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Mahalbasic fue el mejor del San Pablo. Tomás Alonso

El San Pablo no da con la tecla

El conjunto burgalés suma una nueva derrota frente al Estudiantes tras una mala primera mitad. Los de Curro Segura reaccionaron en el tercer cuarto, pero no pudieron rematar la remontada

Sábado, 14 de enero 2023, 22:01

El Hereda San Pablo Burgos continúa sin dar con la tecla. A pesar de la mejoría en el juego mostrada por momentos tras la llegada al banquillo de Curro Segura, el conjunto burgalés aún está lejos de la mejor versión de los equipos de la ... zona alta. Y este sábado volvió a demostrarlo ante el Movistar Estudiantes en un partido dominado por el conjunto colegial en la primera mitad que, sin embargo, se decidió en el último cuarto tras una buena reacción del San Pablo en el tercer acto. Una reacción a la que, eso sí, le faltó continuidad en los momentos decisivos, en los que el Estudiantes tiró de acierto para asegurar la victoria.

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Hereda San Pablo

Obi (10), Barrera (6), Álex López (11), Mahalbasic (21), Rupnik (14)- quinteto inicial-; San Miguel (2), Van Zegeren (6), Kacinas (2), Corbalán (1), Hermanson (-), Norelia (-).

78

-

86

Movistar Estudiantes

Jorgensen (22), Alderete (-), Stoilov (2), Leimanis (18), Demetrio (10) -quinteto inicial-; Hughes (9), Sola (8), Jawara (7), Smith (4), Rubén Domínguez (6).

  • Cuartos: 20-26, 18-21 (38-47) -descanso-; 25 -17 (63-64), 15-22 (78-86).

  • Árbitros: Eric Carrera, Juan Francisco González y Nicolás Murillo.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la décimo sexta jornada de la LEB Oro disputado en el Coliseum ante 9.349 espectadores.

Llegaban ambos equipos al choque con la necesidad de reencontrarse con el triunfo y mantenerse en la pelea por la zona noble. Una necesidad quizá más acuciante a orillas del Arlanzón, que aún debe disipar muchas de las dudas suscitadas durante la primera parte de la temporada, que colocan al cuadro burgalés en una posición muy alejada de los primeros puestos, teórico objetivo marcado a principios de temporada.

La presión era, sin duda, uno de los factores a tener en cuenta. Y dio la impresión de que al San Pablo le afectó mucho más que a su rival en los primeros compases. Y es que, los hombres de Curro Segura saltaron a la pista del Coliseum faltos de convicción, algo tibios en defensa y, sobre todo, muy desacertados en el lanzamiento, con hombres como Rupnik y Mahalbasic demasiado grises.

En ese contexto, poco tardó el Estudiantes en hacerse con el control del partido e imponer su ritmo. Los hombres de Javier Rodríguez abrían con cierta facilidad la defensa burgalesa, con Jorgensen y Leimanis liderando la anotación y dominando el rebote defensivo ante un San Pablo falto de tensión y demasiado intermitente. Mediado el primer cuarto, y tras varios ataques infructuosos por parte del cuadro burgalés, Demetrio anotaba un triple para poner a su equipo con nueve de ventaja (6-15).

A partir de entonces comenzaron a activarse las alarmas en el cuadro local. Segura daba entrada a las segundas unidades de manera paulatina en busca de un revulsivo que no terminaba de llegar. Y es que, a pesar de hacer la goma y de acercarse al Estudiantes por momentos, el conjunto colegial era el dueño y señor del choque.

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Lo fue en el primer cuarto (20-26) y lo siguió siendo en la reanudación. De hecho, los hombres de Javier Rodríguez profundizaron en su superioridad en el segundo acto, marcado por la intensidad defensiva -a veces al borde del reglamento- y por la falta de acierto del cuadro local. Una falta de acierto por momentos desesperante y que afectó a todas las líneas, incluida la de libres. Ni Mahalbasic ni Van Zegeren conseguían dominar el poste bajo, mientras el perímetro parecía un erial (4 de 11 en tiros de tres al descanso).

Reacción

El escenario era, pues, propicio para los intereses de Estudiantes, que aprovechó para aumentar diferencias. Jorgensen ponía 11 de ventaja a los dos minutos de la reanudación (22-33) y Leimanis tiraba del carro ante la desesperación del Coliseum, que se tenía que conformar con algún chispazo de Rupnik o Álex López. En todo caso, una tímida reacción del cuadro burgalés en los minutos finales le permitió cauterizar parte de la herida y mantenerse en partido antes del descanso (38-47).

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Aquello se tornó determinante tras el paso por vestuarios. Y es que, los de Segura regresaron a la pista del Coliseum muchísimo más enchufados, tanto en defensa como en el despliegue. Cierto es que Jorgensen seguía a lo suyo, pero el cuadro azulón mejoró sus prestaciones en la faceta defensiva, comenzó a hacer mejores elecciones en el lanzamiento y consiguió conectar con sus grandes anotadores.

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Álex Barrera culminaba un parcial de 13-3 en apenas tres minutos y el Coliseum se venía arriba. No era para menos. El partido acababa de entrar en un escenario totalmente diferente (55-54); uno muchísimo más igualado, dinámico e intenso en el que el Estudiantes estaba muy lejos de dar su brazo a torcer. De hecho, los colegiales reaccionaron por la vía rápida, aprovechando el intercambio de golpes y recuperando la iniciativa (55-60) a pesar de estar cargados de faltas a esas alturas.

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La dinámica del partido, no obstante, era muy diferente a la de la primera mitad y el San Pablo estaba ya totalmente metido en partido, afrontando el último cuarto con una diferencia pírrica (63-64).

Quedaba por ver, pues, quien manejaba mejor los nervios en el momento decisivo. Y fue el Estudiantes el que regresó a la pista más entonado, imponiendo su intensidad y ganando pequeñas batallas en ambas zonas para mantener su iniciativa mientras el San Pablo atravesaba un desierto anotador (65-71).

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Segura paraba el juego y movía sus piezas para buscar la reacción. Sus jugadores respondieron parcialmente, encontrando más aro, pero el Estudiantes tiraba de efectividad desde el perímetro para mantener la distancia. Dos triples consecutivos de Leimanis y Jawara devolvían una ventaja cómoda al conjunto colegial (68-77) y el San Pablo tiraba de orgullo y calidad para agarrarse al partido. Pero aquello no fue suficiente. A falta de 50 segundos, Jorgensen se levantaba de nuevo desde la línea exterior y anotaba un nuevo triple sobre la bocina (74-80).

Aquella canasta fue un auténtico bofetón para un equipo que quiso agarrarse a la épica, pero que ya no fue capaz de revertir la situación y sumó una nueva derrota que le aleja de la zona noble de la clasificación.

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