Treviño apuesta por aplicar las restricciones vascas ante el aumento de los contagios

«No nos soprende porque estamos detectando bastantes casos», asegura el alcalde de Condado de Treviño, Enrique Barbadillo. Su incidencia acumulada a catorce días supera los 3.000 casos y, desde el pasado 20 de enero suman todos los días más de diez positivos, algunos hasta 34. El virus se ha extendido por el enclave burgalés y, además, se ha declarado un brote en la residencia de mayores de Cucho, que ha afectado a una treintena de personas, entre usuarios y trabajadores.

La residencia había permanecido limpia de covid durante toda la pandemia, apunta Barbadillo, pero el virus ha entrado justo después de la vacuna. Y, salvo en un par de casos, todos los afectados han estado asintomáticos. Con esta situación, en Treviño acatan pasar a ser zona de «alto riesgo» pero quieren que se les impongan las restricciones decretadas por el País Vasco para municipios en «rojo», que son aquellos que tienen más de 500 casos por 100.000 habitantes.

La justificación es clara: Castilla y León es la encargada de valorar la situación epidemiológica del enclave, pues controla los contagios, pero en Treviño se rigen por la evolución normativa de Álava desde que se decretó el Estado de Alarma, recuerda el alcalde. Además, «la vida del enclave se hace en Vitoria», así que lo lógico sería que las restricciones fuesen las del País Vasco. Es decir, cierre perimetral municipal, cierre de hostelería, cierre de activiades deportivas, lúdicas y culturales, reuniones de un máximo de 4 personas (y preferiblemente convivientes) y toque de queda a las 22:00.

«Es lo que creo que se debe de hacer», insiste Enrique Barbadillo, recordando que esta situación de indefinición es consecuencia de la propia situación política de Treviño. «Los vecinos nos abrasan a preguntas y no sabemos cómo contestar. Siempre estamos en tierra de nadie», se lamenta el regidor. Y es que durante la pandemia, en las diferentes fases de confinamiento, desescalada y restricciones, ha existido el mismo problema. Treviño forma parte de Castilla y León pero está enclavado en el País Vasco, lo que ha exigido soluciones intermedias para minimizar el impacto de las medidas en la vida de los vecinos.

Muchos menos problemas tienen en Huerta de Rey, Santo Domingo de Silos o Nava de Roa a la hora de acatar las medidas restrictivas impuestas por la Junta. José Antonio Cámara afirma que los vecinos de Huerta de Rey lo llevan bien. «El primer confinamiento se llevó bien, la gente no salió de casa, y ahora es casi como el primero», pues si bien no existe un confinamiento domiciliario, la Junta recomienda que se haga de manera voluntaria.

Las medidas son «una vuelta de tuerca más», reconoce el regidor. «Si antes estaba abierto el bar, ahora se cerrará». El resto, todos en casa. En Huerta están pendientes del cribado que les realizarán la próxima semana, previsiblemente lunes o martes, para conocer el número de casos, pero esta vez la covid-19 les ha atacado fuerte. Igual se encuentran en Santo Domingo de Silos, donde ven «lógico y comprensible» el modo de actuar del Gobierno regional.

Emeterio Martín asegura que «todas las medidas son buenas siempre que sean para salvar vidas». En Silos tienen un brote importante en el monasterio y, además, hay bastante casos en la pedanía de Hortezuelos. Son pocos habitantes pero muchos casos. El alcalde reconoce que las medidas les limitan la movilidad, pero no afectarán a los servicios esenciales. La hostelería se cerrará totalmente, pero prácticmente así se encontraba ya, una vez se establecieron los cierres perimetrales de la región.

La hostelería representa el 80% de la economía del municipio, «Silos vive del turismo de Burgos, pero también de Madrid, Barcelona o Bilbao», recuerda Martín. Así que hasta que no se reabran 'fronteras' están parados. Y por lo que respecta a Nava de Roa, tras recibir la noticia, en el Ayuntamiento se reunieron ayer tarde para ver cómo afectarán las nuevas medidas restrictivas al municipio, que entratarán en vigor a partir de las 18:00 y, de momento, por un periodo de siete días.