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El Hereda San Pablo Burgos necesitaba ganar; y ganó. El cuadro burgalés sumó hoy una victoria que puede resultar fundamental en su lucha por evitar el descenso a LEB Oro tras firmar un partidazo frente al Joventut, uno de los mejores equipos de la presente ... temporada. Una magnífica actuación coral, comandada de nuevo por un excelso Vitor Benite, permitió a los de Paco Olmos recuperar la sonrisa y sumar su noveno triunfo de la campaña, que coloca al equipo con una victoria por encima de los puestos de descenso.
Hereda San Pablo
Benite (24), Dani Díez (16), Eddie (12), Renfroe (8) y Nnoko (8) -quinteto inicial-; Philip (10), Rabaseda (4), Gamble (3), Nikolic (3) y Salash (4),
92
-
76
Joventut Badalona
Busquets (5), Brodzianski (12), Feliz (10), Tomic (10), Parra (10) -quinteto inicial-; Ventura (3), Paul (3), Ribas (-), Vives (8), Willis (9) y Birgander (6).
Cuartos: 26-21, 17- 23 (43-44); 25-14 (68-58), 24-18 (92-76).
Árbitros: Emilio Pérez Pizarro, Vicente Bultó y Roberto Lucas.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 19 de la Liga Endesa disputado en el Coliseum de Burgos ante unos 9.000 espectadores.
Empezó muy bien plantado el San Pablo. Conscientes de lo que estaba en juego, los hombres de Paco Olmos desplegaron desde el primero minuto un juego muy serio ante un Joventut que llegaba al Coliseum en uno de los mejores momentos de juego de los últimos años.
Frente a esa dinámica, el San Pablo exhibió sobre el parquet intensidad y criterio a partes iguales. Nnoko dio en los primeros minutos una auténtica lección de bloqueos y movimientos en la pintura, mientras sus compañeros encontraban la línea exterior. Esa comunión permitió al conjunto local romper el tímido dominio catalán en los primeros compases.
Una solvente actuación en el rebote y un gran acierto desde el triple hicieron que el San Pablo incrementara poco a poco su ventaja, afianzada por tres pérdidas prácticamente consecutivas del Joventut, hasta alcanzar los seis puntos (26-20), que acabaron siendo cinco al final del primer cuarto (26-21).
El San Pablo estaba ofreciendo una buena imagen ante su público, dominando al Joventut en prácticamente todas las facetas. Sólo Tomic, imparable por momentos, parecía ser capaz de discutir dicho dominio. Sin embargo, las sensaciones cambiaron en el segundo acto. Los hombres de Duran consiguieron cortar las pérdidas y, sobre todo, mejorar sus prestaciones desde la línea exterior. Willis, Ventura y Vives se metieron de lleno en una bonita batalla de triples contra Renfroe y Dani Díez que comenzó a poner nerviosa a la parroquia local. De hecho, esos buenos minutos acabaron con el Joventut dando la vuelta al marcador en la recta final del cuarto, con un triple sobre la bocina de Paul (43-44).
Hasta ese momento se había vivido un partido marcado por la igualdad, en el que por momentos el San Pablo había llevado la voz cantante con mucha claridad. Quedaba por ver si los hombres de Paco Olmos se desenvolvían igual tras el paso por vestuarios y si eso iba a ser suficiente como para sumar una victoria sin duda balsámica.
Y lo cierto es que los azulones no sólo mantuvieron el nivel, sino que lo incrementaron a base de energía. Eso es lo que les pide Paco Olmos a sus chicos y eso es precisamente lo que desplegaron sobre la pista del Coliseum en un tercer cuarto para enmarcar.
El dominio absoluto del rebote, sumado a los buenos minutos de hombres como Dani Díez y Benite en la parcela ofensiva, permitió al San Pablo recuperar la iniciativa en la pista y el marcador. Un triple de Nikolic mediado el cuarto culminaba un parcial de 8-0 que levantaba al Coliseum, obligaba a Duran a parar el choque e inyectaba una buena dosis de moral para un equipo que, sin duda, la necesitará en este tramo final de la temporada.
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Gabriel de la Iglesia
El San Pablo se había subido ya a la ola buena y comenzaba a despegar poco a poco. Así y a pesar de una antideportiva de Rabaseda y un canastón final de Feliz, el cuadro burgalés, que estaba jugando con una marcha más que su rival, conseguía cerrar el tercer cuarto con una ventaja más que interesante (68-58), pero no definitiva.
La película se estaba desarrollando tal y como esperaba el equipo de Olmos, pero quedaba ofrecer un buen desenlace. Y, en esta ocasión, el libreto lo había escrito un guionista con la camiseta del San Pablo colgada en su cuarto. Y es que, lejos de levantar el pie del acelerador, los burgaleses apretaron aún más, superando de salida en todas las facetas a un Joventut demasiado errático en los momentos clave.
Benite terminó de despertar a la bestia y se echó el equipo a las espaldas para cerrar cuanto antes el partido. Antes, Eddie y Dani Díez, otra vez muy acertado desde la línea exterior, habían golpeado ya al Joventut, pero fue el capitán el que terminó de decidir el choque mediado el último cuarto con un nuevo triple (77-62). La distancia ya se antojaba irrecuperable y, a partir de ahí, el San Pablo sólo tuvo que mantener el listón mientas la grada festejaba el triunfo como se merecía.
Sea como fuere, esto aún no ha acabado y el próximo sábado, el cuadro burgalés tendrá una nueva cita en su particular batalla por evitar el descenso.
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