Uno de los primeros tráilers que circularon por una A-1 libre de peaje Gabriel de la Iglesia

Un año sin víctimas mortales en una A-1 sin barreras

El tramo Burgos-Armiñón cumple 365 días libre de peaje y su balance no puede ser más positivo, cero fallecidos en una carretera que hasta el año 2000 dejaba una media de seis | Los accesos, su necesidad más acuciante

Domingo, 1 de diciembre 2019, 09:52

Acción-reacción. Hace justo un año eran retiradas las barreras del tramo Burgos-Armiñón de la A-1 (antes AP-1) y 365 días más tarde no se ha registrado ninguna víctima mortal. El dato, más allá de lo positivo que es no que ... no haya muerto ningún usuario de la vía, contrasta con los seis fallecidos, hasta el 2000, perecían en esos 90 kilómetros de distancia de media cada año. Desde que se registran datos, nunca antes había habido un año sin víctimas y lejos quedan los 17 muertos del año 2001 -año extraordinariamente dramático- o los nueve de 2005 y 2003. Únicamente en 2017 y 2007 hubo solo una única víctima mortal.

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La rotundidad del resultado de liberar la vía de alta capacidad que conecta Burgos con el País Vasco es tan abrumadora que lleva a preguntarse ¿por qué no se ha hecho antes? Y es que, el peaje de la AP-1, a lo largo de 44 años en los que se llegaron a conceder cuatro prórrogas, ha ocasionado más de 250 víctimas mortales en la N-1.

La carretera nacional se convirtió en la alternativa gratuita al trayecto y la más elegida por los conductores, especialmente por los de vehículos pesados. Así, la N-1 pasó a ser una trampa mortal para cientos de usuarios. Los últimos fallecidos fueron una joven pareja gallega de 26 y 22 años que perecieron en Quintanapalla el 8 de agosto de 2018, como consecuencia de una invasión de carril por parte de un camionero que, además, circulaba tras haber consumido alcohol.

Emoción en la noche del 30 de noviembre del pasado año mientras se retiraban las barreras Gabriel de la Iglesia

La explicación a este fenómeno estadístico reside en un trasvase casi total de vehículos pesados de la N-1 a la A-1. En torno al 90% de los tráilers que antes circulaban por la carretera nacional ahora lo hacen por la vía de alta capacidad. Esto, a su vez, ha producido un notable incremento de la densidad del tráfico en la autovía, explica Raúl Galán, máximo representante de la Dirección General de Tráfico en Burgos.

Alrededor del 90% del tráfico pesado que antes circulaba por la N-1 ahora lo hace por la A-1

Raúl Galán, responsable de la dgt en burgos

Más tráfico, con multitud de camiones recorriendo la calzada, se ha traducido en una notable pacificación de la velocidad media y ese factor ha acabado siendo determinante en que los accidentes registrados se hayan saldado sin fallecidos. Por el contrario, el número de siniestros ha aumentado. Y es que el incremento de densidad también ha elevado la posibilidad de que se produzcan accidentes.

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Únicamente hay que lamentar la muerte de un camionero zamorano a lo largo de este último año (19 de julio), aunque su fallecimiento se debió a un ataque al corazón mientras conducía, lo que acabó con el camión semivolcado sobre el talud de la carretera. Su muerte se registró como un accidente laboral, por lo que no computó en el inmaculado apartado de fallecidos en siniestro de tráfico.

El mantenimiento

Desde hace unos meses, la compañía Ferroser Infraestructuras -perteneciente a Ferrovial-, ha dado el relevo a Europistas en las labores de mantenimiento y conservación de la vía que venía desarrollando hasta la licitación de un contrato. Además, la nueva adjudicataria se encargará de la gestión de los servicios de comunicaciones, vigilancia, atención a accidentes, mantenimiento de los elementos de la carretera, alumbrado, señalización variable y semaforización. También acometerá trabajos de desbroce, fresados y reposición del firme, limpieza de cunetas. Todo ello por algo más de 10,5 millones de euros durante los dos próximos años.

Ratonera sin salida

Por otro lado, la AP-1 ha dado demasiados ejemplos de ser una vía de alta capacidad con un importante déficit de accesos, que hace que, ante un accidente, la circulación se resienta o, incluso, se detenga por completo. Los principales puentes del calendario, como Semana Santa, el Pilar o Todos los Santos, han generado circulación intermitente. En el último de los casos, y el más reciente, se llegaron a registrar hasta 40 kilómetros de retención como consecuencia de dos accidentes múltiples registrados en la operación retorno.

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Retenciones kilométricas registradas el 3 de noviembre, durante la operación retorno del puente de Todos los Santos DGT

Y es que, si se produce un siniestro, el punto para desviar el tráfico a la N-1 queda generalmente alejado, por lo que la circulación se resiente enormemente. El propio Galán señala que es necesario generar algún acceso adicional, pero no se atreve a señalarlo en el mapa. Para decidir dónde generar una nueva entrada y salida de la AP-1 hay que valorar las necesidades de las diferentes poblaciones próximas, su población, tejido empresarial… «lo fácil será crearlo en el punto equidistante de dos de los que ya existen», explica Galán.

Asimismo, la vía de alta capacidad requiere de un carril adicional en prácticamente todo su trazado, pero como presupuestariamente es difícil de abordar, la intención del Ministerio de Fomento es generar ese tercer carril en los puntos de mayor densidad de tráfico. Todo ello con el objetivo de que la A-1 pase a reducir su siniestralidad, que, aunque no ha resultado mortal en este último año, sí ha generado mucho dolor.

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