeras que renuncian en la residencia de Cortes

Ascienden a cinco las enfermeras que renuncian en la residencia de Cortes

Satse ha denunciado las malas condiciones laborales que tienen estas enfermeras y el «chantaje emocional» para que no cojan sus vacaciones o trabajen en fin de semana si no les corresponde

Jueves, 8 de julio 2021, 14:54

Ya son cinco las enfermeras de la residencia pública de Cortes de Burgos que han renunciado a su contrato por las malas condiciones laborales que tienen en este centro de Servicios Sociales, como ha denunciado el Sindicato de Enfermería, SATSE, en Burgos.

SATSE Burgos ... ha denunciado ante la Inspección de Trabajo el cambio de los calendarios de trabajo de los meses de junio y julio que está llevando a cabo la dirección de este centro dependiente de la Gerencia de Servicios Sociales para poder paliar la situación que se le genera porque no encuentra enfermeras para suplir las vacaciones y permisos del personal enfermero, debido a las malas condiciones laborales que ofrece a las enfermeras.

Residencias públicas

SATSE Burgos lleva tiempo denunciando la extrema situación a que está llevando la Gerencia de Servicios Sociales a las enfermeras de las residencias públicas, y en concreto la de Cortes de Burgos, por las condiciones en que las obliga a trabajar, el «chantaje» a que se ven sometidas para garantizar la asistencia a los residentes y la inseguridad para ellas y para dichos residentes que se está generando, también por la falta de profesionales enfermeras suficientes.

Si hace una semana eran cuatro las enfermeras, de un total de 11 de plantilla, que habían renunciado a seguir trabajando en la Residencia de Cortes burgalesa -debido a las pésimas condiciones laborales a que se ven sometidas en un centro en el que se atiende a 120 residentes-, a esta lista se ha sumado una quinta renuncia.

Las enfermeras se están viendo obligadas a dimitir porque se hace «insostenible trabajar» con las condiciones en que se ven obligadas a hacerlo en una residencia situada en un edificio con ocho plantas y en el que se ha llegado a dejar una sola enfermera para el turno de tarde.

La sobrecarga es tal que estas enfermeras están «agotadas emocional y físicamente» porque, al año y medio sufrido en la pandemia, se suma que no pueden desempeñar sus funciones con la seguridad de estar haciéndolo bien y garantizando el trato que los residentes deben recibir, según denuncia SATSE Burgos, que alerta de que esto puede poner en peligro a los residentes.

Vacaciones y bajas

El colmo ha sido el «chantaje» emocional hacia las enfermeras para garantizar que los puestos de trabajo estén cubiertos ante las vacaciones estivales y las bajas y ausencias que se producen por otros motivos entre las enfermeras que trabajan en la residencia. Como la Dirección de Cortes no encuentra enfermeras que quieran trabajar en esta residencia, se hace recaer en estas trabajadoras la responsabilidad de esa cobertura de ausencias porque se les insta a elegir entre coger las vacaciones a que tienen derecho o cubrir la reducción de jornada de compañeras por conciliación laboral y familiar.

Además, «la dirección fuerza que sean las enfermeras las que acepten trabajar un fin de semana cuando no les corresponde o renunciar a las vacaciones o posponerlas a otoño porque, de otro modo, perjudicarían a otras compañeras».

SATSE Burgos denuncia que la situación se está haciendo insostenible porque la Gerencia de Servicios Sociales no cambia las condiciones laborales que tienen estas enfermeras y que están haciendo que las profesionales no quieran trabajar en estos centros, pese a que muchas de estas enfermeras que deciden dejar de trabajar en las residencias tienen una clara vocación por la Enfermería Geriátrica.

Problemas para encontrar personal

De las 64 enfermeras que se han graduado este año en la Universidad de Burgos, solo 30 son de la provincia y 10 se han marchado ya al País Vasco. El resto han optado por un contrato en el Hospital Universitario de Burgos. Pesan más las malas condiciones laborales y retributivas que tienen: realizan más horas que sus compañeros de Sacyl y no tienen ponderado el trabajo nocturno que realizan.

Siendo graduadas universitarias, cobran los mismos complementos retributivos que el resto de los trabajadores sin esa titulación que prestan servicios en estos centros, ya que no se valora el nivel de responsabilidad.

Asimismo, el tiempo trabajado como enfermeras en Servicios Sociales se les computa la mitad que el trabajado en el Servicio de Salud de cara a las bolsas y procesos selectivos de Sacyl, a pesar de que ambos organismos pertenecen a la Junta de Castilla y León.

SATSE Burgos exige a la Gerencia de Servicios Sociales que adopte medidas, que corrijan la situación porque, además de una cuestión laboral, está en juego la asistencia a los residentes de los centros de Servicios Sociales, la población más vulnerable. La situación en que se obliga a trabajar a las enfermeras implica riesgos para los mayores y residentes de estos centros, personas de edades avanzadas, grandes dependientes y con pluripatologías que merecen mejor trato que el que está dando la Gerencia con este maltrato a sus enfermeras.

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