El San Pablo se mete en los cuartos de final de la Champions

Y el Dinamo Sassari aprovechó para pescar en río revuelto. El cuadro italiano, que pareció aprender la lección del partido de ida, saltó a la pista muy enchufado, con una defensa muy intensa y transiciones muy rápidas que desarbolaron al San Pablo a las primeras de cambio. De hecho, los italianos fueron dueños y señores de la pista y del marcador en el primer cuarto, durante el cual se comieron a un San Pablo mucho más gris de lo habitual.

El increíble acierto exterior (7 de 9 en triples durante los primeros diez minutos) y una defensa muy incómoda permitieron al Sassari imponer pronto las primeras ventajas (0-7). Unas ventajas que no hicieron sino dispararse mediado el primer cuarto (6-22).

A Peñarroya no le estaba gustando ni un pelo el juego de su equipo, lastrado desde los primeros minutos por las tres personales de Lima. A la vista de las circunstancias, el técnico catalán intentó poner freno a la dinámica, pero los cambios introducidos no parecían surtir efecto. Si acaso, Clark, con algún chispazo puntual, permitía sostener a los suyos, que llegaron a estar 17 abajo (13-30) antes de protagonizar una leve reacción liderada por McFadden y Benite, que consiguieron recortar diferencias antes del segundo cuarto (21-32).

Se estaba desarrollando el peor escenario posible y el San Pablo lo sabía. Los miles de aficionados que seguían el choque desde sus casas lo sabían. Pero entonces, el guión cambió radicalmente. En un visto y no visto, el San Pablo mudó de piel y comenzó a remar. A ello ayudó el concurso de Jasiel Rivero, que disputó minutos de gran calidad, ganando casi todas las batallas en el rebote y aportando, junto a Clark, en la faceta anotadora.

Las continuas correcciones de Peñarroya parecían haber surtido efecto y los burgaleses ya no concedían lanzamientos exteriores cómodos al Sassari, que comenzó a mostrarse muy incómodo sobre el parqué. De hecho, los italianos no fueron capaces de anotar más que once puntos durante el segundo cuarto, lo que permitió que el San Pablo diera la vuelta al marcador con una gran canasta de Rivero en el minuto 15. Pozzecco tuvo que llamar a capítulo a los suyos en dos ocasiones para intentar frenar la dinámica, pero el cuadro burgalés ya había asumido el mando, controlando bien el poste bajo y secando al rival para marcharse a vestuarios por delante en el marcador 45-43.

Y ahí, pareció morir el choque. No en vano, tras el descanso, el San Pablo se mostró netamente superior a su rival en todas las facetas, dominando el rebote, el juego interior y las transiciones, lo que le permitió incrementar poco a poco su ventaja hasta alcanzar diferencias de 15 puntos (71-56) ante un Sassari desesperado. De hecho, el cuadro visitante, que se veía ya fuera de la Champions, vio cómo descalificaban en el 27 a Gentile. Aquella descalificación, unida a la técnica recibida por el banquillo, supuso un duro golpe para el conjunto italiano, que perdió parcialmente el rumbo. Y mientras tanto, el San Pablo seguía a lo suyo con un Jasiel Rivero enchufado en la pintura.

El 74-61 con el que arrancó el último cuarto llamaba al optimismo. Máxime viendo que la dinámica no parecía revertirse a medida que pasaban los minutos. Lejos de ello, el San Pablo profundizó en su superioridad, manejando bien el tempo del partido y obligando al Sassari a probar con lanzamientos incómodos. Y en ese escenario, los hombres de Peñarroya mataron el partido hasta dejar el 95-80 definitivo en el marcador. El San Pablo estará en cuartos.