El pasado domingo, el San Pablo consiguió su segunda Champions. BCL
San Pablo Burgos

Un equipo de leyenda

En apenas seis años, el San Pablo Burgos ha pasado de salir a contrarreloj a competir en LEB Oro a alzar tres títulos internacionales y asentarse en la élite del baloncesto nacional

Domingo, 16 de mayo 2021, 09:05

«Esto no es normal. Ni el más optimista podría haber imaginado algo así». Palabra de Félix Sancho, presidente del San Pablo Burgos, un club que se ha convertido ya en una referencia indiscutible en la élite del baloncesto nacional e internacional a base de ... buen hacer, comunión con la grada y títulos. Y todo ello en apenas un abrir y cerrar de ojos. La progresión, sin duda, es vertiginosa, y obliga a pararse a reflexionar sobre lo conseguido hasta ahora.

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En el verano de 2015, el San Pablo Burgos salía a competir en LEB Oro. Lo hacía con el objetivo de ocupar el sitio que dejó tras de sí el Autocid Ford Burgos, que tras tres ascensos deportivos no consumados en los despachos, decidió no inscribirse en LEB. Hoy, apenas seis años después, ese club, construido a contrarreloj, se ha convertido por méritos propios en una auténtica leyenda, refrendada con su segunda Basketball Champions League.

Las aguas del Arlanzón corrían convulsas aquel verano. El Autocid, cansado de pelear en los despachos lo que se había ganado en las pistas, decidió dar un paso atrás mientras mantenía sus litigios contra la ACB. Burgos se quedaba huérfana de baloncesto. Sin embargo, un grupo de empresarios, encabezados por Félix Sancho y Jesús Martínez, primer presidente del club, se lió la manta a la cabeza, montó una estructura deportiva en torno al CB Miraflores y un equipo en apenas dos semanas y salió a competir en la LEB Oro previa invitación. «El primer día de entrenamiento no teníamos ni balones», rememora el propio Sancho entre risas.

Nacía así un proyecto en el que se involucraron figuras como el director deportivo Albano Martínez o el entrenador que había llevado al Autocid Ford a sus máximas cotas, Andreu Casadevall. Y lo que parecía una locura, acabó sustanciándose. Ya en la primera temporada, el equipo se clasificó para el play off de ascenso, aunque el Huesca acabó con el sueño. Un sueño que, sin embargo, se haría realidad la temporada siguiente en Villamuriel de Cerrato, obteniendo la plaza en ACB tras una campaña perfecta y un play off inmaculado.

Martínez, Sancho y Casadevall durante la despedida del técnico. JAQ

Quiso la fortuna que la pelea en los despachos iniciada tiempo atrás por el Tizona acabara esa misma temporada con el canon de ascenso, lo que abrió las puertas de la Liga Endesa al San Pablo, ya con 'Epi' en el banquillo. Tras cuatro ascensos prácticamente consecutivos, Burgos podría disfrutar al fin de un equipo en la máxima categoría del baloncesto nacional. Y Burgos respondió. Vaya si respondió.

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No hace falta echar mucho la vista atrás para recordar las colas que se formaron para obtener un abono en la primera temporada en la élite. Comenzaba a fraguarse el espíritu del Coliseum, ese que ha convertido a la afición del San Pablo en la mejor de España.

Difícil debut

No obstante, los inicios en la Liga Endesa fueron complicados. Siempre lo son. Siete derrotas consecutivas nada más empezar la temporada hicieron ver que no iba a ser fácil mantener la categoría. Pero se consiguió. La balsámica victoria cosechada frente al UCAM Murcia activó al equipo, que acabó consiguiendo la salvación a falta de tres jornadas.

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La temporada siguiente empezaría y acabaría aún mejor, con el equipo certificando la permanencia a las primeras de cambio, mirando hacia arriba y obteniendo una plaza para la Basketball Champions League, una competición en la que el San Pablo acabaría haciendo historia.

Y es que, con Peñarroya ocupando el banquillo en sustitución de 'Epi', llegaría la explosión definitiva del equipo, a pesar de tener la pandemia de la covid-19 como telón de fondo. Todos recuerdan aquella eliminatoria frente al Dinamo Sassari que acabó disputándose en el Colieum a puerta cerrada por la negativa del conjunto italiano a jugar con público. La epidemia ya estaba causando estragos en Italia y se preveía su llegada inminente a España.

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Aquel fue el primero de muchos partidos sin público en las gradas del feudo burgalés, pero también fue el inicio de una historia que aún hoy se está escribiendo. Y es que, tras la paralización de la competición profesional, el San Pablo se clasificó para las rondas finales, tanto de la Liga Endesa como de la Basketball Champions League.

En la competición doméstica, y tras una sensacional victoria frente al Real Madrid, el conjunto burgalés cayó eliminado ante el Barcelona en semifinales. En la competición continental, sin embargo, los hombres de Peñarroya alcanzaron el cielo, alzando el primer título internacional de la historia del deporte burgalés.

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Parece que fue hace una eternidad, pero aquello sucedió hace apenas siete meses. Y desde entonces, el San Pablo, ya con el patrocinio del Grupo Hereda en su nombre, no ha hecho más que aumentar su palmarés, con la Copa Intercontinetal de la FIBA conseguida en Buenos Aires, con una histórica clasificación para la Copa del Rey y para los play offs de la Liga Endesa y, este pasado fin de semana, con su segunda Basketball Champions League. Casi nada. Sólo un puñado de equipos españoles tienen en sus vitrinas tantos trofeos internacionales.

«La gente tiene que darse cuenta de la situación. Lo que ha conseguido este equipo no es lo normal», asegura Sancho, quien insiste en que «conseguir tres títulos en apenas unos meses es una locura». «Esta temporada nos han pasado demasiadas cosas, y muchas de ellas buenas», pero todo ha sido tan vertiginoso que quizá se pierda la «perspectiva», añade.

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En el mismo sentido se expresa Álex Barrera, último 'superviviente' de la etapa de LEB Oro. «Cuando llegué, los objetivos del club eran ambiciosos. Ascender a la Liga Endesa no es nada fácil», pero «el equipo ha ido creciendo a pasos agigantados» y ahora es una referencia, asegura el escolta catalán. «Cada temporada vas viendo el potencial del equipo y te puedes ir haciendo a la idea, pero a años vista era muy difícil imaginarse» un crecimiento como este.

El bálsamo económico de la Champions

Más allá de la indudable relevancia deportiva que implica el hecho de ganar tres títulos internacionales en poco más de siete meses, el triunfo del Hereda San Pablo en la última Basketball Champions League ha supuesto un bálsamo para las cuentas del club.

No en vano, el vencedor de la competición se lleva un premio de cerca de un millón de euros que, una vez descontadas las primas y demás gastos, irán a tapar parte del agujero económico que la covid-19 ha generado en las arcas de la entidad.

Aún así, Sancho insiste en que la situación será insostenible si el CSD continúa negando la entrada de los aficionados a los pabellones mucho más tiempo.

«Somos el equipo que más gente mete normalmente en su pabellón, y alrededor del 65% de nuestro presupuesto depende de ello» ya sea a través de abonos, entradas o «pequeños patrocinadores».

Además, este año, los equipos de la Liga Endesa «han afrontado muchos más gastos que otros años por viajes y medidas sanitarias», lo que ha provocado una situación extremadamente difícil en buena parte de ellos, subraya Sancho al tiempo que insiste en la necesidad de que la temporada que viene se vuelva a la normalidad.

Ahora, en todo caso, el San Pablo es un «ejemplo» para «muchos equipos», que «se ven reflejados en la progresión que hemos tenido y en las cosas que hemos hecho bien», zanja Barrera.

«Seguir creciendo»

Sin embargo, el objetivo del club es «seguir creciendo en todos los ámbitos». «Queremos seguir consolidando el proyecto poco a poco, manteniendo la estabilidad económica y la credibilidad» que se ha conseguido hasta ahora, subraya Sancho, quien insiste en que el San Pablo «ya no es ese equipo simpático cuya afición te aplaudía cuando le ganabas. Ahora es un equipo simpático que además gana».

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En este sentido, el propio entrenador, Joan Peñarroya, quien también pedía algo de perspectiva para valorar todo lo conseguido esta temporada, aseguraba tras regresar a Burgos con la Champions bajo el brazo que el club «tiene la estructura necesaria para seguir dando pasos firmes», aunque ese crecimiento no venga de la mano de más títulos.

En todo caso, el conjunto burgalés tiene aún muchos retos por delante, empezando por los play offs de la Liga Endesa. «Iremos a competir al máximo, como hacemos siempre», e intentar dar otra alegría a la ciudad en un momento tan raro como el actual. «Lo que más rabia nos da, lo que más nos duele, es no poder celebrar todo esto con nuestra gente en el Coliseum», concluye Sancho.

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