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Los campeones ya están de vuelta en casa. El Hereda San Pablo Burgos, que ayer alzó el título de la Basketball Champions League por segunda vez consecutiva, ha regresado hoy a la ciudad con la copa en la mano.
Al filo de la una ... de la tarde, tras un agotador viaje desde Rusia con parada en el aeropuerto de Zaragoza, el autobús del equipo enfilaba la calle Gabriel Taboril, junto al Coliesum. Allí esperaban ya varias decenas de aficionados, que no querían perderse el regreso de sus héroes y que han podido ver cómo Jasiel Rivero descendía del autobús con el trofeo en sus manos y una sonrisa de oreja a oreja.
Poco a poco, el resto de integrantes de la expedición han ido apeándose, con sus medallas al cuello y la fatiga del viaje reflejada en sus rostros, pero con la sensación de haber escrito una nueva página en la exitosa historia del cuadro burgalés.
«Está siendo una temporada inolvidable, muy dura y con muchos inconvenientes» a raíz de la pandemia de la covid-19, pero el equipo ha conseguido «tres títulos en ocho meses». «Eso lo resume todo», zanjaba el director deportivo, Albano Martínez, uno de los grandes artífices del éxito del San Pablo, quien sin embargo, destacaba a su llegada la aportación de todo el club. «Hay un grupo de trabajo increíble. No sólo los jugadores, que son los principales protagonistas», sino también «el staff técnico», el área institucional «con Félix Sancho a la cabeza» y «los trabajadores» del club.
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Todos sus esfuerzos, ha reconocido Martínez, van dedicados «a la afición». «Nuestro debe es que no hayan podido ver todavía ningún partido esta temporada», pero «es lo que nos está tocando vivir» y «hay que afrontarlo». «Nuestra razón de ser, nuestro patrimonio, es nuestra gente. Todo esto va por ellos», ha subrayado Martínez mientras el resto del equipo se fundía en abrazos con la afición y la copa pasaba de mano en mano entre selfies y agradecimientos.
En este sentido, tanto Martínez como Salvó y el propio Peñarroya, han destacado la dificultad del torneo. «Este año había un nivelazo en la Final 8», con equipos muy físicos que han exigido al San Pablo jugar a su máximo nivel. «Sabíamos que nos iba a costar mucho más que la anterior Final 8 porque aquella fue casi en pretemporada y los equipos no estaban tan rodados», sin embargo, «los partidos que no son tan bonitos también hay que ganarlos», ha asegurado Salvó, quien también ha ofrecido el título a la afición. «Al final, nosotros estamos jugando, pero la afición sólo puede verlo desde casa. Esperemos que podamos celebrar todo esto juntos cuanto antes», ha señalado.
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En todo caso, este no es sino un pequeño alto en el camino. La temporada sigue y todavía quedan «cosas bonitas» por vivir. De momento, quedan tres partidos de la liga regular y después un play off histórico. «Tendremos que tomarnos un par de días de relax» para luego «seguir compitiendo», ha zanjado Martínez.
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