Varios pueblos de Burgos encadenan cinco días sin poder llamar ni acceder a internet

El problema afecta a los usuarios de la compañía Vodafone y otras filiales dependientes de esta. La ausencia de cobertura se extiende desde Peñaranda hasta Huerta de Rey. Según confirman los vecinos hay afectados unos seis pueblos como son Arandilla, Coruña del Conde, Peñalba de Castro, Huerta de Rey, Arauzo de Miel, Quintanarraya. «Sales de Peñaranda y hasta que pasas Huerta de Rey no tienes nada de cobertura», confirma un vecino de la zona que tiene varios negocios en la comarca y la recorre a diario.

El enfado de los vecinos aumenta a cada día que pasan enfangados en esta ausencia de comunicación. Explican que han llamado a la compañía y les han confirmado que se trata de «una avería masiva». «Nos dicen que están intentando arreglarlo, que los técnicos están trabajando en ello, pero seguimos igual. El fin de semana pasado sufrimos cortes de línea y de acceso a internet y esta semana estamos incomunicados», confirma un vecino.

Reconocen algunos vecinos reunidos en un bar de la zona que están «enfadados», pero también tienen «miedo». «Hoy es viernes y si no se soluciona llega el puente de mayo e igual son tres días más en la misma situación», explica uno de ellos.

Uno de estos vecinos explica que el contratiempo es «importante» porque en esta zona «la compañía con mejor cobertura era Vodafone, por lo que el 80 o 90 por ciento de los vecinos tenemos esta compañía».

Explican que los negocios están teniendo dificultades para realizar su actividad. «Fui a la farmacia de Arauzo de Miel y no se puede pagar con tarjeta, es una incomodidad para ellos porque los mayores tampoco pueden hacer sus pedidos por teléfono, no puede pedir medicamentos que necesita», añade un habitante de la zona.

Uno de ellos, que regenta negocios de hostelería, lo confirma, «no puedo gestionar reservas, no me llegan, tampoco se pueden hacer pedidos. Nosotros tenemos otro móvil de otra compañía y nos valemos de eso».

Además, en un entorno rural con bastante población mayor, la teleasistencia también se complica. «Las personas mayores y sus familiares no pueden estar en contacto. Eso es peligroso, muchos hijos, por ejemplo, se aseguran a diario de cómo están sus mayores en el pueblo con una llamada. Ahora están incomunicados. Tampoco pueden pedir ayuda si les ocurre algo», lamenta este vecino.