La fiesta del baloncesto también se vive fuera del Coliseum

Una orquestas y un apacible tiempo soleado han acompañado la tarde para que burgaleses y palentinos pudiesen disfrutar de música, bebida y comida y calentar las gargantas antes de poner los nervios a flor de piel.

Sobre las 19 horas, el autboús del cuadro burgalés asomaba por los aledaños del Coliseum ante una marea azulona preparada con humo, bufandas al viento y mucha ilusión por regresar a la ACB.

Minutos después, la parroquia morada hacia lo propio con el transporte del conjunto palentino, que fue llevado en volandas por los seguidores del Zunder Palencia hasta que desapareció en el parking del pabellón.

Sin incidentes y con un clima de hermanamiento entre aficiones, las puertas del coso burgalés se abrieron a las 19:30 horas para que el gentío pudiese ir colocandose en sus asientos y trasladando el ambientazo de fuera a las gradas del Coliseum Burgos.