Tres comarcas de Burgos sufren ya plagas de topillos en los campos de cultivo

En la pasada primavera, el Gobierno autonómico ya informó de que se había detectado un aumento poblacional de topillo en Castilla y León, a partir del cual se intensificó la vigilancia. Las organizaciones agrarias también llevan meses pidiendo medidas para el control del topillo ante el aumento de estos roedores.

Ahora, la Junta se ha reunido con las organizaciones profesionales agrarias para informar de las nuevas medidas de lucha y control del topillo. Las evaluaciones extraordinarias que se han realizado en toda la comunidad autónoma han confirmado lo que las organizaciones agrarias venían anunciando: la presencia del topillo ha repuntado.

En la provincia de Burgos se observan problemas y aumento de estos roedores en tres comarcas agrarias como son Arlanza, Bureba-Ebro y Pisuerga. Pero otras provincias también presentan problemas como son Arévalo-Madrigal y Ávila, en la provincia de Ávila. En León han aumentado en Esla-Campos y Sahagún. En Palencia han proliferado en Boedo-Ojeda, Campos y El Cerrato. En Segovia presenta problemas la comarca de Cuéllar.

En Soria, las comarcas afectadas son Campo de Gómara, Tierras Altas y Valle del Tera y en Valladolid el Centro, Sur, Sureste y Tierra de Campos. En Zamora la afectada es Campos-Pan. En todas estas zonas se aplicará la nueva resolución.

Ante esta situación, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural ha aprobado una resolución con medidas de flexibilidad de aplicación inmediata en dos prácticas de los ecorregímenes de la PAC para favorecer el control de las poblaciones de topillo campesino en los campos de cultivo.

Las nuevas medidas establecen que en la práctica de siembra directa, en cuyas parcelas se haya observado mayor presencia de este roedor, se autoriza el laboreo vertical, es decir, sin invertir la tierra y que produce poca compactación. De esta forma, al pasar el cultivador se destruyen de forma mecánica las huras y galerías, a la vez que se mantiene el rastrojo en la superficie, de forma que el suelo permanece cubierto todo el año.

Por otro lado, se permite ya la recolección de las superficies de cereal no cosechado, sin tener que esperar al 1 de septiembre, en los espacios de biodiversidad.

De forma inmediata, los agricultores también tienen que retirar las pacas y cordones de paja para evitar que el topillo encuentre protección y se resguarde bajo estos o en su interior. Además, se permite la siega en esas parcelas que todavía están en pie, ya que podría ser también un limitante.

La Junta recomienda, igualmente, que después de la cosecha se empaque y se recoja la paja para «no dejar restos de alimentos» para los roedores.

Por su parte, la organización GREFA sigue desarrollando en la zona del Duero su proyecto de control biológico del topillo mediante la instalación de cajas nido de esas aves depredadoras de estos roedores. La zona de la Ribera del Duero no es de las afectadas en la provincia por la plaga de topillo.

El viceconsejero de Política Agraria Comunitaria y Desarrollo Rural, Jorge Llorente, ha mantenido una reunión ya con los representantes de las organizaciones profesionales agrarias y les ha informado que todas estas resoluciones están ya disponibles en el Portal PAC de la Junta. Llorente ha reconocido que Castilla y León tiene un «problema recurrente» con estas explosiones poblacionales, por lo que ha apelado a una actuación «integrada, global, coral y continua de todos los agentes en los reservorios».

La Junta ha adoptado esta resolución tras una reunión con el grupo de coordinación y cooperación para la gestión del topillo campesino. Por su parte, las organizaciones agrarias aplauden que la Junta acometa un plan integral porque «un agricultor por sí solo no puede luchar contra el topillo, tiene que ser entre todos», destaca Aurelio González, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA).

Además, pide que el trabajo sea continuado en el tiempo. Recuerda también que la medida de laboreo vertical no se podrá llevar a cabo «si no llueve algo» para llevar a cabo estas roturas en el campo.

Las organizaciones agrarias también piden limpiar cunetas de forma mecánica, algo que solo se hacía en Palencia, por considerarse zona cero de la plaga del topillo. «Hay muchas más zonas en franca expansión», destaca el secretario general de UPA. En este aspecto, piden también a los ayuntamientos medidas para mantener saneadas las cunetas.

Desde Asaja, Nuria Ruiz, gerente, reconoce que no salen «contentos» porque «el problema es serio, aunque ahora vemos que se ponen medidas. Siempre se puede hacer más, pero el terreno ahora no permite hacer cualquier cosa porque está muy duro».

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